Vida después de la muerte: miedo a lo desconocido

Por Losanca @lolasancho

Nuestro destino después de la muerte ha generado temores y recelos, así como diversas teorías respecto al lugar donde irá a parar nuestro espíritu.

El deseo de alcanzar la inmortalidad, ha ocasionado a lo largo de los años multitud de creencias respecto a su destino después de la muerte.
La diversidad de religiones llevó a adorar a diferentes dioses, iconos o símbolos, dependiendo cuál de ellas se profesaba. En las politeístas se adoran a varios dioses o divinidades, como en el caso de las antiguas religiones romana, griega o egipcia. En cambio, las monoteístas creen en la existencia de un solo dios, como es el caso del cristianismo, judaísmo e Islam.
Muerte y vida eterna en las religiones antiguas: egipcia, maya yvédica
A lo largo de la historia de la humanidad ha existido pluralidad de religiones, que han llenado de dioses, ángeles, diablos y demás figuras a quienes adorar, temer, amar y ofrendar. En el antiguo Egipto, al principio se creía en la inmortalidad de dioses y faraones, posteriormente fue extendida al resto de egipcios, por ello se practicaba el embalsamamiento y momificación para poder preservar la integridad del individuo en la vida futura.
En el sureste de México, los mayas, creían en el dios Itzamná, quien se representaba con forma de reptil o iguana, que regía el Cielo en su conjunto. Para ellos la vida después de la muerte era de suma importancia, por ello se le concedía mucha relevancia al dios de la muerte, el cual es uno de los más representados en los códices y en muchos edificios.
La muerte para los mayas era una forma de vida diferente, en otro lugar pero con las mismas necesidades. Era sólo un cambio de estado. En la India, el hinduismo nació en parte de cultos y creencias populares, surgidas de los antiguos textos hindúes, los Vedas. Esta religión o creencia siempre ha creído en la reencarnación o ciclo de reencarnaciones.
Creencia en la vida después de la muerte
El Cielo, el Infierno o el Purgatorio, son los lugares en que, los que han sido educados por religiones cristianas y otras, les han indicado que irá a parar su alma. Otras, por el contrario, creen en la reencarnación o multitud de vidas de un mismo espíritu.
No obstante, el punto coincidente es la creencia de una vida después de la muerte. En el caso del cristianismo, cuando acaba la única vida material; o antes, durante y después de muchas vidas, en las distintas religiones que creen en la reencarnación.
El miedo a la muerte: cuestión de fe
Según el libro del pedagogo y escritor francés Allan Kardec (1804-1869) El libro de los espíritus, el miedo a la muerte está motivado por la forma de educación recibida.
En uno de los fragmentos del libro dice:
El miedo a la muerte es para muchas personas causa de perplejidad, ¿de dónde procede ese miedo, puesto que ante sí tienen el porvenir? Sin razón tienen ese miedo. Pero, ¡qué quieres! Se procura persuadirles, durante la juventud, de que hay un infierno y un paraíso, pero que es más seguro que irán al infierno; porque se les dice que lo que está en la Naturaleza, es un pecado mortal para el alma. Cuando llegan a grandes, si tienen algún raciocinio, no pueden admitir esto, y se hacen ateos o materialistas, así han persistido en sus creencias de la infancia, temen ese fuego eterno que ha de quemarlos, sin destruirlos. La muerte no inspira al justo miedo alguno; porque con la fe tiene la certeza del porvenir; la esperanza le hace esperar una vida mejor, y la caridad, cuya ley ha practicado, le da seguridad de que el mundo en que va a entrar no encontrará ningún ser cuya presencia haya de temer.
Por otra parte, el doctor en Bioquímica por la Universidad de Valencia (España) Vicent Guillem, respecto a este tema dice en su libro Las leyes espirituales:
Se tiene miedo a la muerte porque se cree que es el final, la aniquilación de nuestro yo, de nuestra conciencia. Si uno pierde el miedo a profundizar en sí mismo, podrá oír la voz del espíritu que le grita desde muy adentro: ¡La muerte no existe! ¡Eres inmortal! Entonces el miedo deja de existir, el miedo a la muerte desaparecerá.
Ambos autores recogen en sus libros la misma idea, la reencarnación como forma de evolución del espíritu, así como la negación de la idea del temor a la muerte, ya que ese trance no es más que un punto y seguido en nuestra eterna existencia. No obstante, ha habido, hay y habrá detractores de esas ideas, argumentaciones en contra, y críticas a los que la defienden.
Por todo ello, mucha gente admira y reconoce la valentía de personas como Vicent Guillem, que pese a ello, siguen difundiendo su mensaje de manera totalmente altruista y desinteresada. Si están en lo cierto o no, si existe la reencarnación o no, si hemos vivido en anteriores ocasiones o no, queda en la libertad de cada ser humano optar, por medio de su juicio, sentimiento, convicción, o de la propia experiencia o circunstancia.
 Lola Sancho Cabrera