Ryszard Kapuscinski nos cuenta que hay varias formas de hacer los reportajes de los viajes por los distintos puntos del mundo, dependiendo de los medios que te proporcionen las agencias para las que trabajes. Como él no trabajaba para una agencia rica, no puede permitirse lujos que otros sí pueden. Se trata de un periodista de la Europa del Este y en 1960. Tiene que seguir el método tradicional, “el de andar, preguntar, escuchar, acopiar, atesorar y enhebrar las informaciones”. Gracias a eso, dice “me entero de cosas que no aparecen en la prensa y en la radio”
Pero tiene un buen maestro y acompañante, porque es que aunque la mejor forma de viajar es hacerlo solo, Kapuscinski hace una excepción y se lleva una compañía y guía excepcional. Dice él “no creo que nos estorbemos: nos separa una distancia de 2.500 años”. Se trata de Heródoto, un griego que vivió en tiempos de Confucio, Buda, Sócrates, Platón, Sófocles, Pericles, y de reyes persas como Darío I y Jerjes I, por decir algunos, que hizo un recorrido por todo el mundo conocido a su alcance, legándonos el libro “Historia” que como lo califica Kapuscinski se trata del “primer gran reportaje de la literatura universal”
¡Y qué libro! Kapuscinski nos lo comenta y explica de una forma muy didáctica y amena. Cuenta cómo Heródoto despliega ante nuestros ojos en el tablero a todas las tribus y ciudades de su mundo conocido, lo ameniza con anécdotas y costumbres, y una vez que nos encontramos situados en materia, las pone a interactuar, como dice el escritor, “¡Ahora vamos a ver consumar el mayor drama de la Historia!” La gran guerra de la antigüedad, entre griegos y persas. Heródoto cuenta la Historia que poniendo de referencia los reyes persas, van desde Ciro el Grande a Darío II, más o menos. Hago hincapié en que Darío I, fue el que comenzó la construcción de Persépolis.
Si bien como nos va explicando Kapuscinski, la obra de Heródoto “está salpicada de pasajes destinados a atraer, a sorprender y a asombrar” como una forma de amenizar lo contado. También es verdad que Kapuscinski consigue esa variedad, tanto cuando nos habla del mundo antiguo, como cuando se sitúa en sus propios viajes de 1960-1980, resultando muy agradable y didáctico este libro, porque Kapuscinski recorre la India, China, Egipto, Irán, Sudán, El Congo, Senegal, Etiopía, Argelia … Y siempre aderezados con sus pensamientos, y con sus preguntas sin respuestas. Algo que me encanta.
Kapuscinski es un polaco de 1932. Heródoto es un griego de 485 aC, aunque hoy sería turco, al igual que ayer Kapuscinski hubiera sido escita. Ambos de la misma especie, de esos individuos que se lanzan al mundo para conocer, luego descubrir y luego transmitir. Los dos fascinados por “la otredad”, para ellos lo diferente no resta, sino suma, porque “el hecho diferencial sólo existe para subrayar la unidad, en toda su plenitud y riqueza”. Y los dos contándonos lo visto, lo oído, lo pensado, de una forma que a ratos es incluso divertida, ese tipo de diversión que aporta la originalidad de carácter del que lo escribe.
Resumiendo, un libro maravilloso en el que se aprende una barbaridad. Las referencias a libros también son de interés, pues para este escritor "con cada nuevo libro hacía un nuevo viaje al país. Viajes mucho más multidimensionales que aquel que realmente había hecho".
Un sabio chino que me ha hecho sonreír al que habrá que curiosear: Chuang Tzu, que sobre lo que a veces hablamos dice: “¿En verdad existe el habla? porque el habla ha de decir algo, porque si no, ¿se le puede considerar diferente que el gorjeo de los pájaros? ¿o quizás no?
Me despido con un aviso: Cuenta el escritor, que en Senegal, por la noche aparecen unas mariposas que parece ser que les irrita las pupilas humanas. Así que no cesan en su empeño de posarse sobre los ojos, intentando tapárnoslos, y cosas así. ¡Queden informados los que pretendan viajar a Senegal de llevar gafas apropiadas!
NOTAS:
- El libro de Jawaharlal Nehru “El descubrimiento de la India, la gran autobiografía del Mahatma Gandhi”
- El libro “Panchatantra”, dice de él que es una preciosidad. Son una colección de fábulas.
- El libro “Maneras y costumbres hindúes”, del padre J.A. Dubois que estuvo 35 años en la India.
- El libro “El libro verdadero de la Flor del Sur”, del sabio chino ferviente taoísta Chuang Tzu.
- Libros del poeta chino partidario de Confucio, Han Yu.
- El libro “Estudios de Africa Occidental”, de Mary Kingsley (aparece una breve biografía de esta mujer en el libro de Cristina Morató: "Las reinas de Africa"
- El libro “Africa ambigua”, del antropólogo francés Georges Balandier.
- El libro “Poder negro”, del norteamericano Richard Wright, al que califica de inquietante.
- Teoría de las raíces egipcio-africanas de la civilización griega del senegalés Cheikh Ant Diop. “Así que lo mismo que el origen del hombre está en Africa, parece ser que la cultura europea hunde sus raíces en este continente” Hay otra teoría similar, la de la négritude del poeta senegalés Senghor (que tras la independencia de Senegal en 1960, será su presidente) y además fue el creador del Festival Mundial de Artes Negras, que se celebra con proyección anual, en Dakar.