Incluso el propio Griffith, que dos años antes había filmado "The birth of a nation" con descollante éxito y un inusitado interés general, tardaría aún dos más ("Hearts of the world" en 1918, estrenada con el armisticio, pero antes de Versalles) en llevar a la gran pantalla un conflicto contemporáneo de tal magnitud.
Ni las fronteras en juego ni las motivaciones ni los militares y sus tácticas, ni tantas otras cosas podían ser extrapolables ya de la Historia ni eran útiles en el fondo - sí servían cinematográficamente pero anclaban su evolución, que siempre se nutre del presente - los paralelismos que había tratado de establecer en "Intolerance" entre medias.
Aquel orden, que parecía férreo, heredado del siglo XIX y que marca las dos primeras décadas que vieron cómo empezaba a consolidarse un nuevo arte, ensoñadoramente amenazado en las salas oscuras por fantasías de cuero tan atractivas como Irma Vep, de repente se veía asaltado por un drama sin paliativos.
La hora y media escasa que dura la mayestática "Civilization" sirve por ello y sobre todo para hacer encajar piezas.
Vienen a la memoria Woodrow Wilson (con el rostro de Alexander Knox lógicamente), la Sociedad De Naciones y las promesas de que no volvería a suceder nunca más algo parecido tratando de ahogar los panegíricos a los nuevos lideres.
Imagino que la emergente gran Alemania surgida conforme finaliza ese conflicto encontraría risible lo que defiende "Civilization", que es algo tan simple, soslayados los mensajes "celestiales", como la convivencia conforme a un orden moral, sin héroes que sirvan para encarnar y encarar las injusticias y los desmanes que se multiplicaban en cualquier rincón de cualquier pequeño pueblo, sin hablar desde ningún púlpito, mostrando y no reclamando compasión alguna ni por víctimas ni por sus agresores, tan cegados por el odio los unos como los otros.
Pero para todos los grandes cineastas clásicos - a los que obviamente volvió a remover y reorientar de nuevo la 2ª Guerra Mundial -, en su infancia, en su adolescencia, y alguno hecho ya un hombre, fue más decisivo ese siglo XX que duró poco más de una década y que se muere conforme se filmaba "Civilization", esos casi veinte años que desviaron el camino, impresionaron e influyeron en sus padres o en quienes los educaron, que los hicieron "para siempre" inmigrantes, ex-combatientes, cómicos, románticos, humanistas, rebeldes o escapistas; a los de fina educación y a los autodidactas, ya tuviesen vocación de realistas o de poetas, de retóricos o de elocuentes, de rurales o de urbanos, de progresistas o conservadores.
Europeos como Gance, Curtiz, Sjöström, Murnau, Renoir, Hitchcock, Donskoi, Pagnol, Stahl, Chaplin, Barnet, Fejös, norteamericanos - diría que en mayor medida, quizá por tener más perspectiva - como DeMille, Ford, Wellman, Capra, Keaton, McCarey, Borzage, King, Dwan, Cukor oVidor y no olvidemos a Ozu, para quien esta película fue clave.