#Viajeatarraco II: unas tapas o canapés de la Antigua Roma

Por Baco Y Boca @BacoyBoca

Como os explicamos hace unos días, pasamos un sábado en Tarragona con compañeros Bloggers para disfrutar de algunas de las actividades de Tarraco Viva. Una de ellas era un taller de Fast-food a la Romana: Haz tu propia tapa, taller Degustación Domus Apicius, donde por solo 5 € en grupos de 8 personas, elaborabas un par de tapas tal y como lo hacían en la época romana, o así creemos claro, ya que la certeza no la tendremos nunca…aunque queda algún documento culinario, no hay ningún superviviente de esa época, solo las excentricidades de Aspicius que os explicábamos en la primera parte de nuestro #viajeatarraco

El caso es que nos parecieron unas tapas muy curiosas, fáciles y tremendamente actuales, así que tomamos todas las notas necesarias para poder compartirlas con vosotros y os podáis lucir en cuanto tengáis oportunidad. Empezamos con la Hipotrimma: necesitaremos para una rebanada.

1 cucharada colmada de queso fresco o mató

1 Nuez

2 Pasas

1 Trocito de apio (un par de centímetros)

Sal y Pimienta

Eneldo

Miel

Aceite

Vinagre

Vino rancio

Cogemos la nuez, las pasas y el apio y lo picamos muy pequeño. Mejor con cuchillo que con picadora. Una vez lo tengamos, insisto, bastante pequeño, lo mezclamos con el queso fresco.

Como veis en la foto, se aprecian los trozos, pero no son grandes tropezones, debe quedar todo como una pasta. Una vez lo hayamos mezclado todo, añadiremos el resto de ingredientes: la sal, la pimienta, la miel, el eneldo, el aceite, el vinagre y el vino rancio, todo a pequeñas cantidades. No hay medidas, deberéis ir probando hasta adaptarla a vuestro gusto, por lo que os recomiendo empezar poniendo poco, siempre es más fácil ir añadiendo. Volvemos a mezclar.

Quedara una  textura de paté. Y tan fácil como untarlo en unas rebanadas de pan!. Así lo comimos nosotros y estaba muy bueno. Todos sabores muy suaves pero al llevar tanta especie no era nada insulso. Probadlo primero vosotros y cuando le cojáis el punto, a ponerle imaginación: quizá untarlo en una coca, o en un poco de hojaldre, en un cogollo, rellenar vol-au-vents…atreveros y nos contáis como os ha gustado más. Es facilísima y no necesita cocción, ideal para improvisaciones y momentos de apuro.

La segunda tapa que hicimos fue un hummus, aunque no era exactamente tal y como ahora lo conocemos, esta tapa bien presentada podría ser la estrella de cualquier carta de restaurante innovadora. Ahora sabréis porqué. Para hacerla utilizamos unos morteros muy curiosos que eran los usados en aquella época, cuya finalidad más que machacar era moler y por eso tenían una base rugosa y una maza ergonómica que facilitaba la tarea.

Los ingredientes para este Hummus Tarracus (ojo, el nombre es invención de ahora mismo) son

7 ó 8 Garbanzos cocidos

4 ó 5 Granos de mostaza

1 Anchoa

1/4 de Huevo cocido

Vinagre

Aceite

Miel

Sal (al final si es necesario, depende de la anchoa)

1 Fresa

Trituraremos los garbanzos con los granos de mostaza y la anchoa. Como supongo que no tendréis un mortero romano, vamos a llamarlo así, creo que sería bueno hacerlo en un plato llano con un tenedor, ir chafando hasta que quede una pasta. La verdad, tenemos que probar como hacerlo con utensilios “modernos”. Bueno, cada uno tendrá que echar mano de lo que tenga.

Cuando esté hecha una pasta, añadir el cuarto de huevo cocido, un poco de vinagre, aceite y sal y volver a mezclar todo, hasta que, igual que la Hipotrimma quede con una textura de paté. Probarlo por si tenéis que añadirle sal o cualquier otro ingrediente de aliño hasta que lo encontréis en su punto. Coger la fresa y cortarla a rodajas o a cuartos, como queráis, servirá para adornar la tostada de hummus.

Y a comer!. Así de sencillo. Los romanos utilizaban mucho la miel, ya que es un conservante natural y también el vinagre y las hierbas aromáticas. Dicen que era por un lado, para darle un poco más de sabor y consistencia a las recetas y, por otro, para disimular los olores que seguramente en más de una ocasión despedían los alimentos, que empezaban el proceso de putrefacción.

Por suerte, hoy es mucho más fácil tener estos ingredientes y tenerlos frescos, sobre todo, gracias a las neveras ;-) . Cualquiera de las dos recetas es fácil y rápida, sinónimo de socorrida y pueden ser ideales para canapés. Imaginaos por ejemplo una fila de tostadas pequeñas, de esas cuadradas con el hummus y un cuarto de fresa encima, y otra fila de la Hipotrimmia al lado, incluso con una hoja de menta para decorar. Como siempre decimos, ahí es donde intervenís vosotros con vuestra creatividad. La base ya la tenemos, y nos viene de la Antigua Roma!.

No dejéis de contarnos si decidís hacerla, que os ha parecido. Ah, y no olvidéis que la cantidad que aquí os ponemos es solo para una rebanada!!

Bon profit