En el aeropuerto de Viena, finalmente.
Comenzó el proyecto VieSta, una aventura con la que cuento para obtener buenos resultados. Básicamente se trata de visitar dos ciudades diferentes (Viena/Austria y Stavanger/Noruega) en verano de 2012 para producir, terminar y enviar el espectáculo Paperformances al XVII Festival Mundial de Marionetas Charleville-Mézières en Francia que se realizará del 20 al 29 de septiembre de 2013.
El Festival de Charleville-Mézières es la Meca europea de los titiriteros. Supe de él cuando vivía en Venezuela. Luego, cuando me establecí en Madrid, contemplé la posibilidad de participar pero no me sentía preparado, así que postergué la idea. Entre marzo y mayo de 2011 hice el curso “Creación y consolidación de industrias culturales y creativas” organizado por el Incyde (Cámara de Comercio de Madrid) en el que obtuve herramientas para convertir mi actividad artística itinerante en una verdadera empresa y entonces tomé mayor confianza.
Conocí Viena entre 2010 y 2011 y quedé encantado por el ambiente cultural. En octubre de 2011 comencé un curso de Alemán en la escuela Oficial de Idiomas de Villaverde y decidí que pasaría una temporada en Austria para practicarlo. Después de pasar unos meses ensayando en la sala Caldero de Cobre (Madrid Río), en marzo de 2012 decidí que iría a Viena no sólo a estudiar sino también a trabajar en mi proyecto. Más tarde, en una reunión de Payasos sin Fronteras, donde soy socio, una titiritera me habló del festival y entonces decidí que sería el momento ideal para participar.
De Noruega sólo conocía Oslo. Tendría una oportunidad excelente para conocer Stavanger, la segunda ciudad más importante. Uno de mis mejores amigos, el compositor Leo Duerto, vive allá. Está componiendo la música del espectáculo y cuando le comenté mis planes me dijo que fuera a visitarlo en agosto. Así aprovecharíamos para terminar la música, grabar el espectáculo y enviarlo a Charleville.
Quien le dio “forma de proyecto” a esta aventura fue el emprendedor cultural Gabriel Venegas, otro paisano de gran calidad humana. Mi viaje era sólo para trabajar y practicar un idioma pero después de una tarde de asesoría con él se transformó en una actividad de mayor envergadura.
Una de mis frases favoritas es “Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca hiciste”. Así que decidí realizar esta idea, que era algo completamente novedoso. Cambiar de residencia (¡una vez más!) para terminar mi proyecto y participar en Charleville. Tenía previsto ir a Viena a practicar Alemán en verano, así que podía matar una bandada de pájaros de una vez, el idioma, el proyecto, hacer contactos, disfrutar la ciudad ¿he comentado que me encanta Viena?
Estas pretenden ser unas crónicas de vida, de proceso creativo, de emprendimiento, de… lo que vaya surgiendo que es la primera vez que lo hago. Empecemos por el principio.
En marzo decidí venir a Viena a trabajar todo el mes de julio y mi amigo Leo me dijo que fuera a visitarlo a Stavanger en agosto. Tendría que dejar mi habitación, guardar mis objetos personales (que en 9 años de vida en Madrid pueden llegar a ser bastantes) buscar una nueva habitación, algún ingreso que me permitiera tranquilidad, etc.
Afortunadamente tengo a mi amiga Berni, que se llama Bernadette pero de cortico suena más bonito. Es de Reinbach, un pueblo de la región de Alta Austria.
Dice Paulo Coelho que “Cuando alguien desea realmente algo el universo entero conspira para que lo logre”. Y fue así como Berni habló con su hermanita Marie que es otro encanto, que a su vez habló con su compañero Felipe que dejaba su habitación estudiantil en julio para ir a su país y me la dejaba por apenas 150 euros…