La atmósfera está cargada de bacterias y hongos
Investigadores documentan la presencia de un número importante de microorganismos que viven en la troposfera media y alta y que pueden moverse a largas distancias
Tradicionalmente hemos considerado al espacio interestelar como “vacío”. En los últimos tiempos la astronomía ha venido constatando que quizás no lo esté tanto como pensábamos. El hecho de que en las partes más altas de la atmósfera haya aparecido vida extremófila, abre la puerta a especular sobre que en el espacio exterior no haya sólo ondas, partículas o 'polvo' estelar (materia inerte) sino que podría alojar también vida orgánica. Se trataría entonces de microorganismos sometidos a temperaturas de -270º centígrados, en estado latente quizás, sin realizar funciones metabólicas, “hibernando”, a la espera de que un medio ambiente propicio las active. Y que lo mismo que soporta bajísimas temperaturas, acaba soportando también altísimas en su entrada a través de la atmósfera. Dos enormes pruebas para la vida.
Cabría suponer en un principio que estos organismos vivos quizás no vayan solos a la deriva, sino que se encuentran alojados en objetos procedentes del cataclismo producido en algún astro en el que originariamente se generaron y que están navegando a la deriva sujetos a las trayectorias aleatorias a la que les someten las interacciones de la fuerza de la gravedad.
Los extremófilos de nuestro planeta nos están sorprendiendo continuamente apareciendo en ecosistemas límite en los que no hace mucho pensábamos que la vida era imposible.
Quizás todo esto nos vendría a decir que la vida orgánica es más común en el Universo de lo que pensábamos y que la vida en la Tierra no es algo excepcional, que lo extraordinario en ella quizás sea la variedad y cantidad de vida que se ha propiciado en ella por lo que ya no tendría sentido buscar el origen de la vida sólo aquí en la Tierra ya que podría haberse generado en otros planetas y llegado hasta nosotros de una manera increíble. Todo ello sin descartar la posibilidad de que efectivamente se hubiera generado vida aquí y que hubiera interactuado con otra procedente de espacio, lo cual complicaría muchísimo más las cosas.
La vida en la Tierra da fe de su persistencia por permanecer en ella, de cambiar y adaptarse a las nuevas situaciones. Las extinciones masivas y otras puntualmente locales, han ido propiciando toda la enorme variedad de formas de vida que han hecho que vivan en ella una inmensa cantidad de especies, muchas de ellas aún desconocidas por el hombre perfectamente adaptadas a las condiciones actuales del planeta, las antiguas prueba/error propias no sobrevivieron y acabaron extinguiéndose, pero fueron la base de la vida actual.
Recorrer a la inversa todo el camino que ha seguido la vida, leyendo en ese apasionante “libro” va a ser uno de los retos más importantes de la Humanidad. Ese es nuestro destino: Pasar de lo simple a lo complejo; pero en todo, no sólo en formas de vida, sino también en el entendimiento humano del mecanismo del Universo.
Estaremos al tanto de lo que van descubriendo nuestros científicos.
Caña a la apatía y la falta de curiosidad.
Completa tu información Vida extremófila
Dales Caña. Artículos relacionados: 18-08-2012 Vacío, gravedad y electromagnetismo
Juan-Lorenzo dalescana@gmail.com
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