Vida para un parque

Publicado el 04 septiembre 2015 por Regina

Estamos recibiendo con curiosidad y alegría cucharaditas de internet a partir de los puntos wi-fi en distintas ciudades del país; acá en La Habana, el más extendido de esos puntos se ubica en La Rampa, el corazón de la ciudad.
Más allá de la adrenalina de muchos al sentirse conectados con el mundo por primera vez, y los que llegan a esas zonas como si fueran verdaderos nativos digitales, a todos les sucede que precisamente La Rampa, con una señal inalámbrica desde Malecón hasta la esquina de la heladería Coppelia en 23 y L, no tiene condiciones para una navegación confortable. Se ha hecho parte del paisaje ver a todo tipo de personas (la mayoría jóvenes), sentados en una escalera, arrimados a un portal, evadiendo el sol debajo de un magro arbolito, o definitivamente al sol y desafiando a los automóviles, posicionados en el contén con los pies en la calle y absortos en su dispositivo móvil. Es un espectáculo raro ver aquel hacinamiento tecnológico en las zonas de sombra, que en nada embellece el paisaje.
Se me ocurre la idea de darle uso al parque construido en la esquina que ocupara el Edificio Alaska en 23 y M, demolido por razones de seguridad, pero no tanto de la seguridad de sus moradores como de la seguridad de Fidel, de cuando iba casi a diario al ICRT para aquellas interminables Mesas Redondas que nadie extraña.
Ese parque, que a diferencia del ubicado en Galiano y San Rafael y donde opera otro importante punto de conexión, no ha conocido ni el corretear de los niños ni besos furtivos, ahora que nadie tramará un atentado desde su altura, debería ofrecer a los internautas una zona confortable y segura, reivindicando así su condición, dotándose de vida y de sentido.