La resonancia que han tenido las producciones escandinavas en 2021 se consolida con los premios nacionales cuyas nominaciones se han dado a conocer estas semanas. Es el caso de los Edda Awards, con los que la Academia de Cine y Televisión de Islandia reconoce a las mejores producciones, cuyas nominaciones están lideradas por la película Lamb (Valdimar Jóhannsson, 2021), que ha conseguido 13 candidaturas, seguida por las ocho de la comedia de acción Cop secret (Hannes Þór Halldórsson, 2021) y las siete del thriller Wolka (Árni Ólafur Ásgeirsson, 2021). Pero la particularidad de los Edda Awards es que la mayor parte de las categorías pueden incluir tanto largometrajes como series, de forma que en la de Mejor Dirección comparten nominación, tanto los directores de las películas que hemos nombrado como Óskar Þór Axelsson y Þóra Hilmarsdóttir por su trabajo en la Temporada 2 de la serie Stella Blómkvist (Viaplay, 2017-). Así que podemos decir que la segunda producción islandesa más nominada del año ha sido la serie Katla (Netflix, 2021-), que está presente en diez categorías, entre ellas la de Mejor Serie, junto a Systrabönd (Sisterhood) (RÚV, 2021-) y Vegferð (Journey) (Stöð 2, 2021-), que protagoniza el conocido actor Ólafur Darri Ólafsson, al que hemos podido ver recientemente en The Minister (Filmin, 2020-) y The tourist (HBO Max, 2021-), y próximamente en la tercera temporada de Atrapados (Netflix, 2015-).
En Noruega, se han dado a conocer hace una semana las nominaciones para los Amanda Awards, que en este caso solo incluye categorías para producciones cinematográficas, y que se entregan el 20 de agosto en el marco del Norwegian International Film Festival en Haugesund. Las nominaciones este año son bastante obvias, con La peor persona del mundo (Joachim Trier, 2021) en 11 categorías y Los inocentes (Erik Vogt, 2021) en 10, de forma que hay pocas posibilidades para otras películas frente a las dos producciones noruegas que mayor repercusión internacional han tenido en los últimos años. La particularidad de los Amanda Awards es que las nominaciones no son elegidas por una Academia de Cine, sino por un jurado de profesionales del cine.
En nuestro segundo repaso por las series escandinavas más destacables inéditas en España, hablamos de dos de las mejores producciones de 2022, que esperamos tengan espacio en alguna plataforma. La llegada de AMC+ el 15 de junio ofrece también posibilidades para las series escandinavas, ya que en su primera tanda de estrenos incluye dos de las que hemos hablado en anteriores crónicas: el thriller feroés Trom (Viaplay, 2021-) y el drama sexual finlandés Mister 8 (Elisa Viihde-Viaplay, 2021-).
SUECIAUna de las propuestas más singulares del año pasado fue el thriller psicológico Partisan (Viaplay, 2020-), ganadora en la categoría de Mejor Serie en el Festival Internacional de Series de Cannes. Canneseries, y que a nivel internacional estrenó Sundance TV. Creada por Amir Chamdin (1974, Suecia), ex-líder de la banda de rock Infinite Mass, y el actor Fares Fares (1973, Líbano), que también protagonizaba y ejercía como productor creativo, Partisan ofrecía una curiosa representación de la sociedad sueca a través de una comunidad cerrada liderada por Kent (Johan Rheborg), con tendencias de extrema derecha, que ejerce un control férreo sobre sus seguidores, especialmente chicas jóvenes que forman parte de un equipo de gimnasia artística. La historia ofrecía una mirada irónica a través de este escenario singular, una granja orgánica en la que hay una notable dedicación al bienestar, pero que sin embargo tiene un aspecto oscuro en sus tendencias racistas, lo que se hace más patente cuando el policía Johnny (Fares Fares) se infiltra en la granja para averigüar qué se oculta más allá de la fachada ecológica. Aunque la propuesta política en torno a la doble cara de la sociedad se perdía en el enfrentamiento personal entre los dos protagonistas, la serie tiene un look especial influido por las películas de los años 60 y 70, y que también recuerda al estilo de Midsommar (Ari Aster, 2019), con una notable presencia musical en la que destaca el uso de la canción "Partisan", un himno de la resistencia francesa escrito por la cantautora rusa Anna Marly en 1943, que Leonard Cohen incluyó en su album Songs from a room (1969, Sony).
Partisan
Temporada 2 | Viaplay | ★★★★☆
Creada y dirigida por Amir Chamdin
La segunda temporada de Partisan, estrenada esta pasada Semana Santa en Viaplay tras el éxito que tuvo la primera, una de las series más vistas de la plataforma, no cuenta con la participación de Fares Fares, que debutará como director en el thriller A day and a half (2023) para Netflix, pero se desarrolla de nuevo en la granja orgánica Jordnära, enfocándose esta vez en los personajes femeninos, y dando relevancia a Maud (Anna Björk), la lideresa de personalidad amable que sin embargo tiene un fondo muy oscuro, y destacando el concepto de maternidad como objeto de intercambio, la procreación como medida de control de la raza: "Tenemos sangre más pura y saludable que nadie en toda Europa". La idea interesante que presenta la serie desde esta mirada que amplía su propuesta política, es la de una comunidad que se siente cómoda con sus acciones por el bien de la humanidad, aunque tengan una mentalidad fascista, lo que permite también la manipulación y el control sobre un grupo de jóvenes que se prestan con convicción a estas maquinaciones. Maud representa a la antagonista amable, frente a la más impulsiva Mildred (Nanna Blondell), una investigadora que se incorpora a esta temporada. Ahora hay menos capacidad de sorpresa, y se juega menos con el misterio y más con la tensión que provocan los personajes controladores. Amir Chamdin dirige los nuevos cinco episodios manteniendo ese estilo característico de planos abiertos y zooms lentos que dan a la serie una textura especial, una atmósfera que mantiene una cierta angustia de fondo y un desasosiego constante (subrayado por la música que también compone Amir Chamdin) que hacen de Partisan una de las propuestas visuales más singulares.
Aunque continúa el plan internacional de fusionar los contenidos de Discovery+ y HBO Max, por el momento ambas plataformas siguen funcionando y produciendo por separado. En Noruega, Discovery+ fue la oferta de transmisión que mayor crecimiento tuvo durante 2019, en parte por su alto contenido deportivo. La producción propia en los países nórdicos no es excesivamente alta comparada con Viaplay o las televisiones públicas, pero este año ha estrenado una de las mejores series suecas de la temporada, según indican algunas críticas. Mörkt hjärta (The dark heart) (Discovery+, 2022) es una serie limitada que se estrenó en el Festival de Sundance 2022 y posteriormente ha ganado el premio a la Mejor Serie en Series Mania 2022. Se trata además del debut en el formato del director Gustav Möller, responsable del excelente thriller The guilty (Gustav Möller, 2018), que tuvo una tibia versión norteamericana titulada Culpable (Antoine Fuqua, 2021), sobre un guión de Oskar Söderlund, guionista de la interesante serie Snabba cash (Netflix, 2021-), que este año estrena su segunda temporada.
The dark heart
Miniserie | Discovery+ | ★★★★★
Escrita por Oskar Söderlund | Dirigida por Gustav Möller
Basada en el libro del periodista Joakim Palmkvist Hur man löser ett spaningsmord. Therese Tangs berättelse (2017), que era una dramatización de un crimen ocurrido en 2012, resuelto por una investigadora civil, Mörkt hjärta ofrece una espléndida incursión en los entresijos del crimen y sus ramificaciones. Los protagonistas son Marcus Tingström (Gustav Lindh) y Sanna Ljungqvist (Clara Christiansson Drake), quienes inician una relación en contra de los deseos del padre de ella Bengt Ljungqvist (Peter Andersson), el dueño de una granja que mantiene un conflicto personal con la familia de Marcus. Al mismo tiempo, la acción se desarrolla dos años después cuando Tanja Thorell (Aliette Opheim), directora de operaciones de la asociación Missing People, comienza a investigar una desaparición que la policía ha dado por resuelta. Las dos tramas, que se desarrollan en el pasado y el presente durante los dos primeros episodios, acabarán convergiendo en un mismo destino. Una de las virtudes de la serie es que está contada con el tiempo que necesita para desarrollar la historia, durante solo cinco episodios, que están estructuradas de una forma muy precisa, mostrando las motivaciones del crimen, la investigación y la conexión entre ambos, pero también acierta en un enfoque psicológico que se detiene más en la culpa y el remordimiento que en la resolución del caso.
Porque la serie está basada en uno de los crímenes más famosos de Suecia, y por tanto evita perder el tiempo en crear un suspense que sería innecesario. Por el contrario, bucea en la progresiva desafección de los culpables y en las consecuencias de sus actos, una especie de inocencia que les lleva a creer que es fácil sobrevivir desde el punto de vista psicológico a un acto criminal. En este sentido, el trabajo de dirección de Gustav Möller es notable, no solo en los encuadres o la planificación, sino en dotar a la historia de un ritmo lento pero sofocante, una atmósfera oscura y tensa que no necesita mostrar actos de violencia. Es una serie sobre las consecuencias, por lo que el crimen no es mostrado de forma explícita pero sí el rastro que deja, no solo físico en forma de manchas de sangre que no se consiguen limpiar, sino sobre todo psicológico, en una progresiva degradación de las relaciones personales. Pero la historia también se centra en el personaje de Tanja Thorell, nombre ficticio basado en la verdadera Theresa Tong, una responsable de Missing People que consiguió resolver el crimen más atroz cometido en Suecia en el año 2012. Interpretada por la actriz Aliette Opheim, a la que hemos visto en las series Patriota (Prime Video, 2015-2018), Fortitude (Movistar+, 2015-2018) y Califato (Netflix, 2020), el retrato del personaje es interesante en cuanto se presenta como obsesionada por resolver el crimen, incluso cometiendo actos irreflexivos que ponen en peligro su vida. Y si bien parece demasiado ausente la policía, que ha dado el caso como no resuelto, surge un conflicto que alimenta la historia.
A Royal secret
Miniserie | SVT | ★★★☆☆
Escrita por Bengt Braskered | Dirigida por Lisa James Larsson
Uno de los mayores escándalos relacionados con la realeza europea fue el llamado "caso Haijby", protagonizado por un hombre que había mantenido una relación íntima con el rey Gustavo V de Suecia, cuya homosexualidad era un secreto oficial que ni siquiera trató de ocultar durante su vejez, a pesar de que en Suecia no fue despenalizada hasta 1946, cuatro años antes de su muerte. En la miniserie A Royal secret (SVT, 2021) se cuenta la historia de Kurt Haijby, quien conoció al rey cuando solicitó audiencia con él para conseguir unos permisos para su restaurante y posteriormente afirmó que había mantenido una relación romántica con el monarca, hecho que la familia real y la secretaría de Estado trataron de ocultar. En realidad, nunca se ha demostrado que existiera esta relación, y ha sido una de las principales críticas que ha recibido la serie, que obtuvo altos índices de audiencia en su emisión el pasado mes de diciembre. Esta producción de la televisión pública sueca tiene como protagonista a Kurt Haijby y describe sin la más mínima duda que esta relación existió y cómo el personaje sufrió una persecución por parte del gobierno sueco, siendo deportado a Alemania, donde pasó varios años en prisión por corrupción de menores y, a su regreso a Suecia, obligado a permanecer recluido en un centro psiquiátrico.
La miniserie despertó similares críticas por parte de los historiadores a las que tuvo la producción Atlantic crossing (Movistar+, 2021) en la televisión pública noruega, acusándola de tergiversar la Historia para adaptarla a un drama ficticio que sin embargo puede entenderse como verídico. En el caso de la serie noruega, se refería a un supuesto romance entre la princesa Marthä y el presidente de los Estados Unidos Franklin Roosevelt que nunca ha sido acreditado, y en el caso de A Royal secret sobre una relación que tampoco se ha demostrado más allá de las afirmaciones de Haijby. El crítico Per Svensson afirmaba en el periódico Dagens Nyheter que "la serie es un cuento de hadas donde la bruja es intercambiada por un jefe de Estado", mientras que Sanna Salomonssen recordaba en Gothenburg Post que Kurt Haijby tenía un largo historial criminal que incluía estafas y había sido acusado de abuso de menores, hecho que se muestra en la serie cuando es detenido en Alemania. El problema está principalmente en no ofrecer demasiada claridad sobre la condición de reinterpretación ficticia de una realidad en la que hay muchos vacíos y, sobre todo, en que sean las televisiones públicas las que ofrezcan esta revisión dramatizada de hechos históricos. El debate es parecido al que suscita cada temporada The Crown (Netflix, 2016-) en cuanto a qué se considera verídico y qué es fabulación.
En todo caso, A Royal secret funciona como un drama histórico que parece influido precisamente por la serie sobre la familia real británica, ofreciendo una mirada hacia la intimidad de la realeza a través de la representación de la homosexualidad de Gustavo V (Staffan Göthe). El guión de Bengt Braskered es ciertamente amable con el personaje de Kurt Haijby (Sverrir Gudnason), al que se describe como una víctima de las maquinaciones del gobierno para preservar la privacidad del rey, que pasa por exiliarle a Alemania, recluirle en un psiquiátrico y acusarle de extorsión al Estado, construyendo un antagonista sin ambigüedades en la figura del gobernador Torsten Nothing (el veterano Reine Brynolfsson, al que podemos ver también en la serie Amor y anarquía (Netflix, 2020-). Este maniqueísmo en cuanto a la presentación de los personajes es uno de los aspectos más discutibles de la serie, lo que realmente enturbia la verosimilitud que se pretende tener. Pero por lo demás es una producción cuidada en los detalles de la puesta en escena y una banda sonora quizás demasiado ampulosa por parte del compositor sueco Jimmy Aake Lagnefors, cuyos cuatro episodios dirige con firmeza la realizadora sueco-británica Lisa James Larsson, habituada a los dramas de época tras dirigir episodios de series como Victoria (PBS Masterpiece, 2016-2019) o Brittania (HBO Max, 2017-).
ISLANDIA
Verbúđin (Blackport) (RÚV, 2022-) está considerada como la serie islandesa más relevante a nivel internacional desde Atrapados (RÚV, 2015-), y los premios obtenidos la avalan en este sentido. Fue la gran vencedora de Series Mania 2021, el Festival Internacional de Series de Lille/Hauts-de-France, y de Serielizados Fest 2021, consiguiendo el Premio a la Mejor serie en ambos certámenes, mientras que el Festival Internacional de Cine de Gotemburgo le otorgó el Nordisk Film & TV Fund Prize 2022. Pocas producciones recientes han acaparado tantos galardones en festivales internacionales. La historia tiene lugar en Westfjords, al Noroeste de Islandia, una pequeña población pesquera que en los años 80 se enfrenta a una crisis debido a las cuotas sobre la limitación de capturas. Pero esta circunstancia es aprovechada por Harpa (Nína Dögg Filippusdóttir) y su marido Grimur (Björn Hlynur Haraldsson) para crear una gran compañía que acapare la producción pesquera de la zona, utilizando la influencia de su amigo en común Jón (Gísli Örn Garðarsson), Ministro de Pesca y amante de Harpa. Se trata de una comedia de tono oscuro, que habla de la corrupción y de los entresijos de la industria pesquera en la década de los ochenta, cuando se comenzaban a imponer cuotas. Y aunque no está basada en hechos que ocurrieron en la realidad, hay muchos elementos que conectan la ficción con algunos acontecimientos verídicos ocurridos en Islandia, que se muestran a través de la televisión o en fragmentos de archivos que ofrecen también una mirada irónica al pasado. Por ejemplo, un discurso que pronuncia Jón en el Parlamento es prácticamente una traslación de un discurso que dio la Primera Ministra Jóhanna Sigurðardóttir, elegida en 2009 cuando la grave crisis económica que atravesaba el país provocó que el gobierno anterior dimitiera. Y, al igual que el personaje en la ficción, el Ministro de Pesca Halldór Ásgrímsson poseía acciones en empresas pesqueras cuando estuvo en su cargo entre 1983 y 1991.
Blackport
Temporada 1 | RÚV | ★★★★★
Creada por Gísli Örn Garðarsson, Björn Hlynur Haraldsson, Nína Dögg Filippusdóttir
Dirigida por Gísli Örn Garðarsson, Björn Hlynur Haraldsson, María Reyndal
En este sentido, Blackport es para Islandia algo así como El tiempo de la felicidad (Filmin, 2020-) para Noruega, una serie que construye una ficción a partir de acontecimientos históricos relevantes para el país. La serie está creada por los tres protagonistas, actriz y actores reconocidos en su país, y fundadores de la compañía de teatro independiente Vesturport que se ha ido consolidando como una de las más relevantes de la escena islandesa. Como curiosidad, en 2008 produjeron una adaptación de la película Juntos (Lukas Moodysson, 2000) que protagonizaron la actriz española Elena Anaya y el mexicano Gael García Bernal, y en la actualidad representan una versión de la obra de William Shakespeare Otelo (1622) que dirige Gísli Örn Garðarsson y protagonizan Ingvar E. Sigurðsson como Otelo y Nína Dögg Filippusdóttir como Yago. Pero el más conocido internacionalmente es Björn Hlynur Haraldsson, al que hemos visto en series como Fortitude (Sky, 2015-2018) y Atrapados (RÚV, 2015-), y películas como Lamb (Valdimar Jóhannsson, 2021). Blackport es una serie espléndida, que construye muy bien unos personajes retorcidos que utilizan todo tipo de estrategias para conseguir sus objetivos, pero al mismo tiempo resultan atractivos para el espectador, envueltos en una cierta melancolía existencial, en un entorno que resulta depresivo. Y sin embargo se trata de una comedia, con un tono de humor muy islandés, cortante y a veces absurdo, que podemos reconocer en directores como Aki Kaurismäki. Cuentan los creadores, que también han ejercido de directores, que después de ganar el premio a la Mejor Serie Internacional en Series Mania, donde se presentaron solo los dos primeros episodios, decidieron reescribir parte del guión y volver a rodarlos: "Nos miramos entre nosotros y pensamos: Hmmm, esto no está bien. Así que decidimos rodar un comienzo completamente diferente". Es el privilegio de ser tres de las personalidades más reconocidas en Islandia. Aunque no está confirmada oficialmente, parece evidente, tras la recepción obtenida, que la serie tendrá continuación.
Aunque parezca poco probable, la producción audiovisual islandesa también aborda en algunas ocasiones el drama familiar con tintes de telenovela, aunque tratando de bucear de una forma más profunda en la psicología de los personajes. En Vitjanir (Fractures) (RÚV, 2022-) la protagonista es Kristín (Sara Dögg Ásgeirsdóttir), una doctora que regresa a su pueblo natal después de divorciarse para hacerse cargo del Centro de Salud de la pequeña aldea de pescadores en la que su visión pragmática de la vida después de haber permanecido en Reikiavik durante muchos años no encaja del todo bien con la personalidad de sus habitantes. Por ejemplo, la recepcionista del Centro de Salud prepara hierbas medicinales que recogen los pacientes, lo que provoca el primer enfrentamiento con Kristín. Mientras ella trata de proteger a su hija Lilja (Katla Njálsdóttir) de los excesos de las escapadas con sus amigos en una zona en la que hay poco que hacer excepto emborracharse, porque la adolescente padece diabetes, también debe aceptar la convivencia con sus propios padres, que le devuelve los recuerdos de una tragedia familiar. Su madre Johanna (Helga E. Jónsdóttir) se niega a tomarse las pastillas contra la demencia porque afirma que cuando se las toma no puede hablar con el fantasma de Margrét (Ísey Heiðarsóttir), la hermana de Kristín, que falleció cuando era adolescente. La serie propone la conexión con un pasado del que la protagonista huyó marchándose del pueblo, pero que inevitablemente regresa en el momento en que decide volver. Pero al mismo tiempo hay secretos que no han sido confesados y que poco a poco irán revelándose.
Fractures
Temporada 1 | RÚV | ★★★★☆
Escrita por Eva Sigurðardóttir, Kolbrún Anna Björnsdóttir, Vala Þórsdóttir
Dirigida por Eva Sigurðardóttir
La creadora de la serie es Eva Sigurðardóttir, que también dirige los ocho episodios que conforman un guión coescrito junto a Kolbrún Anna Björnsdóttir y Vala Þórsdóttir, que interpretan también a dos de los personajes secundarios. Vitjanir (Fractures) fue presentada en la sección Beats TV de la pasada edición del Festival de Tallin 2021, y tiene un interés principal en la forma en que aborda las relaciones entre generaciones, especialmente entre el personaje de Johanna, la madre de Kristín, y la forma en que ésta no acepta la clarividencia de aquella al mismo tiempo que aquella no acepta las medicinas que le receta su hija para tratar su condición bipolar. El conflicto entre lo racional y el misticismo se manifiesta de forma dramática en el episodio final, en el que los elementos fantásticos hacen su aparición, como producto de la imaginación de Johanna. Pero por otro lado también se reflexiona sobre la relación entre Kristín como madre y su hija Lilja, la sobreprotección que ejerce y una cierta envidia de la cercanía que tiene Lilja con su abuela. A lo largo de los ocho episodios, la serie desarrolla las relaciones entre un grupo de personas entre las que también se encuentra Ragnar, una antigua relación de Kristín, al que interpreta Joi Johannsson, el actor de mayor proyección internacional, al que hemos visto en series como Fortitude (Movistar+, 2015-2018) y Ártico (Cosmo, 2018-). Hay sin embargo alguna subtrama relacionada con la violencia doméstica que cae demasiado en el melodrama, y que acerca a la serie a la telenovela, pero por otro lado funciona en los aspectos que abordan la necesidad de aceptar el pasado, aunque sea a través de la admisión de los elementos fantásticos.
NORUEGA
Made in Oslo (Viaplay, 2022-) es un drama sobre inseminación artificial que de alguna manera consigue reflejar, aunque quizás no sea su intención principal, la obsesión por la maternidad que predomina en los países nórdicos, y en especial en Noruega, donde una película como La peor persona del mundo (Joachim Trier, 2021) mostraba precisamente a una protagonista que se salía de los márgenes demasiado formales de la representación femenina, y quizás por eso consiguió un notable éxito internacional. La "peor persona del mundo" es una joven que no tiene claro su futuro y que no tiene como objetivo principal ser madre. La serie Made in Oslo, que se presentó hace unos años con el título de Plan B, está basada en la experiencia real de la creadora, Kathrine Valen Zeiner, una veterana guionista que ha trabajado para producciones como Wisting (Viaplay, 2019-) o Valkyrien (Filmin, 2017-), a través de la productora Tordenfilm, cuya sede se encuentra en Mølleparken, una zona de Oslo situada junto al río Akerselva que fue zona industrial y ahora está ocupada por empresas de ámbito creativo, desde las más destacadas productoras audiovisuales de Noruega como Maipo Film o Monster, hasta multinacionales como Redbull. La protagonista es Elin (Pia Tjelta), una doctora que gestiona una clínica de fertilidad a pesar de que ella misma no puede ser madre de forma natural, y mientras aconseja a diferentes parejas sobre los mejores procesos de inseminación, tiene una obsesión por la maternidad que la hace tomar decisiones arriesgadas e incluso ilegales, presionada por su propio reloj biológico. No ayuda el hecho de que tenga una hijastra, Stella (Erle Østraat) que tuvo su actual pareja, Bjørn (Jakob Cedergren) en una relación anterior. La adolescente estudia danza, lo que permite desarrollar algunas de las escenas de la serie en el interior de la espectacular Ópera de Oslo.
Made in Oslo
Temporada 1 | Viaplay | ★★★★☆
Creada por Kathrine Valen Zeiner | Dirigida por Marit Moum Aune
Hay algunos aspectos de la serie que pueden rozar el culebrón, y no parecen demasiado verosímiles ciertas decisiones de la protagonista. De hecho, una de las principales críticas que ha recibido la serie por parte de personas que se han sometido a estas prácticas de inseminación artificial es que no se toma demasiado en serio la problemática. Pero hay que concederle la capacidad para construir un personaje principal cuyas decisiones no siempre son comprensibles, y que compone de una forma extraordinaria, llena de matices, la actriz Pia Tjelta, a la que también podemos ver en El tiempo de la felicidad (Filmin, 2020-), cuya tercera temporada tiene previsto su estreno para 2024. Pero quizás por eso la serie consigue ser más interesante cuando aborda de una forma directa las limitaciones éticas de la inseminación, especialmente a través de las implicaciones morales del "savior sibling" (el hermano salvador), un bebé que es gestado por los padres con el objetivo de proporcionar un trasplante de médula ósea a un hermano que esté afectado por una enfermedad mortal. De hecho, algunas de las pruebas que se deben practicar los personajes de la serie tienen que realizarse en España, donde la Ley de Reproducción Asistida aprobada en 2006 permite estas técnicas con fines medicinales. En 2008 nació en Sevilla Javier, el primer "hermano salvador" español.
Made in Oslo aborda planteamientos interesantes, que también se centran en la globalización de las empresas de inseminación artificial a través de la propuesta de compra que realiza una empresa farmacéutica a Elin y CC (Ola G. Furuseth, uno de los protagonistas de Caza de brujas (Filmin, 2020)), dueños de la clínica, lo que permite dar un toque internacional con la participación del actor inglés Tobias Menzies, que interpretó al Duque de Edimburgo en las temporadas 3 y 4 de The Crown (Netflix, 2016-) y también le hemos visto en Juego de tronos (HBO, 2011-2019). Hay que destacar también el elegante trabajo musical del compositor Kåre Christoffer Vestrheim (1969, Noruega), con una partitura bella y melancólica, apoyada en el piano y el acordeón en los temas principales. Aunque no puede evitar cierta tendencia al melodrama, Made in Oslo plantea cuestiones éticas interesantes y propone un final abierto a una segunda temporada. Esta producción ha sido una de las seleccionadas para la competición del 61 Festival de Televisión de Montecarlo, la muestra más veterana del panorama internacional que se ha celebrado entre el 17 y el 21 de junio, donde también han participado la serie española Un asunto privado (Prime Video, 2022) y otras producciones que ya hemos comentado como la islandesa Trom (AMC+, 2022-), ganadora del Premio al Mejor Actor, y la australiana The tourist (HBO Max, 2022-), que finalmente se ha alzado con la Ninfa de Oro como Mejor Serie.
Una de las virtudes que se le han reconocido a esta comedia musical es la de alejarse de la imagen que ofrecen las producciones audiovisuales noruegas, la mayor parte de ellas centradas en Oslo y en muchos casos con una representación de la ciudad que parece demasiado "turística", lo que ocurre incluso en películas de resonancia internacional como La peor persona del mundo (Joachim Trier, 2021). Pero Verden er min (El mundo es mío) (NRK, 2022-) se desarrolla en la escena musical rapera de Bergen, lo cual ofrece ya una propuesta diferente, y enlaza con una idea de amplitud de perspectivas sobre Noruega a través de personajes que se mueven en una multiculturalidad que a veces no es tan aceptada como se quiere transmitir. Básicamente, la serie tiene a Amy Black Ndiaye (1989, Noruega) como principal motor, porque no solo la escribe sino que también la protagoniza e interpreta las canciones. Después de desarrollar la serie Søstre (Viaplay, 2021-) y de participar como actriz con un personaje regular en la primera temporada de Wisting (Viaplay, 2019-), se ha embarcado en esta propuesta que en cierta manera es autobiográfica. De hecho, toda la familia de la protagonista Odile (Amy Black Ndiaye), desde sus padres hasta su hermana y sus sobrinos, está interpretada por su propia familia, y uno de sus amigos en la serie también lo es en la vida real, el popular cantante Lars Vaular (1984, Noruega), uno de los impulsores de la música rap con sede en Bergen.
Verden er min
Temporada 1 | NRK | ★★★☆☆
Creada por Amy Black Ndiaye | Dirigida por Øyvind Holtmon
Verden er min es básicamente un musical, porque cada uno de los episodios de veinte minutos de duración incluye algunos de los temas nuevos compuestos por Lars Vaular e interpretados por Amy Black Ndiaye, pero que funcionan más como una exposición de los propios sentimientos personales de Odile. El director Øyvind Holtmon, guionista de la serie Ida tar ansvar (Viaplay, 2022), contrasta la mirada realista con el uso de la cámara en mano con el montaje dinámico de los momentos musicales, en los que se introducen fragmentos de la infancia de la protagonista. En una escena de Skilpadden (T1E1), cuando la protagonista está comprando en una tienda de licores, la dependienta le habla en inglés asumiendo que por el hecho de ser negra no es noruega. Este micro racismo sirve para que Odile conozca a Zoe (Tinashe Williamson), que será un personaje importante para ella, pero es uno de los breves apuntes que lanza la serie sobre una sociedad que, a pesar de su imagen de tolerancia, tiene todavía determinados prejuicios. Sin ir más lejos, recientemente se está debatiendo sobre la relación de la princesa Märtha Louise con Durek Verrett, a la que él ha respondido afirmando que: "La gente no quiere ver a un hombre negro en la familia real". Pero el tema central habla precisamente de cómo cada uno puede encontrar su propio espacio, vivir su diferencia sin tener que adaptarse a criterios generales o sociales. La serie es un proceso de conocimiento de Odile de su propia forma de ser, de las inseguridades que le provoca ser lesbiana y no estar del todo fuera del armario con su familia, de su retraimiento a la hora de exponerse musicalmente de forma pública y de sus dudas sobre los sentimientos que tiene con respecto a Zoe. Pero lo cierto es que el desarrollo de la historia parece más apropiado para una protagonista adolescente que para una joven de treinta años, especialmente en ese proceso de revelación a su padre de su homosexualidad, y de los malentendidos sentimentales. Hay momentos sin embargo en los que se logra una gran naturalidad, como en el episodio Stillheten (T1E4) que prácticamente se desarrolla durante un paseo por la ciudad en la que Odile y Zoe comienzan a conocerse, que tiene una veracidad sorprendente, y que aporta una mirada honesta a los primeros pasos de una relación. Pero la interesante incursión en el escenario musical de Bergen hubiera merecido un tratamiento más maduro, y de alguna manera la serie toma un camino arriesgado y diferente para acabar llegando al mismo destino que otras producciones noruegas.DINAMARCA
Una de las propuestas más curiosas de esta temporada en el panorama nórdico es esta serie que mezcla documental y ficción sin establecer muy claramente dónde se encuentra la línea divisoria entre ambas. Porque el planteamiento más original que ofrece la serie El Vikingo - Historia de un narco (Viaplay, 2022), que estrena Filmin en julio, se convierte en su principal enemigo. El punto de partida es una entrevista que realizó el periodista Jeppe Facius con el narcotraficante danés Claus Malmqvist, quien dirigió una red de contrabando de drogas desde su residencia en Marbella, utilizando España como puerto de entrada a Europa. El director Peter Anthony, que se dio a conocer con el documental dramatizado The man who saved the world (2014), recurre de nuevo a la dramatización construyendo escenas de ficción rodadas como si se tratara de una película de acción para mostrar el relato de los acontecimientos pasados, pero también dramatizando la propia entrevista del periodista al narcotraficante, en la que ambos se interpretan a sí mismos. De forma que la realidad y la ficción están siempre mezcladas, lo que contribuye a una cierta confusión narrativa, especialmente por el hecho de que los propios personajes reales resultan poco creíbles en su interpretación de sí mismos. A lo largo de la serie de cuatro episodios, vemos a Jeppe Facius hablando con Claus Malmqvist en las calles de Marbella, donde le saludan todavía, en una sala de striptease y, sobre todo, en un espacio interior en el que el narcotraficante se sincera sobre las consecuencias de sus decisiones. Pero estas secuencias resultan algo forzadas, y nunca está del todo claro si son reconstrucciones de una entrevista real o hay también ficción en estas escenas.
El Vikingo - Historia de un narco
Docuserie | Filmin | ★★★☆☆
Escrita por Peter Anthony, Morris Stuttard | Dirigida por Peter Anthony
La etapa de esplendor como narcotraficante de Claus Malmqvist está literalmente dramatizada de una forma ambiciosa, con una cuidada fotografía y la participación del actor Alex Høgh Andersen, al que conocemos como Ivar Ragnarsson en la serie Vikingos (Netflix, 2013-2020), que aporta una acertada faceta intimidatoria, aunque es menos convincente cuando interpreta al personaje ya cuarentón. A través de estas secuencias se cuenta la muy rocambolesca historia del protagonista, a quien le llamaban El Vikingo cuando vivía en Marbella por su origen danés, y que en los años 90 se convirtió en un poderoso narcotraficante con conexiones en los clanes marroquíes, las tríadas chinas y la mafia de Nueva York, sin que fuera detectado por la policía. Pero en 2007 fue condenado por contrabando de 13 toneladas de drogas que nunca fueron detectadas, pero con las que se le relacionó tras la detención de un cómplice que cometió un asesinato. Uno de los aspectos más interesantes de la serie es la laxitud con la que las autoridades policiales y judiciales acusaron a Claus Malmqvist, al que se condenó sin pruebas realmente contundentes. Tras huir a Brasil, donde se casó y tuvo un hijo, fue detenido por un delito menor y pasó varios meses en la prisión de Ary Franco, considerada la peor cárcel de Brasil, hasta que fue trasladado sin garantías legales al aeropuerto y enviado a Dinamarca para que cumpliera su condena de 16 años. Oficialmente la policía danesa culpa a las autoridades brasileñas de este traslado, aunque parece poco probable que no supieran nada, especialmente cuando un agente de policía entrevistado en la serie por Jeppe Facius no parece saber explicar por qué Claus Malmqvist sufrió esta extradición ilegal, pero la justifica afirmando que era un narcotraficante peligroso. Lo cual no es demasiado alentador viniendo de un representante policial de un país democrático como Dinamarca.Por tanto, estamos ante una historia que tiene elementos apasionantes, y que desprende posibilidades de construcción de una buena serie dramática o de un buen documental, pero la elección de esta propuesta híbrida que no define bien los límites entre realidad y ficción es una decisión poco acertada, al menos tal como está realizada. Y llega incluso a caer en el ridículo en un episodio final en el que parece buscarse una especie de redención del protagonista a través de un reencuentro con su hijo, ya adolescente (no sabemos si es el hijo real o se trata de un actor), con el que hay un intento de reconciliación después de haber desaparecido sin dar señales de vida, porque Claus Malmqvist nunca confesó a su esposa brasileña que se encontraba en una prisión danesa. The Viking - Downfall of a Drug Lord pierde la oportunidad de ser una propuesta interesante por su empeño en experimentar sin demasiado acierto con la mezcla de géneros.
El vikingo - Historia de un narco se estrena en Filmin el 19 de julio.
Midsommar se puede ver en prime Video. Culpable se puede ver en Netflix. Victoria se puede ver en RTVE Play.