Vientos de invierno: Capítulo 10

Publicado el 17 marzo 2015 por Isabel Isabelquintin

Cuando me desperté al día siguiente, el mundo me daba vueltas sin cesar, como pude salí de la cama y me di una ducha larga. Me sentí mejor enseguida. Mamá se fue a su luna de miel a Francia pero antes de hacerlo me dejó un par de analgésicos para mermar el dolor y una nota.« Besar a un chico estando ebria no es de una dama, pero esperar a alguien que se aleja sin razón no es de una mujer. Haz las cosas con el corazón pero asegúrate de que no te arrepentirás luego. Besos. Mamá »Y así fue como me derrumbé, lloré como una condenada por ser tan tonta e impulsiva y ni qué decir del enredo que tenía en la cabeza que se me reflejaba en el pelo. Por suerte Corine ya se había hecho cargo de los pendientes en la agencia así que no me desesperé, armé mi maleta me vestí de incógnita con unos inmensos lentes al estilo diva, cualquier similitud con Sofía Loren era coincidencia. Abordé un taxi y me fui sin despedirme de nadie.Tomé el vuelo de regresó a New York pero no me sentí menos miserable al llegar, todo en esa ciudad me hablaba de Ian. Al llegar a casa me abandoné en la cama y busqué algo para ver en la tele, el momento de llorar de nuevo llegó con An affair to remember, Ian y yo tuvimos nuestra cita allí luego de que vimos en un viejo cinema la película. Llegamos algo tarde y había una fila del tamaño del edificio, nos ofrecieron más facilidad en el primer mirador  en la planta 86 pero nosotros queríamos estar a 400 metros de altura y pagamos por ello así que esperamos y al fin llegamos.  Todo fue hermoso, solo éramos él y yo en la cima del mundo o de Nueva York.Pero esa tarde yo lloraba desconsolada y extrañaba a Ian pero también tenía demasiadas dudas y se le sumaba el hecho de que no me hablara de su contrato y de las pocas llamadas que me hacía y por eso estallé en la boda de mi madre y terminé besando a Kurt y lo peor es que sé que no estaba tan ebria porque lo recordaba a la perfección y me había encantado. Apagué la televisión y me metí en la cama, era primavera y es la estación que más amo pero para mí todo era invierno y soledad y me tocaba acostumbrarme a estar sin mamá y sin Ian.EL sonido del timbre de casa me despertó, el reloj marcaba las once de la noche. Me puse la bata de seda y me acerqué a la puerta ¿Quién es? –pregunté. No obtuve respuesta. Me dispuse a volver a la cama y de nuevo sonó la puerta. Abrí sin más y allí estaba Kurt con cara de preocupación.-¿Qué haces aquí?-Te estamos buscando como locos, saliste de Baltimore sin decir nada.-Me mando sola ¿ok?-Llamaré a James para que sepa que te encontré.­-No, le llamaré yo –espeté furibunda.Lo dejé en la puerta, ni siquiera lo invité a pasar.Marqué del teléfono de la sala directo al móvil de James al segundo tono respondió.-¿Dónde carajo te metiste? Me estaba volviendo loco, mamá llamó y preguntó por ti, no supe que decirle.-Esa cantaleta de hermano mayor no te queda. ¿Qué te hizo pensar que no podría haber regresado?-No sé, no avisaste no es común en ti –respondió comprensivo mientras yo echaba chispas.-¡No me trates como a una chiquilla! Regresé a casa, tengo trabajo para hacer, tengo responsabilidades y deudas, son una adulta ¡por el amor de Dios! Si quiero largarme y no avisar a nadie es mi problema ¿entiendes? O ¿a ti te detuvo algo para irte a áfrica por cinco años? No ¿verdad? Nada. -¿Qué te está pasando’ ¿A que vienen tus reproches ahora?-Estoy cansada de que la gente me diga que debo hacer, como portarme qué decir y pensar. ¡Ya no más!Tiré el teléfono sobre el sofá y se senté a llorar, estaba irascible.
Kurt se acercó para consolarme pero también lo mandé a saltar charcos.-En verdad nos preocupamos.-Tu ni siquiera me conoces… -lo miré con rabia y sé que le dolió.-Pero, si me dieras la oportunidad... –me tomó el mentón con una mano y la otra la llevó a mi cintura. Se estaba acercando despacio y entonces las alarmas se encendieron en mi cuerpo y me solté pronto.-Lo siento, estoy saliendo con alguien y hasta que no aclare las cosas con él no estaré tranquila.-¿Tengo alguna opción? ¿Al menos te podré llevar a cenar?-Ahora mismo no la tienes y no sé si la tendrás. Debes esperar y tampoco sé cuánto. Es todo lo que puedo ofrecerte…lo siento.-Tampoco me iré a ninguna parte, estaré en Nueva york por si alguna tarde quieres caminar por central park y acompañarme con un helado…Me besó en la mejilla y salió.Quise llamar a mamá, pero no debía luego de ese arranque de madurez que tuve con Ian debía demostrar que en verdad era una adulta que sabe enfrentar sus miedos y su vida.Hice lo único que podía hacer, volver a empacar mi maleta, llamar a Corine, luego a un taxi y volar a Londres. Lo hice y entrada la madrugada yo ya estaba volando a Inglaterra. Le daría la sorpresa a Ian así como él me las estaba dando a mí.
Pero en Londres todo fue a peor…
Parece que la dulce Diane también tuvo su viernes trece...
Besotes

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