Si hay algún alimento por el que en mi familia serían capaces de arrancarte un brazo, ese es, sin duda, un buen plato de clóchinas al vapor. No os lo podéis imaginar, en serio, no tiene nombre lo que aquí se monta cuando mi madre saca el plato, es como una lucha a vida o muerte en el que solo sobreviven los más fuertes. Cuando digo sobreviven me refiero a zampan sin control.
El primer día que mi novio vino a cenar a casa de mis padres, mi madre, como siempre en verano, hizo un buen plato de clóchinas valencianas. Bueno, el al verlas empezó a babear y yo le dije: cuidado, aquí no se andan con chiquitas, ataca, muévete rápido, usa las dos manos si es necesario, si no lo haces, no comerás, quedas advertido. Alucinó, pero creo que no se imaginaba de lo que estaba hablando. Cuando sonó el timbre de salida, una jauría de hombres hambrientos (mi padre y mi hermano) atacaron el plato como si no hubiera mañana. Su movimiento preferido es el ” a dos manos” con una mano introduzco la clóchina en la boca y con la otro cazo la siguiente.
Es que en mi barrio, la tradición clóchinera está muy arraigada. Todavía hay casas que abren sus puertas en verano para venderlas recién sacadas del mar. La gente al pasar dice “hueleee a pescaooooo” pero como dice Tomás…no es “pescaoo” es maaaaaaar…
Sea como sea, y después de esta magnífica introducción, vamos al ajo, o al mejillón, que también son válidos, aunque no es lo mismo. Dicen que la clóchina es más sabrosa, pero cuando no hay, el mejillón también está bueno.
Primero, unos cuantos datos informativos. ¿Sabíais que el mejillón es uno de los 50 alimentos más saludables in the world? Ofrece muchas proteínas, vitaminas, es hipocalórico. Ayuda a combatir la hipertensión, el colesterol, la retención de líquidos, artritis, artrosis… mal de amores, estrés laboral, vecinos chungos…en fin, que no se le puede pedir más. A comer mejillones todos los días (no voy a hacer ningún comentario al respecto de esta última frase…) Cuando leí la noticia lo tuve claro, me fui corriendo a Mercadona a por mi saquito de clóchinas para prepararos uno de mis platos estrella. CLÓCHINAS AL VAPOR.
INGREDIENTES
- Clóchinas o mejillones frescos (cantidad según la gente que seáis)
- 3 ajos
- 1 limón
- sal y pimienta negra
- Una hoja de laurel
- Un chorrito de aceite de oliva
Es tan tan fácil de hacer, y está tan tan tan bueno, que yo comería todos los días, es como un vicio, como comer pipas, por eso de la cáscara y esas cosas…
Primero limpiamos bien los moluscos, se trata de arrancar esos pelillos que le salen por un lado y rascar la suciedad incrustada en la concha. Después se ponen debajo del agua hasta que reluzcan como joyas marinas que son. A continuación preparamos la olla, con 3 ajos, medio limón (o 1 depende de la cantidad de mejillones), la hoja de laurel, pimienta negra molida, un poco de sal y el chorro de aceite. Introducimos las clóchinas, tapamos con su tapa, y agitamos un poco para que se mezclen los ingredientes. Encendemos el fuego y no hace falta más que esperar a que el vapor haga su labor, aproximadamente 10 0 15 minutos, o cuando veamos que se van abriendo. A mi me gusta de vez en cuando darle un meneo a la olla, porque una vez se me quemaron. Debo ser la única persona en el mundo a la que se le han quemado los mejillones, pero sí.
Hay personas que le echan vino o agua, yo no les pongo nada, el caldito lo sacan solos y está pa morirse. Tradición familiar, usar la concha como cuchara y a sorber el líquido.
Y aquí acaba el viernes de receta.
Espero que paséis un feliz fin de semana.
Como siempre…