La temporada blanca está llamando a la puerta. Las primeras noticias de nevadas en la Península Ibérica han llegado este fin de semana, más tardías que de costumbre por fin han hecho acto de presencia.
Tenemos el privilegio de contar en España con diferentes puntos en los que disfrutar de la nieve, en el sur, en el norte… tanto para los que esquían, los que quieren aprender, los que quieren jugar o los que simplemente quieren deleitarse con las imágenes que regalan los paisajes blancos.
El pirineo Ilerdense es una de esas zonas valorada por muchos para el esquí, siendo la estación más popular la de Baqueira Beret. Quizá menos conocido son la cantidad de atractivos que ofrece independientes a la nieve o al esquí y que se pueden disfrutar también en otras épocas del año, por ejemplo, el verano si os gusta la naturaleza y el turismo poco masificado. Así que, bien porque seas amante de una cosa, o de otra, o de ambas, el Pirineo catalán tiene mucho que ofrecer.
El Valle de Arán está salpicado por pueblos típicos pirenaicos que reposan sobre las laderas de las montaña como, entre otros, Arties y Salardú…
Hoy vamos a centrarnos en Viella (Vielha). A 14 kilómetros de la estación de esquí, es la capital de la comarca del Valle de Aran y una de las localidades más conocidas de la zona. Resulta un excelente punto de partida para realizar diferentes excursiones. Además ofrece la imagen típica de un pueblo de montaña, con el ambiente y la vida que lo convierte en uno de los principales destinos elegidos para el alojamiento turístico y que nosotros recomendamos.
El acceso a la villa permite concienciarse del maravilloso lugar en el que se ubica este pueblecito. La carretera comienza a descender, pasando al lado del Parador del Nacional de Turismo de Viella, desde el que se obtienen unas vistas panorámicas de la zona, hasta llegar al núcleo urbano. La carretera de golpe se convierte en una de las calles del pueblo que lo atraviesa con dirección hacia el Sur de Francia (a unos 10 km, aproximadamente)
Las callejuelas estrechas se enredan entre sí como si fueran nervios y antes de que te des cuenta te han sacado del meollo para devolverte a la naturaleza. El verde envuelve la localidad. Desde la vaguada en la que se encuentra Viella, montones de laderas se visten de árboles tapizando el terreno de ese color.
A principios del mes de agosto se celebra el mercado medieval. En una de sus plazas montones de quioscos engalanados con lonas, escudos, y comerciantes caracterizados convierten el municipio en un festin de olores, colores y sonidos que te trasladan a otros siglos.
El Rio Garona atraviesa el lugar, entre muros y sobre piedras contribuye a ensalzar el carácter atrayente de Viella. La niebla, que generalmente resulta incómoda, aquí se convierte en complíce a primera hora de la mañana de paisajes insólitos para los que estamos habitualmente lejos de las montañas.
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