Últimamente los viernes llegan demasiado deprisa.
No es que me importe, de hecho se agradecen los fines de semana, que son los días en los que puedo estar todo el día con mi familia.
Pero el lado negativo es que el tiempo pasa a la misma velocidad. El mes de octubre y lo que llevamos de noviembre me parecen un suspiro un pensamiento fugaz que ha pasado delante de mi, sin pararse a saludar.