¡Qué ganas tenía de escribir este post!
Me habéis estado pidiendo por redes sociales que os cuente mi experiencia de Cancún, así que sigue leyendo porque te desvelaré todos los detalles.
Como sabéis hace sólo algunos días que he vuelto de México, dónde estuve pasando algunos días de vacaciones en la playa, concretamente en Riviera Maya.
Ya os había adelantado (aquí), que semanas antes de salir hacia mi nuevo destino, la idea no me hacía mucho, porque a mí eso de estar tumbada todo el día no me terminaba de convencer. Pues estaba equivocada, y muchísimo, porque no sabéis todas las cosas que se pueden hacer en Riviera Maya.
Ven, ven, sigue leyendo que verás todos los detalles de este lugar tan especial.
Nos subimos al avión el domingo por la tarde en Madrid, y nos bajamos en el Aeropuerto de Cancún sobre las 20hs, y aunque son como 10 horas de avión, debo confesar que yo me acomodo y me quedo dormida como una roca, así que en mi caso, y nunca mejor dicho, se me pasaron volando.
Una vez llegas al Aeropuerto, tienes que armarte con un poquito de paciencia para pasar todos (varios) controles que tienen de salida, pero una vez cruzas la puerta y respiras el ambiente cálido que te espera fuera, ya das por inauguradas oficialmente tus vacaciones.
A partir de ese momento, todo fue abrir bien los ojos y dejarse llevar.
Un autobus nos estaba esperando en la puerta (ya sabéis que que esto para mí es nuevo, soy reina "me apaño sola con mi mochila"), así que no podía estar más contenta de que nos cuidaran con tanto mimo.
Ahora sí, todo estaba listo para llegar a nuestro próximo destino, el complejo Grand Palladium Riviera Maya Resort & Spa. Del Aeropuerto a la zona de los hoteles, hay como una horita de bus, pero durante el camino te van explicando las excursiones y contándote curiosidades, y así se hace más ameno.
A medida que te vas acercando a la zona del Grand Palladium ves como la zona se vuelve todavía más frondosa, casi selvática, vamos un verdadero paraíso.
Y por fin nuestra parada... el precioso Grand Palladium Riviera Maya Resort & Spa:
La verdad es que desde el primer minuto que llegas te tratan como una reina, olvídate de los abrigos, de llevar la mochila y de arrastrar ya las maletas, porque en cuanto entras te asignan tu número de habitación, se encargan de llevarte el equipaje directamente donde toca, para que tu solamente te ocupes de ir a cenar y comenzar a relajarte.
Así que con el hambre voraz que teníamos después de tantas horas de viaje, nos fuimos directos al Buffet del Hotel, y la primera parada obligada fueron estos totopos (como Doritos), con guacamole y pico de gallo:
Antes que nada, debo contarte que el Grand Palladium es un complejo compuesto por varios "barrios" podríamos decir, donde cada uno de ellos tiene su propia recepción y restaurantes, una forma fácil de separar a los turistas, darles un poco de privacidad y servicio personalizado. En total tiene unas 1500 habitaciones, imagínate si sólo hubiera una centralita y un buffet para todos, locura!
Una vez llegas, te encontrarás con el Grand Palladium Colonial, Kantenah, Riviera y White Sand. Nosotros escogimos el Riviera, pero son todos muy parecidos, respetando una misma línea, cada uno tiene su propia arquitectura, y moverse entre todos ellos es muy fácil con unos carritos que pasan todo el tiempo de lobby en lobby para que puedas visitar el resto de hoteles y probar sus restaurantes o disfrutar de sus piscinas.
Volviendo a mis vacaciones, ya cenados nos fuimos directos a conocer nuestra esperadísima habitación, y nos encontramos este sitio de ensueño, perfecto para pasar unas vacaciones deluxe:
¿Hola? ¿Es esta mi habitación? ¡Pero si es más grande que mi casa!
Un salón con una tele gigante, sofá, balcón, el baño con ducha y además un jacuzzi, y la cama enorme con otra terraza exterior... ¿En serio? ¿Todo esto para mí? ¡Ya me entraban ganas de quedarme a vivir aquí!
Al día siguiente, madrugamos para poder descubrir cada rincón del hotel y salir a conocer un poco los alrededores, así que a olvidarnos del jet lag y en pie que estamos en México por fin!
Por suerte el Buffet para desayunar abre a las 7am, y puedes encontrarte un comedor gigante (pero no estoy exagerando), una cantidad innumerable de barras con comida pasando de fajitas, a frutas recién cortadas, por galletas, carne, batidos, lo que se te ocurra, puedes comer todo lo que quieras y más:
Una vez desayunados nos fuimos directos a conocer la piscina, qué ganas de ponerme el bikini y descansar un poco.
Te puedo contar que este lugar es impresionante, pero creo que no hace falta que te lo diga, las imagénes son increíbles, así estaba yo, que tumbada y todo no podía parar de hacer fotos en cada rincón del Grand Palladium Riviera Maya Resort & Spa que íbamos descubriendo:
Esto que ves en la foto de arriba es uno de los Buffets del Hotel (abierto todo el día) y a pie de la piscina, o sea, que lo pasas tan mal como que te ponen un cocktail y unas papas, mientras te relajas y te das un chapuzón:
Un poquito más tarde, salimos del Hotel para hacer algunas excursiones y la verdad es que no puedes dejar de conocer estos sitios tan imponentes y llenos de energía, como Coba, dónde puedes subir a la cima de una pirámide:
O Tulum, dónde el paisaje de Playa Paraíso te hará olvidar de las obligaciones, el trabajo, perdiéndote en un mundo paralelo de relax del que no querrás volver:
Por la tarde volvimos al hotel a seguir disfrutando de la playa del Grand Palladium. Para los que como yo, los que no habéis estado en un lugar así, te cuento que es vivir de vacaciones 100%, tienes barras del Hotel en cada rincón de las instalaciones (incluidas las que están dentro de la piscina), y puedes pedir, lo que quieras cuando quieras, sin preocuparte por pagar nada, un todo incluido de lujo:
Cuando llega la noche es hora de disfrutar de la cena en alguno de sus restaurantes temáticos, como El Dorado (Steak House), Mare Nostrum (Cocina Mediterránea), Bamboo (Asiático), La Adelita (Cocina Mexicana), Ribs & More (Barbacoas), Sumptuori (Japonés), Rodizio (Cocina Brasileña), Portofino (Cocina Italiana), Punta Emilia (Arroz y Pescado).
Nosotros los probamos casi todos, pero sin duda, dónde mejor lo pasamos fue en el Sumptuori, donde un chef prepara la cena con espectáculo en directo.
Pero también puedes comer en los Buffets generales, que cada noche se visten de gala para celebrar una noche especial, durante nuestra estancia pudimos disfrutar de un menú especial tipo Americano, Mexicano y Español.
Una vez terminada la cena, es hora de pasar un buen rato con los espectáculos que se celebran cada noche en el Teatro del Hotel. Desde musicales a varietés del ballet/equipo People Of Palladium, toda una amplia oferta para tomarte algo antes de entrar a la discoteca del hotel. Una de las noches pudimos disfrutar de Rock Forever, un musical dónde los bailarines dan vida a canciones de Rolling Stones, Queen y Aerosmith! Imperdible si eres una fan incondicional de la música como yo.
¿Sabes qué? Tengo un secreto que contarte, porque este viaje no termina aquí, no no, he podido disfrutar en exclusiva de mi #ExperienciaRoyal en las estancias The Royal Suites by Palladium, un paraje alucinante, unas habitaciones de lujo y muchos secretos que descubrir que os contaré en el próximo post, así que si quieres vivir unas vacaciones de ensueño no te separes del blog, porque ya te digo que vas a alucinar tanto como yo.
Puedes encontrar toda la información del Grand Palladium en su web, allí podras ver las habitaciones en visión completa, ver los restaurantes y hacer un viaje 2.0 para animarte a conocerlo en tus próximas vacaciones: www.palladiumhotelgroup.com/es/
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