Viaje a Laponia – Visita a una granja de Huskies

Por Abarciela @abarciela

Hoy toca la excursión a una granja de Huskies, para esta ocasión, además de escoger a la misma agencia que el resto de excursiones, hemos escogido la opción de ir y volver a la granja en moto de nieve, pero como todavía los ríos no están lo suficientemente helados se hace en dos partes.

Primero nos llevan en autobús a ver la granja de Huskies. Allí vemos los perros en sus jaulas o en sus zonas delimitadas. Estos perros viven en la nieve, haces sus agujeros y duermen en grupo para no pasar frio.


Lo más interesante de visitar una granja de Huskies es que te dan un paseo montado en un trineo por un circuito que tienen delimitado y en el que se va realmente rápido y puedes sentir un poco lo que debe de ser cruzar una amplia zona congelada montado en uno de estos. Desde la granja también hacen excursiones más largas, incluso de varios días, pero nosotros con el paseo y ver los perros y poder tocarlos teníamos suficiente, sobre todo cuando nos pasaron a la zona donde están todas las madres con los cachorros, son tan lindos ¡!

Una vez das el paseo te metes en uno de los edificios de la granja donde tienen un estupendo fuego para entrar en calor y te dan un zumo caliente, que entona muy bien el cuerpo. Tras la visita a la granja de huskies nos llevan de nuevo en autobús de vuelta a Rovaniemi donde iremos a coger las motos de nieve.


Primer contacto con una moto de nieve, tras prepararnos y abrigarnos aún más vamos a tomar contacto con la moto. Nos explican un poco el funcionamiento que es muy sencillo y nos montamos. Vamos saliendo en fila de a uno hacia el rio. Estamos en una moto que pesa una barbaridad encima de un rio congelado, tan congelado que no pasa nada.

Los primeros contactos son raros, el acelerador en lugar de ser como el de una moto normal es una palanca que se acciona con el dedo pulgar, lo que a la larga hará que este dedo pase realmente cerca de la congelación. Conducir una moto de nieve no es más difícil que hacerlo con una moto de calle, yo diría que incluso es más simple, se puede parecer más aun a una moto de agua. Eso si, hay que tener cuidado pues realmente corren mucho.

Damos un buen paseo por el rio, por el bosque, haciendo zigzag, por zonas más estrechas para maniobrar y sobre el ancho rio para correr. Hacemos una parada para descansar un poco y de paso hacer un ángel en la nieve, que no lo habíamos hecho nunca y nos hacía ilusión.

Una vez terminado el paseo en moto de nieve volvemos a las oficinas de la agencia, que están frente a nuestro hotel y terminamos nuestra excursión. Una gran idea, tanto la granja como las motos, nos han encantado las motos, podríamos acostumbrarnos a tener una aparcada en la puerta, si viviéramos aquí, claro

Como final diremos, que el dedo pulgar del acelerador de aquel que conduzca la moto lo pasara francamente mal, debido a la velocidad y al tener que estar separado del resto y por otro lado que por primera vez en nuestra vida se nos han congelado las pestañas. Es una sensación extraña que nos ha hecho gracia.