En el verano de 811, en la parte central de Cantabria, en San Vicente de Fístoles, los hermanos Sisnando y Guiduigia, fundan en un lugar despoblado cercano a Villacarriedo el monasterio de Fistoles o Esles, “en presencia del obispo Quintilla y bajo el gobierno del rey Alfonso en Oviedo”. Cinco años más tarde, el conde Gundesindo, que gobernaba aquella tierra, levanta iglesias y monasterios en los valles de Pas, Miera, Penagos, Cayón y Liérganes. Sus donaciones llegan hasta Bricia y Villarcayo... [1]. Entre los edificios que se cita por su importancia en ese instante de la historia, está la colegiata de Santa Cruz de Castañeda, el de Santa María de Cayón, el de San Miguel de Monte Carceña... Somos testigos de los restos de aquella historia y sus asentamientos dispersos, diferentes a los que hallamos en otras zonas de España, sus cabañas de piedra que se aprecian a lo largo de todo el recorrido (también conocidas como casas vividoras), que se ocupaban en los meses de primavera y verano, cuando los pastos eran buenos. En esta entrega, imágenes desde el Puerto de la Braguía. Las 3 últimas corresponden al puerto Las Estacas de Trueba por donde salimos hacia Espinosa de los Monteros, comarca de la que procedían los llamados "Pasiegos"[2].
[1] Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería, de Froilán de Lózar, Editorial Aruz, 2ª edic, Jul 2010
[2] Basándose en permisos de pastos libres de Portazgo que el Rey Alfonso VIII concedió a sus Monteros en documento del 1206 se fueron asentando en las laderas de los montes del río Miera y del río Pas principalmente.