La escritora nos presenta la historia de una colonia portuguesa a través de los ojos de una mujer
Para comenzar, nos gustaría saber cómo nació este libro.
El viento sopla del norte nació de mi inquietud por conocer la historia de Portugal y hacer una comparación con la de España en el siglo XX: primero monarquías, después república y más tarde dictaduras. Pero en este aprendizaje y tiempo de estudio, mi camino se fue ampliando hacia el conocimiento de las colonias portuguesas en África y me di cuenta que aún en 1974 todavía no eran libres.
Tenemos a nuestro lado un país con el que siempre hemos vivido de espaldas, y del que apenas conocemos nada. Un país que ha mantenido colonias hasta muy entrada la segunda mitad del siglo XX, sin que nadie opusiera reparo; que ha sido una metrópoli que durante siglos, ha tratado de cambiar las tradiciones y costumbres de los pueblos sometidos y sus valores culturales, mientras los avasallaban y quitaban sus riquezas. Decidí entonces centrarme en este tema tan peculiar e históricamente casi surrealista.
Y, ¿cuánto tiempo le llevó darle la forma que deseaba?
¡Uf! El libro lo terminé en dos años, y en ese tiempo la Editorial española Ledoria ya me avisó que me lo editaba, pero que tendría que esperar. En ese proceso de espera aproveché para leerlo, releerlo y pulirlo, hasta darle la forma que tiene hoy día. En total, tres años.
¿Hubo algún momento de bloqueo en el proceso de escritura? De ser así, ¿cómo lo afrontó?
No nunca. Al contrario. Tuve que retirar algunos capítulos porque me salía mucho por la tangente del tema principal. Es un tema tan amplio, controvertido y diverso, con tanta variedad de enfoques, que me perdía queriendo escribirlo todo; y aún así creo que aparte de la línea general, a veces abundan “ramas” que podrían haberse retirado, pero que yo elegí que permanecieran en el escrito.
El viento sopla del norte es un título que transmite positividad y poesía. ¿Hay alguna historia detrás de él?
Bueno, historia exactamente no. Hay una explicación. Es una metáfora sobre la influencia de la cultura y patrones de comportamiento portugueses (hemisferio norte), en los habitantes de las colonias de África, al sur.
La trama se desarrolla entre Portugal y Mozambique. ¿Conoce estos países?
Conozco mucho Portugal. He viajado por casi todo el territorio portugués, incluso algunas de sus islas. He hablado con multitud de personas, y conozco algo el carácter de sus habitantes; esto me ha facilitado mucho meterme en la piel de algunos personajes aunque fueran ficticios.
En Mozambique no he estado en presencia. Pero he leído y estudiado tanto, y conversado con tantos mozambiqueños, que a veces siento que lo conozco, porque veo las fotos de sus paisajes o ciudades, y siento que he estado paseando por ellas.
Algunas porque son muy parecidas a las españolas. La mayoría leyendo otros libros antiguos en portugués, diarios de época o conversando con personas portuguesas que he conocido. También conservando la costumbre o el he hecho concreto los autores inventamos el argumento. Ese es nuestro pequeño “privilegio literario”.
El trabajo de documentación suele describirse por los autores como el más farragoso. ¿Cómo lo afrontó usted?
Sí. Lleva días, semanas, meses recopilar libros o archivos para leer. Después de leer varios días, apenas sacas información valiosa para un renglón. Pero lo importante en un libro con parte del argumento histórico, en no decir nada que esté fuera de la verdad; no crear anacronismos, ni inventar algo que esté fuera de ese contexto. Por eso hay que conocer muy bien el momento histórico, social y cultural en el que se desarrolla la acción en cada momento.
La sinopsis de El viento sopla del norte afirma que es la historia de una mujer en tierra de hombres. ¿Estamos ante una novela feminista?
No. Es una novela claramente histórica, objetiva. Tiene sus capítulos románticos, sin ser romántica. Capítulos humorísticos, sin ser de humor, o capítulos dramáticos, sin ser un drama. Es muy ecléctica. Tiene capítulos de reivindicación social, y por supuesto al tener una protagonista femenina, la reivindicación puede ser feminista, pero la novela en sí, no es tal.
En su novela también aparecen personajes reales. ¿Se ha tomado muchas licencias en sus tramas?
No muchas. Alguna licencia poética siempre tiene que haber, para que los personajes sean de carne y hueso, y creíbles. Se trata de que el lector no vea personajes, si no que vea personas. Que se identifique quizá con alguno de ellos, o que identifique a alguien conocido, con alguno de sus personajes, para dar credibilidad y no resulte una historia ficticia.
Ahora hablemos un poco de usted. En su biografía de Amazon dice que abandonó su
No fue un hecho premeditado, ya que algunas circunstancias de mi vida personal me empujaron a dejar mi trabajo. Escribir fue para mí recuperar una afición que poseía desde la infancia y que nunca había tenido ocasión de desarrollar.
En dicha web algunos lectores han dejado sus opiniones sobre la novela. ¿Está al día de los comentarios sobre su libro que se escriben por Internet?
Sí, lo reviso con asiduidad. Pero soy consciente de que muchas personas no critican el libro, porque no tienen costumbre o si van a emitir una crítica negativa. Además amazón no publica todas las críticas. Varias personas me han escrito diciendo que han intentado manifestar sus opiniones, y amazon les contesta con un “se agradece la crítica pero no será publicada”, sobre todo si el libro ha sido comprado fuera de España. Yo tengo algunas ventas en USA, Alemania, Francia, Gran Bretaña…, esas críticas se pierden. Otras quedan dispersas en amazon de Brasil, por ejemplo, o en las páginas de otros países que aunque sí las publican, nadie las busca. Así alguien que va a comprar el libro no puede leerlas todas a la vez.
Esperemos que cuando mi libro sea publicado por la Editorial Ledoria, las críticas queden unificadas, y sea más fácil su lectura.
Y, ¿cómo le afectan estas opiniones, tanto las positivas como las negativas?
No lo sé. No he hecho ningún estudio al respecto.
Cuando hemos hablado con otros escritores, nos han comentado que lo más complicado es conseguir que las novelas pequeñas destaquen en el maremágnum de novedades que salen cada día a las librerías. ¿Tiene alguna estrategia para dar a conocer la suya?
Creo que eso que dice es totalmente cierto. Hoy en día las librerías exponen a unos cuantos autores conocidos. Venden poco, y es lógico que traten de vender lo que ya tiene un público. Pero eso nos deja a los autores nuevos desarmados. Tampoco muchas editoriales nos hacen publicidad. No ponen anuncios en periódicos, revistas y menos aún en la radio o televisión. Somos los propios autores los que tenemos que publicitar nuestra obra dándonos a conocer, y casi “metiéndosela por los ojos” a los posibles lectores. Esto no es nada agradable. Y quizás no es la mejor técnica de ventas. Pero si nosotros no utilizamos nuestro tiempo, el que deberíamos utilizar en escribir, en autopublicitarnos, nadie nos conocería.
Antes de acabar nos gustaría conocer sus próximos proyectos literarios, si se pueden desvelar.
Se pueden desvelar sin dar títulos. Tengo dos libros ya terminados. El primero, es una historia de sentimientos encontrados; en el otro regreso a la narrativa histórica con una historia en la postguerra española.
Por último, ¿qué libro recomienda a los lectores de De lectura obligada?
Eso es muy difícil, y me pone en grave compromiso. Creo que quien no haya leído “Cien años de soledad” de García Márquez, o “Niebla” de Miguel de Unamuno, debería leerlos. Y luego, para estimular la lectura de los autores nóveles, os diré que el último libro que he leído se titula “Aromas del atardecer” de Pilar Lou Martín.