Vida ejemplar de Doña Ignara García Nesciente (reescritura)

Publicado el 13 mayo 2013 por Miguelmerino

Doña Ignara García Nesciente, era corta y redundante, a más de estar a la luna de Valencia, en su sentido más oscuro, es decir, durante un eclipse.

- Usted cree que ella lo sabía.

- Estaba bautismalmente incapacitada para ello.

- ¿Le dio un aire durante el bautizo?

- No exactamente.

Doña Ignara casó en terceras nupcias (las dos primeras fueron de prueba y declaradas nulas), con Don Prudencio González Achantado, cónyuge pusilánime y predestinado que no subió a los altares por parapoco, pero, qué se ganó el cielo junto al sacramento, se lo ganó.

- ¿Fue hombre de innúmeras virtudes?

- No, sólo se le conoció un gesto heroico, pero suficiente.

- ¿Relacionado con la fe?

- Más bien con la resignación, fuera ésta cristiana o no.

El matrimonio no tuvo descendencia, no sabemos si por la sabiduría de la naturaleza o por la comprensible poca voluntad de cumplir con el débito por parte del marido.

- ¿Se le había retirado el “animus iodiendi”?

- En la primera cita.

- ¿Y aun así casose?

- Por ello casose.

Doña Ignara, natural de Torrelodones, no gustaba de indicarlo por la mala rima que tiene y siempre decía que era de a treinta kilómetros al noroeste de Madrid, que además de largo, es impreciso, pues Torrelodones sólo está a veintinueve kilómetros. Además, era coja del pie izquierdo, que podría indicar su mala inquina y tonta de la derecha, que podría indicar su estulticia.

- ¿De la parte derecha del cerebro?

- No, de la parte derecha y abundante del PP.

- ¿De ahí lo de vida ejemplar?

- Precisamente, aunque de mal ejemplo.