Revista Cine

Viernes de OST: Whiplash: Música y Obsesión (2015) de Damien Chazelle

Publicado el 30 enero 2015 por Proyectorf @Proyectorfant

Análisis de la banda sonora de Whiplash: Música y Obsesión de Damien Chazelle

   Este film estadounidense dirigido por el cineasta Damien Chazelle nos narra la historia de un joven baterista de jazz con una gran ambición: llegar a ser uno de los mejores bateristas del mundo. En el conservatorio en donde estudia su instrumento hay un profesor -Terence Fletcher- que dirige uno de los mejores conjuntos de jazz de estudiantes de música, cuando este exigente profesor elige como baterista a Andrew para formar parte de este conjunto musical sumamente competitivo, la vida de este joven músico tomará otro rumbo.

   Un soundtrack lleno de Jazz, salvo en contadas excepciones en donde escuchamos un piano un tanto melodramático y triste que se utiliza en ciertas partes más sentimentales o tristes de la historia. Casi todas las obras están ejecutadas con un mediano ensamble de vientos, batería, bajo/contrabajo, guitarra y algunas que otras variantes. Muchos contrapuntos, mucha velocidad, mucho swing, muchísimo ritmo.

   El montaje de la película es uno de los aspectos más importantes que hace que la música funcione con las imágenes. Un muy interesante trabajo en la sucesión de tomas que va en sincronía total con los aspectos puramente rítmicos de la música, específicamente de la batería. En todo el film se hace un especial acento en esta característica.

   Dentro de las obras que escuchamos se encuentran algunos clásicos “standards” de jazz como por ejemplo “Whiplash” de Hank Levy o “Caravan” conocida mayormente por el gran Duke Ellington pero escrita por Juan Tizol. El encargado del soundtrack fue el compositor Justin Hurwitz quien realizó la música incidental en su totalidad y todos los arreglos de los temas que debían ser adaptados especialmente al guión de la película.

   El actor principal -Miles Teller- en las escenas toca la batería realmente. Aunque el ya tocaba la batería desde su adolescencia, las técnicas y los recursos para tocar del jazz son muy diferentes a lo que él conocía. Muchos de los solos de batería que escuchamos no son grabaciones previamente hechas, sino que es música tomada en directo. Con esto, la película no solo logra que el sonido sea perfectamente acorde y sincronizado a las imágenes, sino que el contenido en general de la historia se nos hace mucho más real y cercano.

   En Whiplash hay muchas escenas de batería que nos cortan la respiración y manejan una tensión extrema. Un gran obra en su totalidad que maravilla con la obseción de los personajes -tanto de Miles Teller (Andrew) como de J.K.Simmons (Fletcher)-, que nos fascina con ese mundo duro, perfeccionista y competitivo que existe en los conservatorios más cerrados -y en el arte en general-.

Por Gastón Pereyra.

Aquí pueden leer la crítica de Whiplash escrita por Marianela Santillán.

2015-01-30

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