Victor Lustig el hombre que estafó a Al Capone y vendió la Torre Eiffel

Publicado el 18 junio 2013 por Aguila63
Victor Lustig nació en Hostinné (R.Checa) el 4 de Enero de 1890. De pequeño estudió idiomas y a los 19 años un novio celoso le cortó la cara con un navajazo, por lo que lucía una cicatriz desde el ojo izquierdo hasta la oreja.

Victor Lustig.  FUENTE


Pronto salió de su país y se dirigió a Europa Occidental, se dedicaba a estafar a los pasajeros de los trasatlánticos que hacían la ruta París-Nueva York. Uno de sus timos consistía en ofrecer a los pasajeros una máquina de imprimir dinero en la cuál metía papel blanco y salían billetes de cien dólares, luego se quejaba que la máquina sólo sacaba cien dólares cada seis horas, los timados hacían números y compraban dicha máquina por miles de dólares. Durante las siguientes doce horas, la máquina producía dos billetes de 100 dólares. Después de eso,   sólo producía papel en blanco, ya que no tenía mas billetes de 100 dólares en su interior. Cuando los timados se daban cuenta de que habían sido estafados, Lustig se encontraba muy lejos.
Pero la Primera Guerra Mundial hizo el que los viajes en transatlánticos tuviesen que ser suspendidos. Poco después emigra a EEUU eran los años de la Ley Seca, había gente que se había hecho muy rica con la prohibición y Lustig quiere participar del negocio.
En 1922 Lustig llegó a Missouri anunciando que tenia interes en comprar una granja que el banco tenía hipotecad por falta de pago. Nadie quería esta propiedad, y el banco no sabia qué hacer con ella. Asi llega el "Conde Victor Lustig", relata a los banqueros una triste historia de cómo su familia en Austria habia perdido todas sus posesiones durante la guerra, destruyendo asi su apacible vida de noble sangre azul, y por esa razon se habia visto obligado a emigrar a América.
Y este caballero de noble estirpe y alta alcurnia había decidido que, para reconstruir su vida nada mejor que ponerse a trabajar en el campo! Los banqueros se tragaron el cuento.
Asi las cosas, Victor les ofrece acciones Liberty por el valor de $22,000, y los banqueros las aceptan alegremente puesto que la acciones eran legitimas. Luego, Victor les solicitó que le adelantasen $10,000 para poder tener algun capital con el cual comenzar a trabajar la granja. Los banqueros estaban tan contentos con la posibilidad de sacarse de encima la granja, que no se dieron cuenta que en la transacción el vivillo les cambió los sobres con los documentos, y de esa manera se llevó las acciones y el efectivo junto con él.
Los banqueros contrataron un detective privado para rastrearlo. Eso no podía quedar así. Pero Lustig, extrañamente, no hizo ningun esfuerzo por escapar. Es mas, el detective lo encontró esperándolo con toda tranquilidad en un hotel de la ciudad de Nueva York.
Durante el largo viaje en tren a Missouri, Lustig se las ingenio para convencer a sus captores de que si presentaban cargos en su contra, ellos perderian mas que él, puesto que al descubrirse la estafa, muchos inversores comenzarian a desconfiar del banco en donde habían depositado sus dineros, y retirarian los fondos apresuradamente. De modo que mejor lo dejaban ir en ese mismo instante, y si no era mucha molestia, seria ideal que lo compensaran con mil dólares. De algun modo increíble, Lustig no solo convence a los banqueros de que lo dejen ir, sino tambien de que lo compensen por haberlos estafado.
En 1925 regresa a París, Lustig leyó un artículo que discutía los problemas que la ciudad tenía en el mantenimiento de la Torre Eiffel. Lustig vio las posibilidades que había detrás de este artículo y elaboró un plan extraordinario.
Lustig invitó a seis distribuidores de chatarra a una reunión confidencial en el hotel de Crillon , uno de los más prestigiosos hoteles de París, para discutir un acuerdo de negocios. Allí, Lustig se presentó como el subdirector general del Ministerio de Correos y Telégrafos. Explicó que habían sido seleccionados sobre la base de su buena reputación como hombres de negocios honestos, y luego dejó caer la bomba. Dijo al grupo que el mantenimiento de la Torre Eiffel era muy costoso para la ciudad y no la podían mantener por más tiempo, y quería venderlo como chatarra. Y que de entre ellos iba a salir el que ganase la concesión del negocio.
Lustig llevó a los chatarreros a la torre en una limusina alquilada para un recorrido de inspección, solicitó ofertas para presentarlas al día siguiente, y les recordó que el asunto era un secreto de Estado. En realidad, Lustig ya se sabía que iba a aceptar la oferta de un distribuidor, André Poisson. Poisson era inseguro, sintiendo que no estaba en los círculos internos de la comunidad de negocios de París, y pensó que la obtención de la oferta de la Torre Eiffel lo pondría en la gran liga.

Sin embargo, la esposa de Poisson sospechaba. Para hacer frente a sus sospechas, Victor organizó otra reunión, y luego "confesó". Lustig dijo que no ganaba dinero suficiente para seguir el estilo de vida que disfrutaba, y necesitaba encontrar la manera de complementar sus ingresos.  Poisson comprendió de inmediato. Él estaba tratando con otro funcionario del gobierno corrupto que quería un soborno. Ésto tranquilizó Poisson de inmediato, ya que estaba familiarizado con la corrupción administrativa.
Así que no sólo recibió los fondos para la Torre Eiffel, sino que también había conseguido un gran soborno. Rápidamente tomó un tren a Viena y desapareció con el dinero. Sorprendentemente, no pasó nada. Poisson había sido timado humillantemente y no acudió a la policía. Un mes más tarde, lo intentó hacer de nuevo con otros seis distribuidores pero la policía llegó a tiempo para evitar el timo aunque evitó el arresto.
Pero sin duda su timo más peligroso fue el que realizó a Al Capone. Sabía que al rey del crimen no se le podía tratar como a los demás así que pensó en algo especial para él.

Lo que hizo Lustig fué pedir a Capone que participara con 50.000 dólares en una estafa en la que dijo estar trabajando, prometiendole duplicar su dinero en sesenta días. Capone le dió el dinero, no sin advertirle de lo que le sucedería a Lustig si le hacia alguna jugada. Lustig hizo un ingreso del dinero en un banco durante sesenta días. Cuando terminó el plazo le dijo a Capone que cancelaba la operación porque no parecía fiable, justo antes de Capone empezara a sospechar, así que Lustig devolvió los 50.000 dólares a Capone. Este quedó tan impresionado con la honestidad de Lustig que le recompensó con mil dólares. Siendo eso exactametne lo que esperaba Lustig que Capone hiciera desde el primer momento.