¡La primavera está esplendida! La alegría se contagia en un paseo por el bosque entre cantos de pajarillos y viejos árboles que muestran un año más sus mejores galas teñidas de un verde fosforescente.
Los mirlos desde sus altos posaderos llenan con sus profundas notas musicales todo el espacio que me rodea. Y los cantos de los petirrojos desde el sotobosque me traen hermosos recuerdos de la infancia.
Pequeños grupos de carboneros y herrerillos buscan cualquier orificio en roca o madera para construir sus mullidos nidos. Ardillas grises corretean con total desparpajo por troncos y prados buscando semillas e insectos con gran glotonería.
Una pareja de patos colorados aterriza bruscamente en una bella lámina de agua dulce entre juncos y fresnos. Un somormujo lavanco se muestra molesto de la impertinencia de sus vecinos y exhibe con chulería su hermoso plumaje nupcial.
¿Es posible que esté en el centro de Londres?