Viejo libre

Publicado el 22 julio 2015 por Hugo

Amaba tanto la libertad de sus congéneres
que nunca se sintió cómodo teorizando sobre ella.
¿Y si hablar de ella ya fuese un atentado contra ella?
-No, de ninguna manera-, se decía a sí mismo
acostado en lo que pronto sería su lecho de muerte,
como queriendo justificar toda una vida de activismo.
-¡Antes dogmático que cínico!-
Y sin embargo, siempre se sintió un poco culpable, contradicho.
Culpable de no saber dónde se encuentra el límite
entre lo que se ha de gritar y lo que se ha de callar,
entre su libertad de pensar y la de los demás.