Viajo Sola. Samuel Björk

Publicado el 20 abril 2015 por Carmina
A muchas lecturas se llega gracias al boca a boca, o bien por múltiples reseñas blogueras. A esta concretamente llegué a traves de las opiniones de una lectura conjunta que se hizo en blogger y en twitter, el libro picó mi curiosidad y cuando pasé por la biblioteca a devolver la lectura obligatoria de mi hijo mayor, no pude dejarlo allí a pesar de todo lo que tengo acumulado en mis estanterías.
Tenía las expectativas tan altas y los comentarios de twitter las alimentaban de tal forma que tenía miedo de que el libro terminara defraudándome, sin embargo he de reconocer que las ha cumplido con creces, que el autor para ser su primera novela negra ha puesto el listón muy alto, y ha creado una trama completamente adictiva y unos personajes sólidos que no me importaría volver a encontrar en el futuro, así que estaré pendiente de sus próximas novelas.
No es la única lectura que he acometido por recomendación de la red, sin embargo pocas han dejado una satisfacción tan alta y un sabor de boca tan intenso. A riesgo de seguir aumentando hasta el infinito mi lista de pendientes pienso seguir la pista de todo lo que recomendéis y si algo llama poderosamente mi atención me lanzaré a la piscina sin pensarlo mucho.
El autor:
Samuel Björk es el seudonónimo del noruego Frode Sander Öien. Es novelista, autor de obras de teatro, cantante, ha expuesto en diversas galerias de arte y ha traducido a Shakespeare. Hasta el momento ha publicado dos novelas Pepsi Love (2001) ySpeed for Breakfast (2009). Vive y trabaja en Oslo. Esta es su tercera novela, éxito de ventas en varios países donde ya se ha publicado.
Argumento:
Viajo sola y no soy la única
Un hombre sale a pasear con su perro para recuperarse de la resaca y de su cargo de conciencia. De repente el perro sale corriendo entre los arboles. Allí el hombre descubre a una niña que cuelga de un árbol, balanceándose sobre el suelo. Con una mochila escolar en la espalda y un cartel alrededor del cuello que dice "Viajo Sola". El inspector de policía Holger Munch se encarga del caso y no tarda en darse cuenta de que va a necesitar la ayuda de  su excolega Mía Krüger. Sin embargo, Mía que siempre había sido una chica sana, ahora parece estar enferma.
Holger Munch acude a su casa para pedirle que vuelva a servicio activo, no tienen la más remota idea de lo que les espera.
Mis impresiones:
La novela empieza fuerte, con un prólogo que nos situa en el año 2006 y una niña desaparecida en una maternidad, el caso pertenece al inspector Holger Munch, y del bebé nunca se supo nada más, ninguna pista para encontrarlo. El caso pesa en el palmares de Munch.
Seis años después el caso vuelve a la luz de una forma un poco dura, una niña vestida de muñeca pende de una cuerda en un árbol, con un cartel que reza Viajo sola. Lo que descoloca a los investigadores es la pulcritud del asesino y el método utilizado, así como toda la parafernalia que parece rodear la muerte de la pequeña, tanto como la certeza de que no será la única.
De esta forma tan contundente comienza una novela que se desarrollará en siete partes y 89 capítulos numerados en los que se entrecruzarán tramas y subtramas que en ocasiones parece que nada tienen en común pero que terminarán encajando con la precisión de los engranajes de un reloj suizo.
Quizás lo que en un principio más llamó mi atención fue la autodestrucción a la que estaba sometiéndose Mía Krüger en su casa de la isla de Hitra, por más que intentaba entender porque se atiborraba de pastillas esperando una muerte que tenía al alcance de la mano, no lo lograba, no podía empatizar con ella, la notaba fría, insensible, pensaba que estaba aquejada de alguna enfermedad incurable, y sin embargo esta parecía radicar en el alma.
Después ya empecé a centrar mi atención en los asesinatos, el hecho de que fueran niñas de seis años y la forma en que eran encontradas dolía, todo apuntaba a que el sufrimiento era nulo, que estaban bien cuidadas antes de su muerte, sin embargo no dejaban de ser niñas a las que habían secuestrado para asesinarlas, todas tenían algo en común, seis años, iban a comenzar la escuela, y todo parecía apuntar una y otra vez a ese caso que Munch fue incapaz de resolver seis años antes.
Los autores nórdicos suelen utilizar la novela negra para hacer denuncia social, para romper esa imagen idílica que se transmite de su país, y Samel Bjork hace lo propio, de aquí la presencia de subtramas, igual de atractivas que la trama principal, hasta el punto de que mantiene la atención del lector sobre la historia que está contando, sin ser un thriller vertiginoso, si que dosifica la información de tal forma que la tensión no disminuye en ningún momento, aunque se intensifica en las dos últimas partes.
Entre los temas de denuncia social se encuentra el estado de abandono y violencia en el que sobreviven dos hermanos en una cabaña en el bosque. Los Iversen encuentran a la segunda victima cuando juegan en el bosque para no escuchar las constantes peleas de sus padres. Contrasta la suciedad de la casa, con la limpieza de la habitación de los niños, la depravación de los padres con la pureza de ambos hermanos.
Junto con este tema también encontramos las sectas religiosas, el fanatismo, lo que se esconde tras muchas de ellas, ese lavado de cerebro para anular la voluntad de los seguidores y moldearlos según los intereses del lider, también aquí podemos ver la contraposición de la depravación y la pureza, en este caso el exponente de la depravación sería el pastor Simon y el de la pureza su mano derecha Lukas, un muchacho que adora al pastor, que haría cualquier cosa por él y que en ultima instancia pretende salvarlo del maligno.
Otro tema en este caso menor sería las drogas y el infierno en el que viven tanto los adictos como las familias, precisamente este es uno de los temas que tocan de cerca a Mia Krüger, el autor lo trata de una forma muy intimista, hasta el punto de que es creíble al 100 por 100, la experiencia de Mia se va desgranando en forma de flash back y ahí es donde comenzaremos a comprender un poco su comportamiento, esa obsesión por matarse, esa adicción a las pastillas para adormecer el dolor por la pérdida y el remordimiento de la culpa.
Quizás el tema que ha puesto un poco de humor a tanta tragedia ha sido el de los transexuales, el hecho de no aceptar ser mujer atrapada en un cuerpo de hombre, el hecho de esconderte en garitos de mala muerte y ser señalado por la calle.  Sin dejar de ser un drama, hay quien lo vive con tanta naturalidad que abochorna.
Y planeando durante toda la novela quizás el tema más importante y a la vez el tratado de forma más superficial, la imposibilidad de ser madre, los sinsabores que ocasiona.
¿Donde esta el límite que produce el click en el cerebro? ¿En que momento se cruza la raya y una persona normal es capaz de cometer un asesinato?
Estas preguntas planearon por mi mente durante la lectura de esta novela y creedme encuentran respuesta, poco a poco todas las piezas de este gran puzzle van encontrando su lugar, encajando a la perfección y dando respuesta a las múltiples preguntas que nos formulamos.
Pero si atractivas son la trama y las subtramas no menos lo son los personajes que transitan por ellas, aunque los principales son Holger Munch y Mia Krüger, una pareja de detectives de lo más variopinta y atractiva que no me importaría encontrarme en sucesivas entregas.
Holger Munch es un cincuentón que no ha tenido mucha suerte en el amor, divorciado de su mujer, la relación con su hija Miriam no ha sido nunca demasiado buena, sin embargo con su nieta Marion mantiene un vinculo indestructible. Holger rompe muchos de los estereotipos de la novela negra, fumador empedernido, adicto a las matemáticas, y un trabajador incansable, vive el que es el caso más duro de su carrera, que terminará por arrollarlo y por confundir a los investigadores.
Mia Krüger cabalga en la treintena, es una mujer muy intuitiva, con una gran capacidad para sacar conclusiones y reordenar datos mentalmente. Mia no atraviesa su mejor momento, demasiados fantasmas en el armario y un error que terminó con su brillante carrera policial, son el desencadenante. Su vuelta al servicio activo se debe a la gravedad del caso, pero seis meses auto destruyendose la tienen más espesa de lo habitual y las conexiones tardan en llegar más de lo esperado, poniendo en peligro su vida y la de todo el equipo.
Ambos  son el alma mater de un equipo que no tiene desperdicio y que puede dar para muchas novelas adictivas e intensas, estoy deseando volver a encontrarme con ellos. Lo más complicado de las novelas nórdicas son los nombres de los personajes, es de agradecer que en esta sean bastante sencillos, tanto los propios de persona, como los de los enclaves en los que sucede la acción.
Como no podría ser de otra forma la vida personal de los investigadores es importante para la trama, sin embargo en el caso de Holger no apreciamos fantasmas ahogados en alcohol, ni dramas familiares que incidan en su trabajo. El caso de Mia es distinto y su vida personal está involucrada en la investigación tanto como la de su jefe y se va desgranando en forma de flash back en el momento oportuno, dando de esa forma explicación a muchos interrogantes que el surgen al lector.
El merito de esta novela está en su estructura, una trama principal, salpicada de subtramas sin aparente conexión entre ellas, divida en un prólogo que nos pone en antecedentes y que data en 2006, siete partes y ochenta y nueve capítulos numerados que van atrapando al lector, y que narran los hechos ocurridos durante tres semanas de 2012.  La tensión se mantiene durante toda la novela a ello ayudan los capítulos más bien cortos, que se interrumpen en el momento álgido, obligando al lector a seguir leyendo un capitulo más.
El lenguaje utilizado es sencillo, a pesar de los hechos narrados el autor es completamente aseptico, no encontraremos escenas cruentas, ni de violencia gratuita, el lector en muchas ocasiones va un paso por delante de los propios investigadores y eso añade tensión a la lectura, el asesino se descubre antes del final de la novela, pero el atractivo reside en conocer los motivos que le llevan a cometer esos actos, el descubrir que esconde la parafernalia que monta, el significado de los vestidos de las victimas, en conocer el número exacto.

Conclusión:

Una novela con un soberbio planteamiento, brillante en su desarrollo y redonda en su desenlace, en el que la maldad y la pureza se contraponen en un sinfín de situaciones, en el que la condición humana queda al descubierto dejando patente cuan fina es la línea que separa la cordura de la locura, la normalidad de la sicopatía.
Una historia que pone al descubierto las miserias de una sociedad cualquiera, en este caso la noruega, pero que podría ser extrapolable a cualquier país, porque en todos en mayor o en menor medida se dan las lacras que el autor denuncia a través de su novela.
Si te gusta la novela negra no te puedes perder Viajo Sola, tu mente funcionará a pleno rendimiento durante su lectura, y después seguirá resonando el ¿por qué?
RetosViajar con los librosyincana criminal