Vicioso.

Publicado el 29 octubre 2010 por Zeuxis


Confesiones de undescosido


Siete pecados capitales

sin remedio alguno.

VICIO UNO: BORRACHO


No probé el trago

sino hasta los dieciséis años,

hasta que las hormonas me ganaron,

aquella chica

y mi puta voluntadno pudo.

Antes,

escupía todo casi con arrepentimiento

y pedía a Dios perdón por tener un sabor de ratas

en la lengua.

La condición del borracho

se basa en el anarquismo:

al final

te quedas con una tiranía

de copas y de ojeras.

Alprincipio,

beber

sabía amargo

y luego me hizo amargo.

Cuatro botellas de champán robadas

pueden volverte un borracho

moribundo y radiante

o mandarte al hospital

a vomitar y orinarte encima

con tu soledad:

así es como se entera uno

de que está sólo.

Con el tiempo,

uno aprende a beber;

a abalanzarse contra los taxis

y romperle los parabrisas

o regurgitar todas las canciones de rock

frente a una iglesia

y quedarse pasmado mirando

la boñiga que se cagó por la boca.

El trago te lleva a pelear;

a perder dientes

y que te cosan los labios sin anestesia

mientras te siguen regañando por borracho

y sinvergüenza.

Pero la bebida también tiene cosas buenas:

tiernas como nubes de leche

o sexo enlugares imprevistos.

Te hace querendón

y macho como un simio

Y fiel a los amigosde turno ante la barra.

Ser borracho es una disciplina;

primero hay que beber hasta quedar podrido,

hasta que de tu boca lo único que salga

sea sangre

o por lo menos un eructo con olor a muerte

y cara de perdido que sonríe.

Hay que beber como un toro

y caminar estrellando rayo-tu cuerpo

contra todos los postes de las calles.

Hay que revolver bebidas:

cerveza, vino, whisky y cualquier cosa barata que emborrache

o deje al menos

un tierno sabor de vehemencia entre los labios.

Dormir anclado o de pie

o romperse contra el pavimento la cabeza

y levantarse

y seguir como si nada

En la negra nada de la nada.

Fui un borracho.

Un buen borracho descarrilado;

rompí lavamanos con la frente,

ventanas con bates de beisbol,

puertas de vidrio

con golpes rotundos de cejas distraídas,

levanté barriles como si fuera

King- Kong

azotándoloscontra luces perdidas en callejones

y hasta me vetaron en los bares.

Quedé con deudas

y con amigos que se fueron volviendo extraños

como cuando se olvida el nombre o la plata

para seguir bebiendo el mediodía.

Me agarré con policías

y los policías me agarraron;

paré el tráfico en la noche

y dormí en la mitad de una carretera

borrando las estrellas en mis sueños;

me corté sin sentir

y apuñalé sin sentir

y en muchas ocasiones

me desperté en la cárcel

con manchas de sangre en la camisa

o con un jugo verde de bilis

como muestra de haber dormido

en cualquier parte

sin ángel de la guarda

o con diez de ellos cubriéndome la espalda.

También

en la vida de borracho

volví a la sobriedad

con el primer trago de días sin bañarme

y me metí en jardines ajenos a seguir bebiendo

y hablé como Dios cuando creaba el universo

a una cría de demonios pasmados por el trago;

canté letanías

y declamé poemas de borrachos malditos

a guitarras ebrias en mis brazos.

De estas proezas

dan fe otrosborrachos

y, como ellos,

tenía siempre una botella de sed entre las manos.

Un buen borracho

con un equilibrio perfecto para retar alturas

-¡Vea!

hago el cuatro

y cuando el mundo se detenga

les camino en línea recta.

Un borracho de a de veras,

con los puños bien puestos

hasta que tocara despicar una botella;

con el corazón dispuesto

tomando alegre y sin temor

como si se tratara de la última botella

y el cuerpo, entonces, para la última batalla.

Un borracho,

un borracho y nada más

que poco a poco

Se fue volviendo serio

y comenzó a desayunar

una copa de Ginebra

para soportar el mundo

cuando el mismo mundo

ya no lo soportaba.


VICIO DOS: DROGADICTO

Dicen que hay que ser Niño

para pecar de inocente:

yo pequé de bruto

porque me metí de adulto.

Y no es fácil.

Hay que saber aguantar:

que el cuerpo no enloquezca

mientras la mente se va por los rincones

o le da por perderse en el centro de las flores.

Hay que ser un duro drogadicto;

hacer pistas de blancos ángeles

desmenuzados hasta el polvo

y esnifarlos hasta que el corazón se pare;

hasta que los hongos te desmayen

con sus mandrágoras gigantes

arrastrándote los karmas.

Hay que fumar con paranoia

en huesos de gallina

y anhelando papeletas de bazuco

mientras recoges cenizas y colillas.

Yo fui un buen drogadicto.

Me sudaron las manos

yla frente

y me dio diarrea

y sentí morirme

cuando me faltaba un bate

para lanzar mi cabeza fuera del estadio.

Al final uno solo desea es quedar tranquilo

así sea sobre una cama de mierda

pero con buen opio en los pulmones.

Me fusilé el paladar

con pistolos de polvo

que daban expresión cadavérica

a mis galimatías enfermos de mutismo.

Pasé noches delirado

quieto como unárbol

y los árboles se desvelaron

quietos a mi lado.

Es que para ser drogadicto

hay que prepararse:

no comer muy bien

y tener la rutina

de un ratón que conoce

desde adentro el laberinto.

Fui un gran drogadicto;

no peleé

pero me dio por razonar

con las estrellas

y el autismo me fui arrinconando

entre mi yerba.

Aprendí a quedar estático como los gatos

y a comprender la traslación de la tierra

en el baile lento de mis ojos.

Para ser un gran drogadicto hay que enloquecer;

ser capaz de ver duendes

donde los duendes pueden verse

y no verlos donde no se pueden ver;

hay que volverse estafador, vividor,

mal hijo, mal hombre:

apenas un fieltro de ansiedad

fumando hasta las telarañas del olvido

y estar dispuesto

a quedarse tieso

en cualquier parte

de repente.

Hay que jugar al parqués

repleto de pulgas

con un balde de miseria al lado

como un remo

y entrar en convulsión

para salvar tu vida con media de trago

y un nuevo cigarrillo.

Hay que volverse impulsivo

y aprender a robar

pero también

se tiene que ser señor entre los propios;

leer la mente

o dejar que te la lean

mientras encuentras

la línea mágica

que une todas las cosas en tu sueño

y te saca risa de loco

mientras el humo desaparece

en el aire

sin saber muy bien

a que horas es que fuiste capaz

de explicarte el universo.


VICIO TRES: ANDROMANIACO

Todos lo tenemos

y se potencia a solas.

Las mujeres en el baño

o nosotros en cualquier lado.

Se comienza…

quien diablos sabe

pero

le quita la inocencia a uno de inmediato.

Se enferma,

se suda,

se delira

y no se quiere más

sino vivir culeando.

Cuando no hay de más

toca con las manos

o buscar trastornos

que vayan de la mano

o que calcen como un guante

entre los brazos.

Yo fui adicto al sexo

Y me follé

hasta en los orificios mismos

que la luna hacia posible

entre las nubes:

me masturbé

cien,

una,

nunca,

siempre

y la delicia de empezar

de nuevo.

Besé senos detrás de las iglesias,

metí mi pene

en viejas que se fueron muriendo

y en niñas

que se volvieron hembras del deseo;

forniqué encima de lavadoras,

en la playa,

en el mar,

en mi cama,

en la calle,

y creo

que a toda hora

y en los sueños.

Hay que se un andromaníaco de susto

y follar solo con ninfómanas

o buscar a las que puedan convertirse;

sudar hasta que el cuerpo

sea un vapor de orgasmo

escribiendo la palabra

“más” entre las ganas

y sufriendo

terriblemente

si nadie viene a tocarte

el sexo

por las noches.

Hay que vivir con el pene siempre en guardia,

Hirsuto, pelo de erizo

o espina de limonero

pero atento

por si llega

una diosa

que sólo sea vagina.


VICIO CUATRO: NEURASTÉNICO

Vivir aplastado

como si todo el cielo fuera la gravedad

y la tierra una prensa

que va destripando

cualquier gana de losojos

encerrando el mundo.

Hay que vivir días de diluvio

con una lluvia insistente en la pereza.

Ser unaburrido de tiempo completo

y sentir que ni la misma muerte se desea.

Yo fui un neurasténicointachable:

No me bañaba,

no comía,

no dormía,

no hablaba

y nunca lo supe,

pero sospecho

que estuve muerto en ese tiempo,

hasta en los sueños.

Hay que sentir las ganas de nada;

el peso líquido

y sentir en el cuerpo

una sensación extraña

de no poder nada aunque se quiera

Yo fui un absoluto cansado,

una fatiga

que lo lleva a uno a caminar casi siempre derrotado.

Se cierran las cortinas

y se prepara la mente

para que siempre tenga muerto.

No explicarse nada;

hay que vivir mareado

y no encontrarle cuerpo al cuerpo

en ningún sitio.

Estar abatido

como si todas las guerras ya se hubiesen perdido,

e irritado por no poder cambiarlas.

Yo fui un buen desfallecido:

siempre me sabía extenuado


VICIO CINCO: BIPOLAR

Estar triste,

Desamparado hasta de la harija de la propia piel

y luego

sentir que se lleva un payaso en el pescuezo...

Reír y odiar

y hacer rosarios de risas y de lágrimas

para sufrir confundido

tanta felicidad atravesada

en el plato de comida.

Yo fui un maestro de la bipolaridad:

llené los espejos con retratos

de un géminis

con más cara de Ying-yang

o de Uróboros.

Escribí cartas de amor

a las que les prendí fuego

y después lloré por las cenizas,

al final reí por ver mi cara tiznada de tristezas.

Ser bipolar no es sencillo:

hay que partirse el rostro,

tener un ojo triste

y una sonrisa perfecta

y llevar en el vestido de luto

siempre,

siempre,

una broma de payaso

por descuido.


VICIOS SEIS: SUICIDA

Hay que colgarse como los murciélagos

y tener como ellos todas las vocales

para poder decir adiós

en cualquier parte.

Hay que sentir que se puede escapar

por una grieta descubierta en lo invisible

o que se puede uno arrojar por la ventana

sin temor al vacío

o a la explosión del último desespero

en el asfalto.

Fui el mejor suicida:

nunca hice cartas,

no avisé a nadie

y al final

nunca me maté

porque la pasión por morir

le ganaba a las ganas

de llegar a hacerlo.

Me encerré en el baño con cianuro,

le saqué filo a cuchillos temerosos

y nunca me tembló al jugar

a la ruleta rusa

con un revolver en las manos.

Me ahorqué el suicidio muchas veces

y salí ansioso

en busca de otro.

Es que ser suicida no es sencillo:

hay que estar seguro,

saber que no se quiere,

querer que no se sabe

y no apretar los dientes

al lanzar la moneda a Aqueronte

de antemano


VICIO SIETE: POETA.

Por último

uno se hace poeta

por vicio nada más,

porque se lleva adentro

y sin salida.

Para ser poeta

hay que serlo todo

y luego

ponerse a escribir

como Juan su apocalipsis

casi loco en el desierto.

De todos los vicios hay que salir

para poder llegar a este

y todos hay que vivirlos

con la misma intensidad con que se vive un vicio.

Pero de todos

el más fuerte siempre ha sido

para mí

la poesía.

Fui poeta;

un día Bukowski

y dejé a Bukowski entre sus tragos;

un díaBorroughs

y me quedé mirando mis manos

como si fueran las puntas de un sol

incendiando cabañas en el Tánger;

me dio por Miller

y sin embargo

sigo sin conocer a las mujeres;

tuve el cansancio de Vallejo

y sus golpes de nada en el hombro

y por si fuera poco

viví tan viril y loco

sin sanatorio alguno

como Artaud

desfigurado en una mueca indescifrable;

fui Nerval y sus ganas de colgarse

y ante un espejo me sorprendí

con un cuchillo entre las manos

pero al final de todo

pude salir ileso

como salen los actores

cuando en el filme

han muerto como nunca.

Pero de este vicio

nunca

Oh! Dios mío

yo no puedo,

no he podido,

y letra tras letra sigo embrujado,

escribo, escribo

Y ojera tras ojera

me abismo día a día.

Los pecados capitales

son como cuentas de un rosario

que se amarran arco-iris

a la fatal

decisión de no saberme.

Poeta o loco

mi epitafio

al fin de cuentas

es quien sabe…

no puedo, ya no puedo

Oh! Demonio

Estoy perdido.