Gran victoria de Peter Sagan (Tinkoff-Saxo) en un final al esprínt, donde el argentino Maximiliano Richeze (Lampre-Merida) fue quinto. Vincenzo Nibali (Astana) expulsado.
La nota más destacada previo a la tercera jornada de la Vuelta fue la expulsión del italiano Vincenzo Nibali (Astana), por tomarse del coche de equipo y rodar a rebufo en procura de reincorporarse a la cabeza de carrera tras una caída, en la segunda etapa. Algo similar a lo que sucedió en el Tour de France, aunque allí la organización fue más benévola.
La etapa 3 de la Vuelta (Mijas-Málaga, 158,4 km) fue una de las pocas oportunidades para que resolvieran los velocistas. Un puerto de cat. 3 y a media jornada otro de cat. 1, pero final en llano.
En el tercio final de carrera, ya en descenso del segundo y último puerto, Tinkoff-Saxo tomó las riendas del lote, en favor de Peter Sagan. La novena rusa aceleró el ritmo y el pelotón recortó rápidamente tiempo con respecto a la fuga de seis corredores. A falta de 50 km para el final, el margen era de sólo 1’15”.
En el desenlace Tinkoff-Saxo, Sky y Astana encabezaron el pelotón con sus respectivos trenes. La fuga había sido neutralizada y el final se resolvería al esprínt. A falta de 6 km para meta, los trenes de Orica-GreenEdge y Giant-Alpecin también se hicieron hueco delante.
El trazado urbano, sinuoso, y las curvas de 90º estiraron el pelotón. Los más rápidos, sin embargo, consiguieron mantener delante. En la angosta recta final, tras un dilatado tunel, resolvieron la victoria. El embalaje fue temprano y dilatado. El más fuerte fue Peter Sagan, quien a rueda de John Degenkolb -bien lanzado por un compañero de Giant-Alpecin- se impuso en la meta. El argentino Maximiliano Richeze (Lampre-Merida) fue quinto.