Pero pasó el tiempo y tanto él como sus conocidos fueron creciendo en años, en canas (aquellos que podían permitirse ese lujo) y en dolencias. Y entonces algunos que rememoraban sus palabras se atrevían a pensar "A lo mejor Fulano tenía razón...", sin acabar de comprender, maldita sea, y perdonen ustedes la reiteración, que Fulano únicamente se había limitado a exponer hipótesis ajenas, conclusiones basadas en métodos de investigación empírico-analíticos.A Fulano lo enterraron ayer. En su sepelio todavía hubo alguien que apostilló: "Pobrecillo, qué chasco se habrá llevado".Texto: Rafael Sastre Carpena
Pero pasó el tiempo y tanto él como sus conocidos fueron creciendo en años, en canas (aquellos que podían permitirse ese lujo) y en dolencias. Y entonces algunos que rememoraban sus palabras se atrevían a pensar "A lo mejor Fulano tenía razón...", sin acabar de comprender, maldita sea, y perdonen ustedes la reiteración, que Fulano únicamente se había limitado a exponer hipótesis ajenas, conclusiones basadas en métodos de investigación empírico-analíticos.A Fulano lo enterraron ayer. En su sepelio todavía hubo alguien que apostilló: "Pobrecillo, qué chasco se habrá llevado".Texto: Rafael Sastre Carpena