Este verano visité Singapur, en parte por las ganas que tenía desde hace algunos años de conocer esta pequeña ciudad estado y en parte para visitar a una amiga singapureña que llevaba años reclamándome una visita. De Singapur me quedó la impresión que rezuma éxito por todas partes, y que es una de las ciudades más limpias, ordenadas y seguras del mundo, además de ser una ciudad ultramoderna muy multicultural que se esfuerza por mantener las tradiciones de las culturas que componen su población con un enfoque muy integrador. Buena prueba de ello son sus barrios étnicos que lejos de ser un gueto son un punto de encuentro y convivencia para singapureños y visitantes.
A la hora de decidir cuántos días pasar en Singapur hay que tener en cuenta que es una ciudad pequeña donde no hace falta más de uno o dos días para visitarla y que es una de las más caras de toda Asia. Estancias largas te pueden causar un auténtico ”roto” en tu presupuesto. Me decidí por pasar un fin de semana largo, suficiente para visitar todo lo que hay que ver en Singapur y disfrutar de su vibrante vida nocturna.
Uno de los puntos positivos de viajar a Singapur es que el visado no es necesario para los ciudadanos de la UE, sólo hay que rellenar el formulario de inmigración que te dan en el avión o que está disponible en el mismo aeropuerto a la llegada. Si estás viajando por el sudeste asiático, como era mi caso, ésto permite decidirte a viajar a Singapur sobre la marcha. Además, Singapur es uno de los hubs aéreos más importantes del sudeste asiático. Sus conexiones con la mayoría de ciudades de la zona son excelentes y es muy fácil encontrar vuelos baratos a Singapur. Volé a Singapur desde Bangkok con Airasia, una de las mejores compañías low cost del mundo (infinitamente mejor que la infame Ryanair), y volví con Jetstar, otra low cost, por menos de 200 euros. Buen precio, y eso que compré el billete prácticamente dos días antes.
Además de hacer turismo también tenía ganas de disfrutar de la vida nocturna de Singapur. Con estos objetivos en mente le pedí consejo a mi amiga sobre algún buen hotel bien situado, no excesivamente caro, y cercano a la zona de fiesta. Me recomendó el Novotel Clarke Quay, un muy buen hotel en pleno centro de Singapur en Central justo en frente de Clarke Quay, una zona llena de restaurantes, cafés, tiendas, bares, y discotecas. Fue todo un acierto. El alojamiento en Singapur es bastante caro, tanto como cualquier capital europea o más, y el Novotel no es una excepción. Sin embargo este hotel tenía una oferta buenísima para los fines de semana. Una habitación doble para tres noches me salió por 570 dólares de Singapur, un precio excelente para la calidad de este hotel.
Llegué a Singapur sobre las 14h un viernes y me volví un lunes a eso de las 10 de la mañana. Dos días y tres noches que aproveché intensamente. En estos dos días me dio tiempo de sobras para visitar lo más importante de Singapur:
- Me perdí por los tres barrios étnicos de Singapur, Chinatown, Little India y el Barrio Árabe, que siguen manteniendo las costumbres y tradiciones de estas etnias. Estos barrios son una amalgama de tiendas, comercios, bares, restaurantes y templos. Son la mejor opción para ir a comer o cenar sin que te cueste un ojo de la cara.
- Visité el Civic Disctrict, o distrito colonial, que conserva el patrimonio colonial de Singapur en forma de monumentos, edificios y museos.
- Aluciné con su barrio financiero y Marina Bay con sus espectaculares rascacielos, algunos de los cuales son una maravilla arquitectónica como el Marina Bay Sands, y flipé con los Gardens by the Bay, unos jardines con un concepto muy innovador.
- Me paseé por Orchard Street, una de las mecas del lujo de Asia. Esta enorme zona comercial llena de centros comerciales y tiendas de lujo es una buena muestra de lo bien que le van las cosas a Singapur y de la pasta que hay en esta ciudad.
- Me permití un caprichito y disfruté de un brunch con champagne en el Capella Hotel, uno de los hoteles más lujosos del mundo, y pasando un día de playa en un club de playa en la isla de Sentosa.
- Me lo pasé en grande saliendo de fiesta por Singapur. Su vida nocturna es muy divertida, con muchas chicas guapas, buenas discotecas y con la posibilidad de estar de fiesta hasta el amanecer. La disfruté de verdad, pero también la pagué verdad. En ningún sitio he visto copas tan caras.
En definitiva un fin de semana a lo grande en una ciudad perfecta precisamente para eso, para una escapada de fin de semana.