Al Tower Bridge si no le hice 50 fotos no le hice ninguna, sin duda es el lugar turístico que más me gusta. Cómo va de orilla a orilla gobernando el imponente Támesis y solo alzándose para dar paso a las más impresionantes naves. Lo cruzamos caminando y al otro lado del río cogimos de nuevo el metro que nos llevaría al mercado de Portobello, en el barrio de Nothing Hill. Ya estaban cerrando cuando llegamos, y eran cerca de las 7 p.m. nada más. Casitas pequeñas de colores y muchos puestos ambulantes por las calles, un Camden en pequeñas proporciones, con un toque peliculero.
Para volver cogimos un autobús típico de dos plantas que justo terminaba su ruta al lado de nuestro hotel. Van como locos por las calles, girando cuando quieren y como quieren, pegando llantazos… pero lo mejor es cuando se acercan a las paradas. Llegan a unos 70 kilómetros por hora a la parada y frenan en seco girando en el último momento. Es espectacular ver como las personas que lo esperan echan el cuerpo para atrás como jugando al limbo para no ser golpeadas por los retrovisores.
Una noche más, cenita y de nuevo al Soho. Más cervecitas en una minidiscoteca en la que nos timaron al entrar, lo que le hacemos a los guiris en Benidorm nosotros pero al revés. Y tras la discoteca a dormir.
A la mañana siguiente, desayunamos tranquilamente, dejamos las maletas en la consigna del hotel ya que teníamos que dejar la habitación a las 11 a.m., y nos pasamos por el mercado de Camden para hacer las últimas compras. Allí sobre todo encuentras souvenirs, camisetas, zapatillas y accesorios tipo bolsos, cinturones, etc.
Al volver al hotel ya nos estaba esperando nuestro conductor para llevarnos a Heatrhow. Después de pasar un par de controles, incluyendo uno de calzado, pasamos a la zona de dutty free donde puedes comprar dos cosas, alcohol y colonias. Estos dos productos ocupan el 85% del espacio. Lo malo es a la hora de ver en el panel tu vuelo. La tarjeta de embarque es indescifrable, y no sale la puerta de tu vuelo hasta el último momento. Pero bueno, todo salió bien, el avión salió a su hora, me gasté 8 euros en un bocadillo de jamón en pleno vuelo, y llegó a su hora.
Londres para un fin de semanita, destino perfecto, hay de todo: cultura, historia, fiesta, moda, cerveza, vamos todo lo que puedas desear. Eso sí, hay que rascarse un poquito el bolsillo. Londres es caro pero quizás no tanto como se dice.
See you soon London!