Me es imposible evitar ciertas interpretaciones personales, comentarios y análisis básicos al escribir sobre la banda sonora de la película Frida (2002) de la directora Julie Taymor. Lo primero que pienso al comenzar a escribir este artículo -y que posiblemente también pensarán ustedes cuando lo lean- es: ¿Por qué elegí este film sobre Frida Khalo que dirige una cineasta estadounidense y no la versión anterior del director mexicano?, ¿Cómo el soundtrack de esta película pudo estar a cargo de un músico estadounidense con formación clásica? Sinceramente evalué la posibilidad de analizar Frida, naturaleza viva (1983) del cineasta mexicano Paul Leduc, que considero una muy buena e incluso mejor que el film de Taymor en cuanto a su valor biográfico y cultural. Pero en lo referente a la banda sonora, la versión de Taymor es mucho más rica e interesante.
Una certeza a cerca de la película es que si no hubiese cotando con un la coproducción mexicana y la participación de grandes artistas como Salma Hayek, Alfred Molina, Chavela Vargas, Lila Downs, entre otros, la película hubiera terminado siendo un producto más de la industria hollywoodense. La directora ha decidió partir desde una concepción un tanto comercial del guión y de la trama dramática que ha llevado a mostrar muy superficialmente temas como la ideología política de Frida y de Diego Rivera, la difícil situación de México en aquellos años, el papel de León Trotski, entre otros. Pero a pesar de esto, en el transcurso del film nos encontramos con varias sorpresas y delicias musicales que nos erizan la piel. ¿Quien puede evitar sentir un estremecimiento en el pecho cuando Chavela Vargas entra en escena cantando La llorona? Buena parte de la banda sonora logra un profundo contacto con esta apasionada biografía sobre la vida de Frida Kahlo.
La persona a cargo de la banda sonora -realizador del score y de algunos arreglos- fue el compositor estadounidense Elliot Goldenthal, quien realizó muchas de las obras originales del film. Este discípulo de Aaron Copland y John Corigliano ha logrado en algunas de sus composiciones una creativa mezcla entre la música clásica contemporánea y ciertos géneros populares mexicanos, utilizando también en algunos casos ciertos recursos de la música electrónica. Elliot consigue una perfecta armonía en cuanto al empaste con los climas y tensiones de las escenas musicalizadas. Pero por momentos no logra conectarse con las raíces de la cultura mexicana y con la vida sumamente intensa y dolorosa de Frid, aunque tal vez tampoco sea ésta la intención en algunas de sus obras.
Estamos ante un soundtrack que incluye también muchas obras de compositores mexicanos populares que no fueron concebidas para el film, pero que han sido bien seleccionadas y adaptadas al montaje de las escenas en donde aparecen. Estas composiciones, con armonías sumamente simples y apasionadas melodías, reflejan sentimientos muy diversos que van desde los más coloridos y llenos de vida hasta los más sombríos y dolorosos.
Las obras que interpretan Chavela Vargas, Lila Downs, la Agrupación Junvenil de Mariachis de Tecalitlán, Los Cojolites, el Poder del Norte, el Trio Huasteco Caimanes de Tamuin e incluso la interpretación de La bruja que hace la actriz principal del film, Salma Hayek, junto a Los Vega, tienen un profundo arraigo con la esencia cultural de México y reflejan mejor que nada la vida de la pintora. En una entrevista de 2012, Chavela Vargas dijo que “México tiene raíces profundas, su canto es desgarrarse, es abrir puertas, abrir mundos. México te enseña a vivir“. Eso es exactamente lo que nos reflejan algunas de las geniales interpretaciones -tanto vocales como instrumentales- de estas obras.
En este film, las letras de las canciones adquieren una importancia muy grande -como pocas veces pasa en el cine- y por momentos nos dejan igual o más información que las imágenes. Canciones como Paloma negra, La llorona, Carabina 30-30, El gusto, entre algunas otras, le dan color al relato de esta historia por la riqueza de sus letras y por la exacta representación del sentimiento que se quiere reflejar en algunas escenas. No puedo evitar citar algunas frases maravillosas:
“Ya me canso de llorar y no amanece […] quiero ser libre / vivir mi vida con quien yo quiera” – Paloma Negra, Tomás Mendez.
“Habrá de ser un tango nuestra herida/ un acordeón sangriento nuestras almas/ seremos esta noche todo el día” – Alcoba azul, Hernan Bravo, Elliot Goldenthal.
“Si porque te quiero quieres, llorona/ quieres que te quiera mas / si ya te he dado la vida llorona / ¿Qué más quieres?/ quieres más” – La llorona, Luis Mars.
“Y ella es flama que se eleva/ y es un pájaro a volar/ en la noche que se incendia/ estrella de oscuridad/ que busca entre la tiniebla/ la dulce hoguera del beso/ quema el amor en sus labios/ el infierno es este cielo” – Benediction And Dream, Elliot Goldenthal.