Viena en un fin de semana

Por Bertusvicus

Viena, acaso necesita presentación esta ciudad imperial, rodeada de ese aura cultural por el cual se la conoce en el mundo. Gracias a ese pasado imperial que tiene la ciudad cuenta con grandes construcciones; palacios, iglesias, catedral, parques. Además de haber sido la cuna donde grandes músicos han dado a conocer gran parte de sus obras: tales como Mozart, Beethoven, Hayden, Shubert, Strauss entre otros muchos. Una ciudad que al menos a mi me transmite una sensación de paz y tranquilidad, donde te puedes sentir seguro caminando por las calles impecables de la ciudad. A pesar de este pasado histórico, la ciudad ha sabido adaptarse a las necesidades contemporáneas, haciendo de la ciudad un destino interesante de conocer.

¿Se puede ver Viena en un fin de semana? Pues depende de lo que quieras ver y que tipo de viajero eres. Desde luego si lo que te interesa es ver los principales puntos de interés de la ciudad, desde luego se puede conseguir, sin ningún problema. Si quieres sumergirte más en los museos y ver lo máximo posible, necesitarás más de una semana.

Como había comentado hace poco he ido a Viena y esto es lo que hemos visto.

LLegada el viernes

Salimos de Praga en tren casi a las 7 de la tarde, llegando a la nueva estación principal de Viena sobre las 22:30. El hostal que habíamos seleccionado, Vienna city hostel, estaba relativamente cerca de la estación de tren, y en 10 minutos caminando ya nos encontrábamos allí. Cuando acabamos de hacer todo el registro y de ir a la habitación ya eran casi media noche.

Belbedere

Sábado

Después de desayunar algo por el camino nos dirigimos al centro pasando por el palacio del Belvedere y sus jardines. El palacio alberga una colección de arte de diferentes épocas, en el cual destacan las pinturas de Klimt con su famoso beso. La entrada en el palacio ronda sobre los 16 euros y se puede reservar en internet, que visto lo visto en otros museos es muy recomendable hacer eso en Viena. Después de ver los jardines seguimos en dirección al centro pasando por el monumento al ejército ruso de la segunda guerra mundial, por inestimable ayuda a la consecución de la victoria sobre la Alemania Nazi. Nuestro siguiente destino antes de ir al “centro histórico”, fue pasar por el Stadtpark, el primer parque público de Viena, donde destacan la estatua dorada de Johan Srauss, el Kursalon (sede de conciertos, bailes y congresos) y el paseo al lado del río. Es un buen sitio para detenerse a hacer un picnic o sentarse a tomar algo, rodeado de una gran variedad de plantas, el único detalle para nosotros es que estábamos en invierno.

En la plaza de Stephansplatz, podemos encontrar la catedral de San Esteban, Stephansdom, la entrada a la catedral es gratuita, aunque también puedes contratar un tour guiado. El acceso a las torres del templo es posible siempre en cuando se pague la entrada a las mismas, eso si son más de 300 escalones hasta llegar a lo alto por una escalinata muy pequeña. Esta catedral se ha construido sobre otras dos iglesias, la más antigua del siglo XII, la construcción actual cuenta con elementos artísticos románicos y barrocos. Algo que caracteriza esta iglesia son las tejas vidriadas, las cuales forman elementos geométricos y el escudo de Austria, aunque para tener una mejor vista de esto, hay que hacer un poco de ejercicio y subir las escaleras de las torres.

Catedral

El centro histórico es principalmente peatonal, con muchos pasajes entre los edificios lo cual invita bastante a perderse y evitar las avenidas principales donde se encuentran las mayorías de las zonas comerciales. Así pues desde Stephansplatz decidimos perdernos un poco en dirección a la opera de Viena. Desde allí estuvimos paseando por Albertina, admirando la plaza que se sitúa alrededor, el parque del palacio imperial de Hofburg. El barrio de los museos, con sus dos impresionantes museos de historia y de naturaleza. Estando delante de ellos, ya te puedes imaginar que para cada uno de ellos necesitaras como mínimo un día para poder disfrutarlos, y aún tienes un tercer grupo de museos cerrando otro de los laterales de la plaza, donde podemos encontrar el Mumok, el museo Leopold, el kunsthalle o el centro de arquitectura. Sin lugar a dudas un placer para los amantes de los museos. Como ya era bastante tarde fuimos a buscar algún sitio para comer algo típico de Austria, mientras buscábamos algún lugar, encontramos el Volkstheater, y la iglesia de San Ulrich.

Encontramos un restaurante bastante interesante, Boheme, con ese nombre y viniendo de Praga, Bohemia, parecía estar puesto en especial para nosotros. El sitio al final resulto encantador, siendo el camarero muy simpático y la comida insuperable. De entrantes nos han puesto unos panes con una salsa típica de Austria, después pedimos dos tipos de sopas, una de calabaza y otra llamada antigua sopa de Viena, no sé decir cual estaba mejor de lo ricas que estaban y de principal pedimos Schnitzel, una especie de milanesa, del tamaño entero del plato, acompañado de patatas, que decir que sudamos para acabarlo.

Biblioteca nacional

Pasado un rato teníamos la necesidad de movernos para poder bajar tanta comida, y volvimos sobre nuestro pasos hacia Heldenplatz para atravesar Hofburg, pasando por la biblioteca nacional, la escuela de equitación española, para desembocar sobre la plaza Michaelerplatz. En la cual se pueden ver restos romanos de la antigua “Viena”. Seguimos por la calle Herrergasse, por donde pasamos cerca del palacio Harrach, con su cafe central y sus galerias, para acabar desembocando después detrás del Burgtheater, donde, enfrente del mismo, se encontraba el ayuntamiento, con su gran torre que parece más de una iglesia que la de un ayuntamiento. Para entonces estaba ya lloviendo y a pesar de que nos metimos en las galerías que están detrás del ayuntamiento, donde se encontraban varios restaurantes cafés y bares, que o bien por la hora, o por la época de vacaciones estaban cerrados, así que decidimos volver al hostal, pasando antes por el parlamento de estilo neoclásico con una estatua de Minerva/Ateneas enfrente del mismo.

Domingo

El domingo amaneció nevado y nuestro destino era ir a ver el palacio de Schonbrunn, el palacio de Sisi. Para acceder al mismo fuimos en metro hasta la estación del mismo nombre. Los jardines del palacio son inmensos e interesantes, en el se encuentra el zoológico más antiguo de Europa en funcionamiento, también hay varios pabellones con zonas desérticas, de jungla, podemos encontrar también un parque japonés, o restos ficticios de ruinas, laberintos, teatros de marionetas… creo que te puedes dar una idea de como de grande puede ser el parque. Para entrar en el palacio, lo mejor es hacer una reserva online y así no tienes que hacer unas colas tan grandes, al final debido a esto no entramos dentro, ya que perderíamos bastante tiempo esperando, así pues fuimos a ver Hunderwasserhaus. Este edificio del arquitecto Hunderwasser, es uno de los más pintorescos de Viena, sólo tienes que pasarte por delante para ver el porqué, el edificio está habitado, así pues no es posible visitarlo por dentro, pero al lado del edificio se encuentra otro pequeño que te dará una idea de como puede ser vivir dentro del edificio. Desde estas curiosas casas, cogimos el tranvía número uno el cual circula alrededor del centro histórico y pasa por varios sitios de interés: la iglesia votiva, el ayuntamiento, el parlamento, el barrio de los museos, Hofburg, y muchos más, salimos en Karlsplatz donde se encuentra la iglesia de San Carlos Borromeo Karlskirche, y un edificio de oficinas curioso con un “superpájaro” en el lateral.

A las 17:00 teníamos el tren de vuela a Praga así pues esto es lo que nos ha dado un fin de semana en Viena.

Otras cosas que ver alrededor de Viena o en Viena que no vimos… en esta ocasión :)

  • La torre del Danubio: Una de las mejores vistas que puedes tener de Viena y de sus alrededores. Además de que está en medio de un parque, para poder relajarse de la ciudad.
  • Prater y su noria gigante. Uno de los parques de atracciones por excelencia de Austria con su noria gigante como gran representante.
  • La casa del mar. Para alguien que vive cerca del mar a lo mejor esto no es tan impresionante, o si… al menos ver un tiburón vivo nadando cerca tuya en un tanque de cristal,
  • La cripta imperial. Debajo de la iglesia de los capuchinos, cerca de la plaza del mercado nuevo, neuen markt, puedes encontrar las tumbas de los Habsburgo, el primer enterramiento data del 1663. Se pueden encontrar 12 emperadores y 16  emperatrices.
  • Klosterneuburg. En esta ciudad cercana a Viena, puedes encontrar el monasterio del mismo nombre fundado en 1114. Este monasterio es algo así como el escorial en España. Un monasterio muy interesante de ir a ver.
  • Carnuntum. Viena no fue siempre la capital de la región, durante la época romana este privilegio lo tenía Carnuntum, que se encuentra a 50 minutos de Viena en tren.
  • Otros sitios, como comentaba en esta página, lo mejor es ver siempre spottedbylocals que te indicarán más lugares a donde los lugareños suelen ir/recomendar.

interior de la catedral

Parlamento

Casco histórico

Casa de las palmeras

Detalle de la fuente Belbedere

Rotonda en la escuela de equitación española

Hunderwasser village interior

Galeria palacio Harrach

Opera

Johan Strauss

Entrada al museo de historia natural

Casa del desierto

Hunderwasserhaus

Pasaje

Karlskiche

Rathaus