Revista Cultura y Ocio

Viajes: La Haya despide el año como lo empezó, con arte

Por Fat
Viajes: La Haya despide el año como lo empezó, con arte
*Por ENRIQUE SANCHO
Desde noviembre de 2008 la propuesta Holland Art Cities, está siendo el gran evento que protagoniza la agenda artística y cultural de Holanda. Las cuatro grandes ciudades del país -Ámsterdam, Rótterdam, La Haya y Utrecht- y los diez grandes museos de estas urbes han presentado lo mejor de sus colecciones y han acogido otras internacionales. Ahora, cuando el proyecto se acerca a su fin, quieren despedirlo a lo grande.
En La Haya, el museo Maurithuis (www.mauritshuis.nl), que conserva en su colección permanente como icono principal el pequeño cuadro de Johannes Vermeer “La joven de la perla” (aunque en realidad su título original es “Muchacha con turbante”) acoge desde el 4 de noviembre y hasta el 30 de enero, una colección que sería la envidia de cualquier amante del arte. Se trata de la colección privada de Eijk y Rose-Marie de Mol van Otterloo, unos holandeses residentes en Estados Unidos, que han reunido, en poco más de siete años, un conjunto de cuadros de los antiguos maestros holandeses donde no faltan, claro, Rembrandt, Frans Hals, Jan Oteen, Aelbert Cuyp y Hendrick Avercamp. Curiosamente, la estrella de la muestra es un minúsculo cuadro de 17x22 cms. original de Gerrit Dou, que representa un perro dormido en el que pueden contarse cada uno de sus pelos. Es una hermosa colección de paisajes, retratos, escenas de género, marinas, floreros y naturalezas muertas que se exhibe por primera vez en La Haya, con 44 obras maestras de los grandes pintores holandeses durante su Edad de Oro que ocupa un piso del museo durante tres meses y que permite apreciar obras que no se encuentran en los museos. Muy cerca del Maurithuis, y dependiente de él, se ha reinaugurado en septiembre pasado la Galería Príncipe William V, considerada como el museo más antiguo de Holanda. Se trata de una pequeña galería, emplazada en una casa de estilo Luis XIV y que alberga obras de artistas del XVII que ilustran la vida cotidiana de Holanda en esa época. La galería es una reconstrucción de una del siglo XIX, y como ocurría entonces, las paredes están abarrotadas con 150 pinturas de distinto tamaño y calidad, del techo al suelo.Cuando el museo es la obra de arte
El Gemeentemuseum (www.gemeentemuseum.nl), o Museo Municipal de La Haya, reabierto en 1998, alberga una rara colección donde no faltan los trajes de época, los instrumentos musicales, los vidrios romanos, la porcelana de Delft ni, desde luego, obras maestras de Monet, Van Gogh o Jongkind. Pero tal vez lo más interesante de este museo es él mismo, el edificio, una muestra de la arquitectura de vanguardia de los años 30 del siglo XX cuando imperaba en toda Europa en Art Nouveau. Se trata de la tardía creación del arquitecto H.P. Berlage (1863-1934). El museo es una obra de arte en sí misma, diseñada con sabiduría y ojo para los detalles. Su ladrillo amarillo y el volumen de la construcción ofrece una apariencia relajada y alegre. El interior está decorado con coloridas baldosas, preciosas vistas y una luz especial que es la envidia de cualquier museo.Berlage hizo todo lo que pudo para acomodar al público, creando un museo conveniente donde la gente puede disfrutar a gusto del arte. Entrando en un largo pasillo con paredes de cristal, los visitantes llegan a un impresionante bar. Las salas de las exposiciones no son demasiado grandes y donde ha sido posible están apartadas de los pasillos para evitar la distracción. Además cada galería tiene una luz natural espléndida.El 27 de noviembre, el Gemeentemuseum inaugura una exposición sobre el arquitecto que lo creó donde se muestras sus diseños para muebles, modelos a escala de edificios, diseños de azulejos, etc.Mucho que ver en La HayaAl salir de los museos se muestra la ciudad. La Haya es una urbe elegante, con parques y plazas muy amplias, cuya forma de vida seria y tradicional está en consonancia con su papel de capital diplomática, sede de la corona y con el de centro mundial de paz y justicia.
El corazón de la ciudad y su principal monumento es el Binnenhof, sede del parlamento de Holanda, donde cada año en otoño tiene lugar la ceremonia de apertura del año político con las carrozas de oro y toda la parafernalia de la corte real. El complejo actual cuenta con un lago, el Hofvijver, en el que se refleja la fachada creando un ambiente bucólico en pleno centro de la ciudad, la Ridderzaal (Sala de los Caballeros), un edificio de esbeltos torreones. El complejo, cuenta además con edificios utilizados por la Primera y Segunda Cámaras de los Estados Generales. En una esquina de la parte de atrás del Parlamento se alza un pequeño palacio del siglo XVII, el Mauritshuis, ya mencionado, conocido como la Real Galería de Pintura, que está en proceso de ampliación.Alejándose un poco del centro se puede contemplar el Panorama Mesdag, pintado por Hendrik Mesdag en 1881, una curiosa obra circular de 120 x 114 metros, la mayor de Holanda, que representa el mar, las dunas y el pueblo de Scheveningen en una figuración naturalista a la que contribuye ciertos elementos naturales, como arena, conchas marinas, maderas y vegetales. Por supuesto, la siguiente visita es la propia playa de Scheveningen, con su viejo casino y su aire decadente en la que se pueden ver todavía a mujeres que llevan el traje tradicional a diario.En el camino se encuentra el Vredespaleis o Palacio de la Paz, que alberga el Tribunal Internacional de Justicia. El palacio lo inició el zar Nicolás II de Rusia que invitó a 26 naciones a constituir un tribunal mundial de arbitraje; pero, en realidad, el edificio actual fue construido en 1903, gracias al donativo de un empresario americano.
La visita a La Haya no puede terminar sin acercarse a la ciudad Miniatura de Madurodam que es una representación en maqueta de los principales monumentos holandeses antiguos y modernos a escala 1:25 y en movimiento. Los molinos de viento dan vueltas, los barcos de excursiones navegan por los canales de Ámsterdam, se apaga un fuego en el puerto, los trenes más modernos cruzan toda la ciudad por las vías de ferrocarril en miniatura más grandes del mundo. Y al anochecer adquiere una impresión de cuento de hadas debido a las 50.000 lucecitas que lo iluminan.
-Cómo ir: La Haya no tiene aeropuerto, el buscador de vuelos Skyscanner.es propone volar a Ámsterdam, con precios a partir de unos 30 euros en compañías de bajo coste y luego tomar un tren en el propio aeropuerto hasta el centro de La Haya, por 10 euros.
-Como alojamiento, una buena opción es el Mercure Den Haag Central (tel.: (+31)70/3636700 y www.accorhotels.com/), muy céntrico, limpio y funcional con un magnífico buffet y precios a partir de 85 euros la habitación doble.
Información: www.holland.com

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