Una de las experiencias más satisfactorias que podemos realizar es dedicar un tiempo para nosotros, un espacio para hacer lo que nos gusta, pues la edad adulta exige otras necesidades que se traducen en actividades, mismas que invaden cierto espacio de nuestro actuar cotidiano, dejando de lado la idea de disfrutar de la vida misma.
Puede traducirse en cosas tan triviales como caminar, oír una canción, comer helado, bailar, ver alguna película, jugar nuestro videojuego favorito, etc., actividades como estas son fundamentales para nuestra salud mental, lo que origina que tengamos un mayor rendimiento y desarrollo en nuestras labores profesionales o laborales.
Es así como la práctica de estas estimulaciones nos hacen personas más felices, pues no dependen de la edad o género, sino de mantenerlas latentes en nuestro día a día, descubrir qué es lo que disfrutamos, cuál es realmente nuestro pasatiempo favorito y no el de la gente que nos rodea, pero sobre todo no permitir que la vida propia lo rebase, ni mucho menos dejarlo en el olvido pensando que ya no estás para esas cosas o peor aún que existen asuntos más importantes o ni siquiera recordarlos.
Así que organiza tus tiempos, corre y haz lo que más desees en este momento, no te olvides de vivir, porque quizá la vida misma se olvide de ti.
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