El Málaga logra sacar tres puntos de La Romareda tras vencer por la mínima a un Zaragoza que empleó bien sus armas.
Zaragoza 0-1 Málaga
Fueron los maños los que tuvieron más ocasiones durante el encuentro, aunque el dominio del balón fue malaguista. El equipo dirigido por Manolo Jiménez hizo gala de buenos contragolpes y abusó de un fútbol aguerrido y físico. Hay que destacar algo que a muchos se les pasó por alto: A sabiendas del carácter de Eliseu, los zaragocistas parecían haber planeado forzar su expulsión. Para calentar la llama, el portugués fue una diana de faltas durante los inicios del partido. Son claves estudiadas a priori, no hay duda.
El protagonista del partido no fue otro que el césped. Un terreno de juego impracticable, más digno de un partido de fútbol-playa.
El Zaragoza tuvo algunas ocasiones claras para haber logrado el empate, pero el marcador no se movería. El malagueño Aranda se quedó esta vez con las ganas de hacerle un gol a su rival fetiche. No pudo verse al otro malagueño, Apoño, que sigue lesionado.
Al final a todos nos quedó la sensación de que, de haberse jugado en un terreno de juego acorde a Primera División, quizá el espectáculo habría sido mucho mayor.
Destacar el detalle que ha tenido el club: salir al campo con camisetas en apoyo a las víctimas del reciente devastador incendio de Málaga.