Título Original: Maradona por Kusturica
Año: 2008. Duración: 90 minutos.
Nacionalidad: Francia.
Productora: Excepcion Wild Bunch / Estudios Picasso / Pentagrama Films.
Director: Emir Kusturica.
Guión: Emir Kusturica.
Fotografía: Rodrigo Pulpeiro. Música: Manu Chao.
El cineasta serbio Emir Kusturica ("Underground", "Gato Negro, Gato Blanco") había iniciado este proyecto en 2005 con la idea de dar forma a la mejor película sobre el astro del balón, Diego Armando Maradona, jamás hecha.
En ese afán, el director juega sus bazas para ofrecernos una visión diferente sobre el mito argentino. De esta forma, el resultado final no es un documental al uso. No mantiene el típico guión de nació, creció y tal, sino que Kusturica intenta ir más allá.
Alternando imágenes de sus películas, momentos de la vida de El Pelusa, animaciones (que pueden gustar más o menos) y conversaciones con Maradona, Kusturica conforma 90 minutos que, con altibajos, terminan satisfaciendo al público.
Así, la película se mueve por los momentos más agradables de la vida de Maradona, sus intervenciones políticas y, por supuesto, su caída en el infierno de la droga. Entre divagaciones de Kusturica, referencias a Borges y momentos que poco -o nada- tienen que ver con el 10, al final, el crack se desnuda.
Cuando Diego se convierte en Diego, sin ninguna careta, es cuando el ejercicio documental gana enteros. No hay rastro del mito que estuvo al borde del abismo. Ni del payaso de la televisión. Ni del revolucionario de pacotilla. Cuando se sienta a conversar sin pelos en la lengua con Kusturica es cuando logra encogernos el corazón. "Emir, ¿tú sabes que futbolista hubiese sido yo sin la cocaína?". Entonces se transforma en persona. Y podemos reconocer a Diego. Al Pelusa. Al mito. A la mano de Dios reconociendo sus errores y lamentándose por el tiempo perdido junto a su esposa, a sus hijas. En el campo de fútbol.