El gran centro de compras que se montó en la zona de El Bajo hoy quedó reducido al abandono desde que rige la cuarentena por el coronavirus. Los cientos de puestos de venta debieron cerrar, muchos de ellos con toda la mercadería bien custodiada, lo que genera una importante pérdida económica para quienes a diario ofrecían sus productos.
Solo transitan por el lugar los serenos o guardias, que resguardan todo el material que quedó en la vieja terminal de ómnibus, a la espera de que el aislamiento obligatorio les permita volver a ganarse el pan de cada día.
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