El Santuario de My Son, (pronunciado /mi son/) se encuentra a unos escasos 55 km de la ciudad de Hoi An, y en su interior encierra los restos de una antigua ciudad imperial del reino Champa que floreció durante los siglos IV al XIII y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.
El esplendor de este conjunto de templos rivalizó en su día con el de los complejos del imperio jemer que se extendían por gran parte de Indochina. Sin embargo, la decadencia y el abandono que trae el paso del tiempo, sepultaron bajo la selva el santuario lo que lo convirtió en un escondite perfecto en tiempos de guerra.
Como resultado, el Santuario de My Son fue furiosamente bombardeado por los aviones estadounidenses que pretendían hacer salir al Viet Cong de sus escondites. Nadie se paró un momento a pensar que el daño que se le estaba haciendo a este tesoro cultural y arquitectónico sería irreparable.
Aún así, algunos de los templos siguen todavía en pie, sobre todo en los complejos B, C y D y estos merecen por sí solos una escapada desde Hoi An.
Cómo llegar a My Son desde Hoi An
Existen varias opciones para llegar a My Son desde Hoi An, que implican diferentes vehículos y terrenos.
Una opción es contratar un tour organizado que os costará unos $5 y que incluye el viaje ida y vuelta de hora y pico en autobús y un guía en inglés para visitar los templos. Otra opción, la que nosotros escogimos, ofrece la vuelta en barco por el río Thu Bon y un almuerzo sencillo pero abundante mientras navegas que consiste en arroz con verduras. Esta opción que incluye además una parada a lo largo del río para visitar un pueblo de artesanos madereros, tiene un precio de $7.
Otra opción consiste en buscar un xeon (taxi-moto) y acordar con él el precio del recorrido, que debería ser bastante menos que el del tour. Hay que tener en cuenta si va a llover o el número de personas que vayamos en el grupo.
La última opción si nos sentimos valientes y tenemos ganas de emociones fuertes sería alquilar una moto e ir por nuestra cuenta. En cualquier otra circunstancia igual sería la opción que más nos atraería, pero personalmente no lo recomendamos. Precisamente en este trayecto vimos desde nuestro autobús como otro autocar que iba delante nuestra tiraba una moto con dos personas con la parte trasera del vehículo al dar este un volantazo. Y allí se quedaron tirados, porque ni paró el autobús que los había tirado, ni el nuestro, ni nadie de los que venían detrás. Así que si finalmente decidimos alquilar nuestro propio vehículo a dos ruedas recomendamos PRECAUCIÓN.
Cómo visitar los templos de My Son
La entrada al recinto de los templos cuesta 100.000 VND ($5) y hay que tener en cuenta que este precio no está incluido en el tour, por lo que hay que pagarlo al llegar.
Los templos están organizados de grupos de letras de la A a la F de los cuales los que se encuentran en los grupos B y D son los mejor conservados (junto con algunos del grupo C).
Los templos del grupo A fueron en su momento los templos más grandes y majestuosos de todo el complejo. Sin embargo, fueron destruidos para siempre, y hoy en día apenas quedan los cimientos que contemplar junto con unos enormes cráteres en la tierra en el lugar donde cayeron las bombas americanas. De las 68 estructuras que una vez existieron solo quedan en pie 17.
Tal y como nos explicó el guía, los templos del grupo E han sido restaurados hacía apenas dos años, en el momento de nuestra visita, gracias a una colaboración entre Italia, Vietnam y la UNESCO aunque sin poder respetar la técnica constructiva, pues no han sido capaces de imitar la técnica de uso de mortero que “pegaba” los ladrillos. Aún a día de hoy se desconoce cómo los cementaban.
En el interior de algunos templos se encuentran pequeñas exposiciones de dioses de influencia hindú (Visnú, Shiva y Ganesh), así como los atributos que normalmente les acompañan.
Foto by Luisma
El regreso al aparcamiento lo hicimos por un camino diferente al de acceso, según lo llamaba con humor nuestro guía: “the romantic way”. Se trata de un sendero flanqueado por una arboleda detrás de la cual se extiende la jungla que rodea los templos y que asciende hasta la impresionante Hon Quap, la montaña del Diente de Gato, que domina el horizonte de My Son.
Regreso a Hoi An por barco desde My Son. Visita al poblado de Kim Bong
Como a mitad de camino de regreso a Hoi An el autobús se detuvo en medio de la carretera para dejarnos bajar a los que habíamos elegido la opción de regresar a Hoi An en barco.
Una vez a bordo, nos sirvieron una almuerzo vegetariano de arroz y verduras, sorprendentemente sabroso y abundante. Las bebidas no estaban incluidas, (solo el agua) pero el barco llevaba una pequeña nevera y vendían refrescos y cervezas por si alguien quería algo más que solo agua.
Después de almorzar, sencillamente nos dejamos llevar por el río Thu Bon entre jungla y bueyes hasta el poblado de Kim Bong donde pudimos visitar varios talleres de carpinteros artesanos que realizaban desde impresionantes tallas de madera hasta cascos para barcos.
Después de aproximadamente 30 minutos paseando por el pueblo volvimos a subir al barco para continuar el camino hasta Hoi An, que quedaba ya a apenas un par de kilómetros más adelante.
Foto by Luisma