De vez en cuando, dedico un rato a recopilar viejos escritos, y surgen poemas, muchos poemas (escribía mucha poesía de joven), poemas dispersos por carpetas de una juventud que empieza a quedar algo lejana. Cuando los leo normalmente me río y, en ocasiones, me sonrío. Condeno las más de las veces, pero no puedo negar que me resulta entretenido enfrentarme a quien fui en otro tiempo. Encuentro de todo, incluso poemas rimados (de mi infancia casi, que muy pronto me adscribí al verso libre). Producto de esas excursiones por los ríos de la memoria escrita son los dos breves poemas que hoy os dejo, uno de ellos rimado. PARADOJA
Se me confunden las ansias.
Cuando debo andar deprisa,me seduce la calma;mas cuando ésta plácida llega,me atropello por colmarla.VERSATILIDADA veces soy tan tristeque hasta los niños dejan de jugarcuando me miran.A veces...
Otras, soy su caballo de madera,el indio o la muñeca.Las dos fotografías fueron realizadas por mí y son del Jinete de Artemisión, en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.