For Now I am Winter - El invierno nunca es para siempre
Si la melancolía de noviembre nos deprime, pensemos un momento en nuestros amigos de Islandia, que en esta época del año solo tienen entre cuatro y seis horas de luz solar al día. Y de paso felicitemos por su cumpleaños al magnífico músico islandés Ólafur Arnalds, a quien ya conocimos antes rindiendo homenaje, a su manera característica, a su querido Frédéric Chopin (9 de agosto).
Arnalds se sintió impulsado durante años a mantener casi en secreto su amor por la música clásica, mientras se abría un camino más a la moda en la música hardcore, punk y electrónica. Ahora que ha salido orgullosamente de la caja de música, por así decirlo, es aclamado como una de las voces más dinámicas e interesantes de la escena clásica actual.
Muy prolífico y cultivador de múltiples géneros, como bandas sonoras para cine y televisión, así como encargos para salas de conciertos, habla con toda franqueza de un problema que tienen los compositores de la generación del milenio y que no tenían sus antecesores: sacar tiempo para componer en una época de entretenimientos informáticos continuos. "Crear música es ya cuestión de decirse a uno mismo: voy a hacerlo ahora -confiesa-. Apago el teléfono y apago el ordenador. Y me quedo sentado hasta que se me ocurre algo".
Para preparar el álbum al que pertenece este corte se asoció con otro dotadísimo treintañero, Nico Muhly (26 de agosto), para la parte orquestal. Es una combinación privilegiada. Estamos ante una música inteligente, meditada y conmovedora. Las impecables texturas vocales de esta emotiva obra coral me parecen enriquecedoras, ya que proponen un reflejo de salvación sónica.
"Sigo trabajando con la idea de esperanza -declara Arnalds-. Por muy mal cariz que tengan las cosas, siempre hay luz al final del túnel [...] For Now I am Winter viene a decir que el invierno nunca es para siempre. Después viene la primavera". Alabado sea Dios.
Clemency Burton-Hill