Yo no le conocí personalmente, ni hablé de él con ninguno de los amigos más o menos cercanos que sí le conocieron y trataron. Por eso nunca he hablado de él ni voy a hacerlo ahora. El único motivo de traerlo aquí es la casualidad de haber encontrado en Google libros la vista previaRenacimiento (1997 - vol.II) donde apareció una de las reseñas (firmada por él y a la que pertenece el párrafo de la fotografía) que se hicieron a 10 menos 30, la antología de L.A. de Villena en la que (ya no sé si decir que por suerte o por desgracia) fui uno de los seleccionados. Un viejo recuerdo, en fin, del que no tenía copia en papel (aunque la reseña en cuestión fue recogida después en Azahar y vitriolo, uno de esos habituales volúmenes recopilatorios de este tipo de escritos). del número nº 17-18 de la revista No fue, desde luego, la única "alegría" que me deparó esa antología (tiempo habrá de comentar algunas otras), pero sí una de las más "sonadas"... Las preguntas obligadas son, claro, en primer lugar, ¿por qué la imagen de esta entrada no es una fotografía de la persona cuyo nombre la encabeza?; y en segundo lugar, si he dicho por adelantado que no le conocí ni voy a hablar de él... ¿por qué la encabeza su nombre...? Sencillo: porque para mí Vicente Tortajada (que hasta ese momento —finales del 97 o principios del 98— era un señor que había publicado una traducción de los Sonetos de Crimea de Adam Mickiewicz) es desde entonces ese párrafo, esas palabras le retratan mejor que cualquier fotografía.
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