Viaje de la ilusión primaria, por Julio Roberto Srur

Publicado el 05 enero 2014 por David Pérez Vega @DavidPerezVeg
Editorial Arkadia Publishers Book. 125 páginas. Primera edición de 2013.
 Casi nunca consigo cumplir mis planes de lectura. Quiero leer desde hace años, por ejemplo, a David Foster Wallace y sacar sus libros de la biblioteca se acaba convirtiendo en una tarea más complicada que para el agrimensor K acercarse al castillo. Al ir a casa de mis padres los domingos paso por los puestos de libros de segunda mano de la Cuesta de Moyano, me paro y siempre creo encontrar alguna ganga: una primera edición de un libro hispanoamericano publicado en los 80, una novedad que se vende a mitad de precio porque le llegó a algún periodista cultural y éste lo vendió al puesto de la Cuesta de Moyano por 2 euros... O quiero descubrir si realmente es tan buena esa novedad de la que tanto se habla en internet... O últimamente un autor o un editor me escribe al correo electrónico y me propone enviarme su libro. Al principio decía casi siempre que sí. En realidad, creo que soy una persona a la que le cuesta decir que no, y siempre es halagador que un editor o un autor quiera enviarte su libro para que lo comente en el blog. Sin embargo, he tenido que aprender a ser asertivo y decir no; porque si no lo hiciera acabaría leyendo libros que en principio no tenía pensado leer y me alejaría cada vez más de mis planes de lectura. Elegir mis lecturas siempre fue uno de los mayores placeres de leer y lo cierto es que el número de personas que me escriben para ofrecerme sus libros va en aumento y yo no puedo atender a todos. Sin embargo no fui capaz de resistirme al correo que me envió en octubre Ian Bourgeot, que firmaba su email como “editor y fundador de Arkadia Publishers Helsinki”. Entré en su web con incredulidad: Ian Bourgeot es un editor de origen hispanoamericano e inglés, residente en Finlandia, donde regenta una librería que es a su vez centro cultural, y que ha editado un libro de relatos de un joven escritor argentino afincado (hasta hace poco) en Helsinki. Y lo ha editado en su idioma original, en Helsinki; cuando los libros de relatos de un autor español (o que escribe en español) es prácticamente imposible verlos publicados por una editorial española que no sea de autopublicación. El escritor al que Ian Bourgeot me proponía leer era a Julio Roberto Srur (Buenos Aires, 1980), que había ganado el “premio Nuevo Sudaca Border 2010/2011”, y del que editaba su libro de relatos Viaje de la ilusión primaria (2013). Acepté la recepción del libro por curiosidad, y éste me llegó al buzón hace unas semanas, en un sobre cuajado de coloridos sellos argentinos.
Me temí lo peor al empezar a leer el primer cuento, titulado La indemnización (el cuento que hizo a Srur ganador del premio Nuevo Sudaca Border 2010/11) y encontrarme en su segunda frase con una construcción lingüística que me resultaba malsonante: “El hecho de haber fracasado en mi primer matrimonio y con las sucesivas relaciones con mujeres no es, para mí señal de una honda frustración, aunque, por cierto, hubiera preferido otros desenlaces”. Las negritas son mías, y con ellas resalto esa cacofónica repetición de la preposición “con”. Por fortuna fue una falsa alarma, porque de hecho el uso del lenguaje de Srur (salvo en esa primera impresión inicial) en este libro es prolijo en brillos constructivos, en frases ampulosas escritas con gracia e ironía. La indemnización nos acerca a la desesperación de un hombre que sucumbe a la pérdida de su patrimonio durante la crisis argentina del 2000, pero que con un optimismo patético intenta afrontar su situación. Este cuento, así como los tres restantes que componen la primera parte del libro, sin ser fantásticos sí presentan elementos de extrañeza frente a la realidad narrada, pero es una extrañeza que acerca más a los personajes a la locura o al símbolo que a la narración fantástica. En este sentido, creo que Srur es un gran conocedor de la historia del relato argentino, a cuya tradición pertenece. Yo diría que en los cuentos de esta primera parte podría encontrarse la influencia de un escritor tan sutil y original como Isidoro Blastein; y quizás algo de la ironía (aunque en este caso menos hiriente) de Roberto Arlt. El goleador adelantado, gracias al popular tema del fútbol, le sirve a Srur para escribir un relato de trasfondo social. En Perdón a los escarabajos retrata la violencia inconsciente propia de los niños, y en él Srur escribe una emotiva historia sobre la culpa y el pasado. Las obsesiones de Laura, con sus casi 40 páginas de letra apretada (este libro de 125 páginas podría haber llegado a tener 200 en otro formato), es prácticamente una novela corta y para mí ha sido el mejor texto del conjunto. Un cuento simbólico sobre la mitificación del artista, que juega con la idea del Otro, y que acaba resultando una lectura muy agradable. Roberto Bolaño o César Aira podrían ser los padres literarios de este relato. En la primera página de esta narración el homenaje a Bolaño parece claro al hablarnos de un escritor que es “pobre como una rata”, expresión que se repite como una broma en más de una de las novelas y cuentos de Bolaño, cuando éste quería caracterizar a sus personajes escritores.
La segunda parte del libro está formada también por cuatro cuentos: El fusilamiento del fantasma, Imitación de la ironía, El segundo de un canalla y Tesis. Estas narraciones son de mucha menor extensión que las anteriores y de menor calado literario. El fusilamiento del fantasma parece la recreación juvenil de un tema de Borges. Imitación de la ironía, ambientado en Helsinki, es una narración simpática, pero de anécdota demasiado mínima. Algo parecido a lo anterior ocurre con El segundo de un canalla o Tesis, narraciones que me parecen mucho más inocentes que las planteadas en el primer bloque de relatos, y que me hacen afirmar (sin saberlo de primera mano) que estos cuatro cuentos están escritos antes que los primeros, y que la voz de Srur es aquí mucho más titubeante. En este bloque del libro nos encontramos con un joven escritor en busca de su estilo propio.
No me han gustado los cinco cuentos que componen la tercera parte del libro. Aunque más que de cuentos quizás debería hablar de composiciones poético-surrealistas. Se trata de relatos aún más juveniles que los anteriores. Recuerdo como propia esa etapa que ha debido de pasar casi cualquier escritor de cuentos: me siento a escribir sin tener una idea previa de lo que voy a contar, simplemente me apetece sentarme a escribir y la magia de la escritura ya me guiará por el camino que considere conveniente. Yo experimenté una fase así hacia los veinte años, tras leer El almuerzo desnudo de William Burroughs. Bajo los embrujos de lo que parece prosa automática, Srur comienza la última narración de su libro, titulada Recuerdos de ser que gravitó, de la siguiente forma: “Nubes de polvo en una espiral que abarca estrellas, sobre una noche que parece tan infinita como profunda. Gravito en la niebla y me veo tocando subestructuras de luces. La interacción es nacimiento y el nacimiento se convierte en estrella, luz, niebla, universo. Lo que llaman irregular, lo que llaman coherente, este paisaje en esta etapa, no se aplica a las leyes de lo que emergió y de lo que emerge permanentemente desde lo insondable” (pág. 123) y así sigue durante otras dos páginas.
De Viaje de la ilusión primaria me quedo con las cuatro primeras narraciones, que han supuesto una grata lectura y que me han mostrado a un joven escritor, conocedor de la tradición de su país, con talento y capacidad para interesar al lector. Y destaco sobre todo Las obsesiones de Laura, una novela corta que he leído con verdadero placer y que me hace pensar que Julio Roberto Srur tiene probadas dotes para la novela.