Viaje a la Comunidad Valenciana: Valencia y sus museos

Por Déborah F. Muñoz @DeborahFMu

Una ruta por los museos y espacios culturales de Valencia:

Por suerte, Valencia tiene suficientes planes gratuitos o baratos para cubrir un día extra. Lo primero que hice fue comerme un chocolate con buñuelos en un sitio que nos recomendó el guía del tour. Luego, empezó la ruta que había improvisado el día anterior:

Primero, me dirigí al Ayuntamiento, un edificio precioso... ¡Al que se puede pasar gratis! Hay un recorrido por las salas importantes, te puedes asomar al balcón y hasta encuentras un pequeño museo.

Después fui al mercado central, otra maravilla arquitectónica que no ha sucumbido a la moderna tradición de convertirse en un gastromercado. Merece mucho la pena entrar, pero ¡ojo! Solo abre por las mañanas, tenlo en cuenta para la visita. Allí caí en la tentación de comprar unas fresas para picar y una tarta de queso que tenía una pinta soberbia (rica, aunque mejorable en la base).


La siguiente parada fue la Lonja de la seda, donde también me dejaron entrar gratis. Opté por no pillar la audioguía y fue un acierto porque hay vídeos explicativos por todas partes que te dan toda la información necesaria. El edificio es maravilloso, merece mucho la pena.

Después entré a la Real basílica de la Virgen de los Desamparados, pasé por los baños del Almirante antes de meterme en el Museo Arqueológico de la Almoina, donde, además del museo, se conservan restos arqueológicos de todas las culturas presentes en Valencia. A ambos sitios entré gratis también.
Luego hice una pausa para comer (con bastante buena calidad precio) y volví al hotel a por mi maleta antes de encaminarme (dando un pequeño rodeo para ver, aunque fuera por fuera, la Ciudad de las Artes y las ciencias, el Oceanográphic... no entré porque es carísimo y además hay que dedicarle un día completo), a través del parque del cauce del río Túria , a mi última parada: el Museo de Historia militar. Tiene una ingente cantidad de piezas, pero es un poco casposo y le falta una narrativa que lo haga más divulgativo e interesante, pero no está mal.
Y, sin ganas de perder el tren, ya desde ahí me fui a la estación, donde llegué con demasiada antelación.

El viaje los días siguientes:

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