Iturbide no tuvo que luchar para convencer a quién ya estaba convencido de la necesidad de consumar la independencia nacional. En Iguala, Iturbide en su carácter de primer jefe del ejército trigarante juró ante Dios, bajo la cruz de su espada, la religión católica hacer la independencia de este imperio. Guerrero con gran generosidad pasó a segundo plano, Iturbide entonces difunde el Plan de Iguala ajeno totalmente al pensamiento de Guerrero. El 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entra en la ciudad de México con Iturbide al frente. El 25 de febrero de 1823 comienza su actividad el congreso constituyente del imperio. Iturbide abdica ante él, el 19 de marzo de 1823.El congreso nombra a Vicente Guerrero presidente en abril de 1829; Antonio Pacheco Ical, miembro del Senado, presenta a la Cámara una propuesta para que se le declarase imposibilitado moralmente para gobernar la República; así lo dice el acta respectiva; el 11 recibió la cámara la exposición que el héroe suriano le dirigió, dando cuenta de su conducta en los últimos acontecimientos públicos y de su retirada al lugar de su nacimiento “donde permaneceré, dice la carta, hasta que la voluntad nacional no interrumpa mi sosiego”, pues no le había parecido sensato permanecer “en el campo de batalla con un ejército que se diría lo comprometía a obrar por defender mi causa propia” “Yo no conozco más causa que defender la libertad de mi Patria…Murió el 14 de Febrero de 1831, traicionado de manera terrible por un marino Genovés. Un enviado del presidente Bustamante se puso en contacto con el marino Picaluga que había prestado servicios a los revolucionarios mexicanos y tenía en aguas mexicanos un bergantín: el Colombo. Conociéndose su amistad con el General Vicente Guerrero; este no tuvo inconveniente en aceptar una comida del capitán del buque Francisco Picaluga a bordo del navío; una vez a bordo el General Vicente Guerrero se encontró preso, con el Colombo levantando anclas. Vicente Guerrero y sus acompañantes no tuvieron ninguna alternativa; llegando el buque a las costas de Oaxaca, en Huatulco; estando por cierto un pequeño transporte Colombiano el Francisco Guayaquil; Vicente Guerrero fue entregado a oficiales del IV regimiento, el capitán Miguel González, el teniente Fuentes, el alférez Maciel, unos días después se realizó el juicio sumarísimo que decidiría la suerte del General. Presidía el Consejo de Guerra el Coronel Vicente Canalizo (que llegaría a presidente de la república), dictando sentencia de muerte; siendo fusilado Guerrero el 14 de febrero de 1831 en Cuilapán. Llenando de oprobio y vergüenza a la nación ante el crimen político perpetrado; se dijo que el poder había pagado 50 mil pesos al marino Francisco Picaluga por la traición infligida; al regresar a su país; por su disposición y colaboración a la traición, condujeron al marino genovés ante las leyes de su patria. Se dice que allá los tribunales de su país le condenaron a muerte y a la pérdida de sus bienes que, los cuales el juez ordenó se trasladaran a la familia de Vicente Guerrero, representada en ese entonces por su viuda Guadalupe Hernández y su hija Dolores Guerrero. Tal resolución les fue notificada oficialmente por las autoridades genovesas, la familia de Vicente Guerrero Respondió que nada quería, nada pedía y nada recibiría; puesto que nada en la tierra les indemnizaría la irreparable pérdida del jefe de familia; el General don Vicente Guerrero y que Picaluga estaba perdonado.En el zarandeado Guerrero de hoy, ¿cuántos Iturbides, cuantos Picaluga y cuantos Vicente Guerrero rondarán sus caminos?
Iturbide no tuvo que luchar para convencer a quién ya estaba convencido de la necesidad de consumar la independencia nacional. En Iguala, Iturbide en su carácter de primer jefe del ejército trigarante juró ante Dios, bajo la cruz de su espada, la religión católica hacer la independencia de este imperio. Guerrero con gran generosidad pasó a segundo plano, Iturbide entonces difunde el Plan de Iguala ajeno totalmente al pensamiento de Guerrero. El 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entra en la ciudad de México con Iturbide al frente. El 25 de febrero de 1823 comienza su actividad el congreso constituyente del imperio. Iturbide abdica ante él, el 19 de marzo de 1823.El congreso nombra a Vicente Guerrero presidente en abril de 1829; Antonio Pacheco Ical, miembro del Senado, presenta a la Cámara una propuesta para que se le declarase imposibilitado moralmente para gobernar la República; así lo dice el acta respectiva; el 11 recibió la cámara la exposición que el héroe suriano le dirigió, dando cuenta de su conducta en los últimos acontecimientos públicos y de su retirada al lugar de su nacimiento “donde permaneceré, dice la carta, hasta que la voluntad nacional no interrumpa mi sosiego”, pues no le había parecido sensato permanecer “en el campo de batalla con un ejército que se diría lo comprometía a obrar por defender mi causa propia” “Yo no conozco más causa que defender la libertad de mi Patria…Murió el 14 de Febrero de 1831, traicionado de manera terrible por un marino Genovés. Un enviado del presidente Bustamante se puso en contacto con el marino Picaluga que había prestado servicios a los revolucionarios mexicanos y tenía en aguas mexicanos un bergantín: el Colombo. Conociéndose su amistad con el General Vicente Guerrero; este no tuvo inconveniente en aceptar una comida del capitán del buque Francisco Picaluga a bordo del navío; una vez a bordo el General Vicente Guerrero se encontró preso, con el Colombo levantando anclas. Vicente Guerrero y sus acompañantes no tuvieron ninguna alternativa; llegando el buque a las costas de Oaxaca, en Huatulco; estando por cierto un pequeño transporte Colombiano el Francisco Guayaquil; Vicente Guerrero fue entregado a oficiales del IV regimiento, el capitán Miguel González, el teniente Fuentes, el alférez Maciel, unos días después se realizó el juicio sumarísimo que decidiría la suerte del General. Presidía el Consejo de Guerra el Coronel Vicente Canalizo (que llegaría a presidente de la república), dictando sentencia de muerte; siendo fusilado Guerrero el 14 de febrero de 1831 en Cuilapán. Llenando de oprobio y vergüenza a la nación ante el crimen político perpetrado; se dijo que el poder había pagado 50 mil pesos al marino Francisco Picaluga por la traición infligida; al regresar a su país; por su disposición y colaboración a la traición, condujeron al marino genovés ante las leyes de su patria. Se dice que allá los tribunales de su país le condenaron a muerte y a la pérdida de sus bienes que, los cuales el juez ordenó se trasladaran a la familia de Vicente Guerrero, representada en ese entonces por su viuda Guadalupe Hernández y su hija Dolores Guerrero. Tal resolución les fue notificada oficialmente por las autoridades genovesas, la familia de Vicente Guerrero Respondió que nada quería, nada pedía y nada recibiría; puesto que nada en la tierra les indemnizaría la irreparable pérdida del jefe de familia; el General don Vicente Guerrero y que Picaluga estaba perdonado.En el zarandeado Guerrero de hoy, ¿cuántos Iturbides, cuantos Picaluga y cuantos Vicente Guerrero rondarán sus caminos?