Estos días todo el mundo me pregunta si estoy nerviosa y la verdad es que no porqué estoy teniendo tanto tanto trabajo que no tengo tiempo ni para pensar. Suerte que hice la maleta el domingo (hoy es miércoles) porque sino no tendría tiempo de hacerla. Hoy salgo de trabajar a las 20.15 y a las 22h sale el tren que me llevará al aeropuerto, más justo imposible. Sólo tengo tiempo de llegar a casa, ducharme, coger la maleta e irme y en el tren por fin respiro después de tres días de estrés. Es lo que tiene irse de vacaciones antes de semana santa y a media semana, hay que dejar muchos detalles atados. Ahora sí, una vez en el tren soy consciente de que me voy a Japón! Y ahora si empieza el nerviosismo y escucho las voces de quienes me han dicho estos días que soy valiente, aunque más bien puede que sea inconsciente porque he estado tan ocupada que no me ha dado tiempo a preparar el viaje como a mi me gusta y me voy con la sensación que se me olvidan cosas importantes. De hecho no tengo bien planificado el planning de cada día, pero creo que en los aviones tendré tiempo para pensar, así estaré entretenida. El tren llega a la T2 de Barcelona a las 23.32h, cojo el bus lanzadera hasta la T1 a la que llego a las 00h en punto. Me tocará pasar la noche en el aeropuerto porque tengo que facturar a las 6h y los trenes desde donde yo vivo no llegan tan pronto. Dejar el coche en el aeropuerto todos los días me suponía unos 250 euros y nadie podía llevarme a esa hora, así que como muchos otros miro de localizar algunos asientos discretos y libres para ponerme cómoda. Me sorprende que pasa un agente de seguridad y nos va pidiendo los billetes de avión, le pregunto por qué y me contesta que en el aeropuerto solo pueden quedar personas con billete para evitar que vayan a dormir personas que no viajarán. A los pocos minutos se apagan las luces y la actividad cesa de golpe aunque las puertas siempre siguen abiertas para entrar o salir. No soy la única que pasará la noche allí, somos unos cuantos. Durante un rato juego a imaginar dónde irán... Veo como colocan la mochila a modo de almohada y se acurrucan tumbándose sobre dos asientos y hago lo mismo, aunque solo doy alguna cabezadita, pero por lo menos descanso un poco.
Aeropuerto de El Prat, Barcelona
En la T1 de Barcelona echo de menos que haya enchufes para cargar todos los dispositivos electrónicos que llevamos hoy en día, por lo menos hay acceso a wifi gratuito, ya es algo.A las 6h soy de las primeras en facturar y me voy al embarque, me doy una vuelta por la T1, me tomo un café con leche por 2’95 euros (arghh) y me preparo para mi primera parada: DOHA, QATAR a la que llegaré con Qatar Airways. Salimos con 30 minutos de retraso pero llegamos a la hora marcada, en unas 5 horas y media en las que nos dan comida y merienda y debo decir que me la esperaba algo mejor. Hasta el momento la mejor comida de avión la atribuyo a la compañía KLM con la que hice mi viaje a Chile. Una vez en Qatar hay que ir a llegadas y pasar el control de pasaporte que se hace eterno porque a cada persona le hacen una fotografía y le tramitan la visa, en el caso de que vaya a visitar Doha, como es mi caso. Ponen un sello en el pasaporte, te piden que mires la pantalla, te piden la tarjeta de crédito (no se puede pagar en efectivo), te cobran 25 euros (100 riyals) y listo, puedes salir, pero tardas un buen rato.
Lo mismo pasa en la entrada al aeropuerto, a cada persona que embarca le hacen foto de nuevo generándose unas colas importantes. Supongo que estará justificado por motivos de seguridad pero no se si habría alguna manera de hacerlo más ágil.
Hamad International Airport, Doha (Qatar)
Reproducción del peluche que un niño perdió en el aeropuerto Hamad International en Doha, Qatar
Tengo una escala de 13’5h, de las 17.30h a las 7h y me decido a visitar la ciudad. Me voy a la zona de taxis, todos gestionados por una sola empresa y me doy cuenta que ya es de noche. Había leído que era habitual pedir a los taxistas un tour por la ciudad de 2-4 horas a precios muy reducidos, siempre pactándolo y negociándolo de antemano, sin taxímetro. Pues al mío no le gusta la idea. Me dice que pone el taxímetro y que no me hace ningún tour porque no puede perder el tiempo esperándome en los sitios porque no le sale rentable, que mejor le diga donde quiero bajar y me lleva y una vez allí coja otro taxi para volver. Y qué remedio, así lo hago. Y de hecho es buena idea ya que todo lo que visitaré está cerca y me apetece caminar un poco para desentumecer las piernas de las horas de avión. A medio camino me ilumino: NO HE SACADO DINERO DEL CAJERO EN EL AEROPUERTO DE DOHA!! Así que solo llevo euros y tarjetas de crédito y el taxista no tiene para cobrar con tarjeta. Se lo digo y quedamos en que me dejará en la Corniche pero le pido que antes me pase por algún cajero para sacar dinero y así lo hace. La carrera me cuesta 40 riyals, 10 euros. Bajo del taxi y me doy cuenta del calor qué hace, hace aire pero es caliente, como se nota que estamos en pleno desierto! Empiezo a intuir el skyline y diviso el museo de arte islámico que no puedo visitar porqué está cerrado. Decido dar una vuelta por la Corniche, ver el skyline, pasear por el Zoco que está al otro lado de la Corniche cruzando una gran avenida y dejar el resto para la vuelta de Japón que tendré otra escala en Doha pero de día. Esto hago y me encanta. La Corniche es un paseo muy agradable en el que la gente pasea o hace deporte o simplemente descansa o se reúne para charlar. Casi todo son hombres, trabajadores y extranjeros. Las fotos no son nada buenas... :(
Museo de Arte Islámico, Doha (Qatar)
Doha, Qatar
Skyline desde Corniche en Doha, Qatar
Skyline desde Corniche en Doha, Qatar
Skyline desde Corniche en Doha, Qatar
Llego rápidamente hasta la Perla, símbolo de Doha y me dirijo al zoco donde el paisaje cambia por completo.
La Perla, Doha (Qatar)
La Perla y skyline en Doha (Qatar)
Uau, en cualquier calle te puedes encontrar edificaciones antiguas pero tan bien cuidadas, iluminadas y lujosas como esta.Doha, Qatar
Doha, Qatar
Y el zoco en sí iluminado es una pasada. Me sorprende ver casi todas las mujeres locales con burka entero, da impresión. Procuro no hacerles fotos directamente a los locales por una cuestión de respeto aunque me muero de ganas ya que ellos me parecen muy elegantes con sus trajes blancos y ellas me cautivan. Me contengo. El zoco es un laberinto y está dividido por zonas: la de los halcones, la de los pájaros, etc. Me doy una vuelta y me encanta. Tengo ganas de volver de día para ver el contraste. Estoy un buen rato callejeando.
Zoco de Doha, Qatar
Zoco de Doha, Qatar
Doha, Qatar
Zoco de Doha, Qatar
Zoco de Doha, Qatar
Zoco de Doha, Qatar
Zoco de Doha, Qatar
Al cabo de bastante rato, cuando ya he dado muchas vueltas veo un taxi libre y lo paro para volver al aeropuerto. Este taxista no tiene nada que ver con el anterior, al entrar ya me pregunta cuando quiero pagar y él mismo propone 50 y le digo que noooo. Empieza a hacerse el simpático diciéndome que soy su hermana, me va diciendo: "venga, es precio de sister!" Menudo morro! Le digo que ni hablar que ya he hecho el trayecto y he pagado 40 y me dice que no pero de forma muy simpática, nos reímos los dos un montón y nos pasamos el viaje hablando. Al final le pago los 40 que le pagué al otro por venir y me despido de mi hermano catarín (un hermano negro, así que lo de sister no cuela por ningún lado lo que lo hace más gracioso). Aprovecho en el aeropuerto para cargar el móvil y portátil, aquí sí que sí les doy un bravo! Incluso tienen enchufes USB! Y wifi gratuito también! Oleeeee.
Asientos con enchufes en Hamad International Airport Doha, Qatar
Aunque antes me doy una vuelta por el espectacular aeropuerto con un montón de tiendas, con coches de lujo, pantallas gigantes, etc. Por cierto, las tiendas no cierran por la noche, es genial!!
Tiendas en Hamad International Airport Doha, Qatar
Hamad International Airport Doha, Qatar
Aprovecho para hablar con la familia y planificar el viaje a Japón que falta me hace y así ocupo unas horas previas a un nuevo vuelo de 11 horas, esta vez sí el definitivo que me llevará a Tokyo. Mientras, hablo con un señor filipino que me regala unas galletas filipinas, es lo que tiene viajar solo!! Y con unos locales con dos niñas pequeñas, la mayor se llama Canet, como Canet de Mar!! Ahora estoy escribiendo estas líneas y pasando otra noche sin dormir, espero pasarme gran parte del vuelo en los brazos de morfeo. Lo hago a ratos y entre cabezaditas y pelis llego a Japón pero os lo cuento en la próxima entrada...