Lo cierto es que cada vez me resulta más difícil de comprender a la sociedad española.
Una sociedad que según qué cosas le encanta el sensacionalismo y el morbo que puede provocar alarmismo, producido por el aparato del Estado a través de los medios de "desinformación" para llegar al fin que el Gobierno de turno pretenda.
En los últimos días nos movemos entre la "indignación" que está provocando la Doctrina Parot y la euforia de que estamos "remontando la crisis económica"
Siempre he dicho que la doble moral me sobrepasa...y de esto los españoles sabemos mucho.
¿Cuantos asesinos, violadores, maltratadores, delincuentes etc, salen diariamente de las cárceles españolas?
Seguramente que ninguno de nosotros lo sabemos... ¿por qué? Pues porque en ningún medio de información es digno de mención a pesar de que los padres, hermanos y amigos de las víctimas sean personas igual que las familias de las "niñas de Arcarse, o las de las agredidas por el violador del ascensor"
¿ cómo se puede aplaudir las palabras de Rosa Diez y otros políticos que dicen verdaderas burradas por la puesta en libertad de un terrorista que ya ha cumplido su condena, cuando durante años hemos permitido, votado y elogiado a un Ministro de la Dictadura puesto en el Congreso de los Diputados, Presidente de una Autonomía (reiteradas veces) como Fraga?
¿Qué hacia este "señor" mientras el dictador asesino, mataba a los familiares de esas otras víctimas a las que se les niega el reconocimiento de lo que hicieron con sus familiares, que muchos no saben ni donde están sus cuerpos para poder llorarlos y que esos que hoy ponen el grito en el cielo por la libertad de un terrorista dicen que no se ha de "hurgar en viejas heridas"?
¿Cómo se puede hablar tan a la ligera y decir "solo ha cumplido 20 años de cárcel"?
¿Somos conscientes de lo que puede suponer 20 años de prohibición de libertad? Pues seguro que para la madre, esposa o hijo de alguien que les ha sido arrebatado injusta y violentamente un hijo, esposo o padre, no hay pena suficiente para resarcirles de su dolor, porque es imposible se haga lo que se haga se sientan satisfechos por el castigo que se les imponga, ya que su pérdida jamás será restablecida. Pero además esa empatía que la sociedad tiene con las víctimas, no es otra cosa que doble moral. Porque ¿alguien piensa en cómo se siente la madre de esos terroristas que hoy están en libertad, la esposa, los hijos? Ellos tampoco entienden porque han hecho lo que han hecho y además se debaten diariamente en entre el sentimiento que les une al rechazo de la acción que hayan cometido, quizás es que ellos no son personas, o son personas de segunda, como las victimas ¿no son ellos de alguna manera victimas también?
¿Por qué no mostramos la misma indignación con aquellos que con sus imposiciones y decisiones han inducido al suicidio a más de una persona, dejando a sus familiares como víctimas, víctimas de un Sistema capitalista que mata y asesina y donde los que roban y matan ni siquiera ven la cárcel, es más los mantenemos para que nos sigan asesinando con su terrorismo de Estado?
Lo cierto es que se le está siguiendo el juego al Gobierno, un Gobierno que para aquellos que se les haya podido olvidar, ha utilizado a las víctimas del terrorismo y al mismo terrorismo como moneda de cambio por un voto en cada campaña electoral que ha hecho, un Gobierno que ha mantenido conversaciones con la banda terrorista ETA y que como en otras tantas cosas se mueve entre dos aguas con este tema para no perder el tesoro preciado de las urnas y así poder seguir haciendo con los ciudadanos que siguen como corderos los dictados de su ideología.
Lejos está de mi pensamiento disculpar ningún tipo de violencia o asesinatos con este texto, solo intento encontrar el sentido a unas actuaciones que ponen en evidencia la madurez de todo un pueblo guiados por quienes condenan hacer un escrache a políticos, banqueros, empresarios y otras hierbas y propulsan y propagan este mismo hecho en otro tipo de personas utilizando los poderes de desinformación que tienen sometidos a su política.
No me gusta la doble moral...