Viaje a Suiza (II)

Por Ribalda
Vista de Lausanne con la catedral al fondo
Lausanne, la capital olímpica
Lausanne o Lausana en español, dista tan solo 60 km de Ginebra, con numerosos trenes que la enlazan en apenas 40 minutos. Al igual que Ginebra se encuentra a orillas del lago Lemán, pero sobre un accidentado relieve que hacen que sus calles estén con desniveles de vértigo .
La estación te saluda con un gran rótulo proclamándola Capital Olímpica, título recibido por encontrarse en ella la sede del Comité Olímpico Internacional y su Museo Olímpico.

Estación de Lausanne y terraza de un café
Qué visitar en Lausanne
A decir verdad, no hay muchos monumentos que visitar a excepción de su catedral, pero tiene una vistas impresionantes con el Lago Lemán y los Alpes al fondo.
Sus calles impresionan por la inclinación que tienen, necesitando parapetos las terrazas de los bares y cafés para buscar la nivelación. Debido a esto, desaconsejo visitarla en coche.
Curiosamente dispone de metro, que se ve obligado a subir pendientes muy elevadas, es toda una original obra de ingeniería muy peculiar, ya que viaja sin conductor y sus ruedas son de goma.
Lausanne tiene mucha historia, desde que fue fundada en el s. IV por los romanos, poco ha quedado de ello, lo que si ha perdurado es el encanto medieval, que se respira en el casco antiguo con sus edificios y fuentes entorno a la Plaza La Palud.

Pórtico e interior de la catedral de Notre Dame de Lausana
De todos los edificios de este barrio destaca su catedral de Notre Dame, cuyas torres pueden ser divisadas desde cualquier punto de la ciudad. Esta catedral gótica, fue construida en el s. XIII, destacando su pórtico repleto de imágenes y su rosetón con vidrieras de colores. En el interior sus tres naves impresionan.

La empinada calle de Mornex y el Museo Histórico de Lausanne
Aunque nosotros no pudimos visitarlo, nos contaron que en este viejo barrio, los sábados instalan el Mercado de los Agricultores, donde se pueden adquirir productos de la región.
Otros monumentos que no debes perderte son la iglesia de Saint François, el palacio de Rumire y los castillos ribereños de Saint Maire y d'Ouchy.
Vista de Zúrich desde su Universidad
Zúrich, la capital financiera
Llegamos a Zúrich en tren, uno de los casi 1.900 trenes que entran o salen diariamente de la Estación Central (Hauptbahnhof ), transportando a unos 350.000 viajeros al día, punto neurálgico de las comunicaciones terrestres de Suiza. Dejamos las maletas en una taquilla de la consigna (8 francos) y nos dirigimos a la Oficina de turismo que se encuentra en la misma estación.
La información que te proporcionan está también en español y al igual que las visitas guiadas a la ciudad.
Zúrich es la capital del cantón y es considerada la capital financia de Suiza, sede de los dos bancos mas importantes de Suiza: El Credit Suisse y UBS, basta pasear por sus calles, para encontrarse con trajeados ejecutivos y banqueros. El alto poder adquisitivo se nota en los elegantes trajes y vestidos de los clientes que toman tranquilamente su café o chocolate, acompañado de sus tradicionales pasteles como el leckerli, schaffhausen o gugelhopf. Influenciada por su proximidad, se habla un dialecto del alemán y el alemán. Un tercio de sus habitantes son extranjeros.
Qué visitar en Zúrich
Nosotros partimos desde la Estación Central, cruzamos el río Limmat y nos dirigimos a tomar el Polybath, un antiguo funicular del siglo XIX que sube las empinadas cuestas de esta parte de la ciudad y que nos habían hablado de las magníficas vistas que muestra de la ciudad, pero desgraciadamente en esas fechas estaba cerrado por obras. Guiados por nuestra intuición, preguntamos por el tranvía que hiciera un recorrido paralelo al funicular, curiosamente encontramos a un monseñor español y nos indicó el tranvía 5 que lleva hasta el zoo y justo en la parada Universidad, encontramos un mirador con preciosas vistas del casco antiguo de la ciudad, donde sobresalían las torres de catedral de Grossmüster con el lago Zürich al fondo.

El tranvía 5 y mirador de la Universidad
Esta catedral es otro de los monumentos recomendados para visitar, es de estilo románico y gótico. Aseguran que fue fundada por Carlo Magno y jugó un papel importante en la reforma protestante de Calvino. Sus torres ofrecen estupendas vistas panorámicas de la ciudad.

Catedral de Grossmüster y casco antiguo de Zúrich
Desde sus puertas, hacia el norte y paralela al río, parte una calle de nombre impronunciable, que atraviesa el casco antiguo llena de cafés, galerías de arte, tiendas o restaurantes como la Bodega Española.
Subiendo, sus callejuelas de la derecha muy inclinadas y adoquinadas, respiran cierto encanto.
Si cruzamos el río nos encontraremos con la calle Bahnhofstrasse, la calle de las tiendas y de establecimientos de lujo de la ciudad como sus relojerías, joyerías, zapaterías, peleterías y tiendas de última moda.

Al fondo la zona de Bahnhofstrasse y paseo por el lago Zúrich
No perderse tampoco un paseo en barco por el lago Zúrich, es un momento de relax contemplando su ribera llena de poblaciones con típicas casas de estilo suizo, mientras tomas la comida o simplemente un refresco o café. El viaje cuesta 24 francos, pero con el Swiss Pass es gratis.
Otros lugares interesantes, que no tuvimos tiempo de visitar, son la Opera de Zúrich, el Jardín Botánico, Theater Rigiblick y el monte Uetliberg, desde donde se puede contemplar una preciosa vista de la ciudad e incluso los Alpes.
Interlagos lleno de lujosos hoteles
Interlagos, la puerta del Jungfrau
Habíamos leído mucho sobre Jungfrau y teníamos deseos por llegar pronto a Interlaken, Interlagos en español. El trayecto en tren desde Berna ya anticipaba la belleza del paisaje, que luego se muestra en Interlagos en todo su esplendor.
Interlagos es una turística ciudad, que como indica su nombre, se encuentra entre los lagos Thun y Brienz, es el punto de partida para la ascensión al monte Jungfrau, el techo de Europa. Sus calles rezuman elegancia, plagadas de hoteles de lujo, joyerías, relojerías y tiendas exclusivas.
Llegamos a la estación de Interlaken West al atardecer y nos dirigimos al hostal Happy Inn Lodge, que está a escasos 300 metros de la estación, este fue el motivo de la elección, su buena localización, pero después nos arrepentimos.
Alojamiento en el Hostal Happy Inn Lodge
Se trata de un pequeño establecimiento hotelero que ocupa una vivienda, la planta baja es un bar y las otras dos tienen habitaciones de 2, 3 y mas camas. Se encuentra a 7 minutos andando de la estación Interlaken West.
Al llegar, te reciben en el restaurante, donde hacen el registro y luego se desentienden de ti. Cuando subes a la habitación, te encuentras con la sorpresa, esperabas encontrar un lugar acogedor como son todos los modestos hoteles suizos, siempre muy por encima del del estandar de calidad de otros países europeos y te encuentras con paredes descorchadas, llenas de tuberías viejas que no las han retirado cuando pusieron las nuevas, falta de pintura, hasta unas sábanas rotas, pero eso sí, limpias.
La habitación era minúscula, a penas cogía una cama y la habían transformado en triple: Una litera y una cama. Las habitaciones solo disponen de un viejo lavabo, para ducharte debes ir a un baño común, que tiene un ahorrador de luz, por lo que en la mitad de la ducha, te puedes quedar a oscuras o sin agua, ya que también han incorporado otro al mando de la ducha para ahorrar agua. Es toda una odisea conseguir ir al toilet o la ducha, ya que es completamente insuficiente en horas puntas, como son al levantarte o acostarte y no esperes encontrar ni jabón ni champú, conténtate con una vieja toalla descolorida como sus edredones.

Habitación del Hostal Happy Inn Logge
El restaurante que ocupa la planta baja, está abierto hasta altas horas de la noche, molestando a los viajeros que intentan dormir con las ventanas abiertas por no disponer de aire acondicionado. La puerta de la cocina del restaurante da a la escalera, por la que ascienden el desagradable olor que se reparte por todos los pasillos. A lo dicho anteriormente, se une que la salida del hostal debe ser antes de la 10 de la mañana, algo incomprensible.
En toda mi experiencia viajera, puedo asegurar que es el peor hostal en el que me he alojado, necesita una reforma total, pero según nos informó una española que reside en Interlagos, el hostal está en régimen de arrendamiento y los arrendadores no están por la labor de gastarse un franco. Pagar 82 euros por noche y habitación, aún aquí, es desproporcionado, realmente me sentí estafado, no se lo recomiendo a nadie.
Después de haber cenado en el restaurante Goldener Anker, un excelente lugar, donde puedes comer por 20 euros, nos dirigimos a tener el primer contacto con la ciudad que nos pareció muy cosmopolita, limpia y atractiva, con buen ambiente nocturno.

Calle principal de Interlagos y las iglesias católica y protestante
Recorrimos Hoheweg, su calle principal, donde se encuentran los lujosos hoteles y tiendas hasta llegar a la estación Interlaken Ost, lugar donde debíamos tomar el tren al día siguiente dirección a Jungfrau. Como en toda Suiza, está plagada de ejemplo de buena convivencia, como así lo constata las dos iglesia: Católica y protestante, que se encuentran una junto a la otra.
Continuará
Viaje a Suiza (I)
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