El 18 de Septiembre de 2011, en la plaza de toros de Mora de Toledo, Eugenio de Mora investía como matador de toros al joven cordobés Víctor Abad, actuando como testigo Juan Bautista. Convirtiéndose, hasta ahora, en el último eslabón de una cadena de matadores de toros cordobeses que han dado gloria y prestigio a la tauromaquia de esta tierra.
Atrás han quedado muchos años de sinsabores y, como no, también de sonados éxitos ( más de veinte trofeos en sus vitrinas lo testifican). Pero la auténtica lucha comienza ahora. Ha sonado el pistoletazo de salida.
Desde la alternativa no ha toreado en público pero muchísimo en el campo. El joven diestro lleva, como si de un cartujano se tratara, todo el invierno encerrado en la finca de Guardiola. Su vida transcurre a plena naturaleza. Intensos entrenamientos mañana y tarde y de vez en cuando toreo en prestigiosas ganaderías de la zona. Un entrenamiento exhaustivo que le mantiene en una forma envidiable con la mente despejada esperando ansiosamente que llegue el día 8 de Abril. Ese día, en la plaza de Lucena iniciará su temporada nada menos que con un cartel de lujo compuesto por Manuel Díaz “El Cordobés” y David Fandila “El Fandi”.
Este reto, para un chaval que sueña con lo más grande en el escalafón de toreros, significa poder dar un golpe de autoridad y una llamada de atención para reivindicarse como un torero con futuro. De él depende.
BREVE HISTORIA
Alumno de la Escuela Taurina de Córdoba, Víctor Abad se presentó en público en la becerrada Homenaje a la Mujer Cordobesa (2004). Con caballos debutó dos años después, en Noviembre de 2006, en Almonaster la Real. A partir de ahí comenzó su deambular por las plazas más duras del llamado “valle del terror” junto a figuras de la novillería, y encima triunfando. Todo eso le curtió. Como torero y como hombre. Experiencia que le animó a torear en Córdoba en la feria de Mayo de 2009. Pero esa no era su tarde. Un problema de enfermedad familiar le mermó la moral y no se encontró al cien por cien.
Luego llegó un largo paréntesis de dos años. Hasta que desde Septiembre pasado engrosa, felizmente, la lista de matadores de toros cordobeses. Y eso que a punto estuvo de no tomar la alternativa pues convalecía de una grave cornada en la cara sufrida dos días antes en Cadalso de los Vidrios. No estaba previsto que se doctorará, pero aconteció y la vida le ha enseñado que las oportunidades no hay que dejarlas pasar, y como estaba en racha, pues tiró “palante”. Hoy se alegra enormemente de haber tomado esa decisión.
Esta temporada de 2012 se le presenta muy de cara. Sus dos mentores Jesús Seoane y Francisco Romero, no están escamoteando esfuerzos para que su torero se encuentre en los mejores carteles. Es una labor harto difícil, pero ya le tienen firmadas cerca de veinte corridas de toros. Ahora la última palabra la tiene el torero. De él depende que se multiplique el número. Desde luego Ilusión y ganas no le faltan. Solo tiene una idea en la cabeza: recuperar el sitio y demostrar a todos que clase de torero es.
Yo le he visto infinidad de ocasiones, incluso “La Montera” le declaró triunfador de los noveles en la temporada 2006, y su toreo es muy variado y vistoso. Conecta enseguida con el público por su valor, simpatía y naturalidad, siendo de esos toreros que se entregan todas las tardes. Espero, junto con la afición cordobesa, que triunfe. Si eso es así, todos los buenos aficionados saldremos ganando.- L.R.G.