Vietnam: Día 15 – Viaje en tren a Hue y la Ciudad Imperial

Por Elcalderodenimue @CalderodeNimue

Creo que el tren es uno de los medios de transporte que más me gustan. Si lo comparamos con el avión tiene mil ventajas (menos restricciones de equipaje, menos antelación, más comodidad, ves el paisaje), pero por si solo ya me parece que es un medio de transporte ideal.

Los trenes suelen discurrir por vías que están a veces alejadas de la carretera por parajes maravillosos que se pueden contemplar cómodamente desde la enorme ventana del vagón. Se puede caminar, se puede tomar un café, se puede dormir, leer, escribir a la vez que se contempla el mundo cambiante mecidos por el traqueteo de las traviesas del tren.

Todo esto unido a que en España los trenes no funcionan particularmente bien, hace que cuando salgamos fuera, si podemos elegir, escojamos siempre la opción tren (si no es mucho más cara) y mucho más aún si el trayecto viene recomendado por la Lonely Planet.

Es por esto que decidimos hacer los 100km que separan Hoi An de Hue en tren a pesar de que parecía que el autobús era el medio más rápido.

Sin embargo, no sé si por las dos horas de retraso con las que salió el tren después de un madrugón que nos dejó sin el desayuno del hotel, porque no nos tocó una ventana, o porque íbamos en la fila de asientos del lado contrario a la costa, donde están las vistas de las preciosas playas de esta zona del país, pero en general nos pareció que no merece la pena las casi 5 horas que tardamos en recorrer los 100km.
La vuelta la hicimos en bus (3 horas), y nos sirvió para comparar la carretera de montaña con el recorrido del tren por más cercano a la costa.

El copiloto se hizo las 3 horas de bus sentado en una banqueta.

  Hue: La Ciudad Imperial

Nada más llegar a Hue, soltamos las maletas en la habitación de la guest house y salimos pitando a buscar algo de comer. Allí le preguntamos a la dueña del bar y nos dijo que nos daba tiempo a ver la Ciudad Imperial esa misma tarde si nos dábamos prisa, (cierra a las 17.30) y que sería hasta bueno pues nos evitaríamos el calor de la mañana y las masas de gente. Y así lo hicimos.

Después de tantas horas de inactividad en el tren, no nos importó en absoluto cruzar a pie el puente que cruza el río Perfume, la principal arteria de la ciudad, para llegar a la orilla norte del mismo, donde se encuentra la Ciudad Imperial.

La ciudadela se construyó a principios del siglo XIX y con su foso de 30 metros de largo y 4 de profundidad, sus muros de 2 metros de ancho y más de 10km de extensión y sus 10 torres era prácticamente inexpugnable por tierra. Todas estas defensas, sin embargo, poco pudieron hacer contra los incesantes bombardeos que sufrió la fortaleza durante las guerras Francesa y Americana, tras las cuales solo 20 de los 148 edificios originales siguieron manteniéndose en pie.

Palacio Thai Hoa

La Ciudad Imperial de Hue es uno de los monumentos incluidos dentro del Complejo Monumental de Hue, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.

La visita puede ser un poco confusa, pues la extensión de la ciudadela es tan grande, que es fácil perderse y no llegar a todos los rincones que queremos ver. Nosotros nos dejamos guiar por el walking tour que proponía la Lonely Planet (página 90 de nuestra edición) y creemos que solo nos quedamos sin ver una cosa, aunque quizá era uno de los edificios que estaban cubiertos por restauraciones.

Dependencias de los mandarines

Tras pasar la ventanilla de tickets en la puerta Ngo Mon nos encaminaremos hacia el palacio Thai Hoa, donde el emperador recibía a sus visitantes oficiales desde su trono elevado. Es una sensación única aproximarse a este edificio. Te hace sentir pequeñita, y seguramente este efecto intimidatorio seguramente era más que intencionado.

A continuación, nos encontramos con dos edificios que miran el uno al otro. Se trata de las dependencias de los mandarines, donde se encontraban sus oficinas y preparaban las ceremonias oficiales.

Foto by Luisma

La biblioteca, con la sala de lectura del Emperador, el Teatro Real y las salas de las concubinas son algunas de las estancias que nos encontraremos en nuestro camino hacia el interior de la fortaleza, pasando también extensas zonas donde no queda nada, pues fue todo destruido durante la guerra.

También nos deleitaremos con los preciosos jardines llenos de bonsais, y setos cortados especialmente imitando figuras de animales.

Foto by Luisma

Continuando hacia el norte, encontramos un sin fin de patios y espacios vacíos donde antiguamente se ubicaban los fastuosos edificios y pabellones de la Ciudad Púrpura Prohibida. Un recinto de 10 hectáreas que era de uso exclusivo para el Emperador, la Reina Madre y de las Concubinas y al que solamente tenían acceso los eunucos.

Es un buen momento para admirar la belleza de las puertas que franquean el paso en los muros de la ciudadela, como la hermosa puerta de Ngo Mon.

Encaminándonos de nuevo hacia el sur, nos encontraremos con nuestra última parada en la Ciudadela Imperial de Hue, el complejo To Mieu, uno de los más bonitos (y los más restaurados) de la ciudadela.

Enfrentados uno contra el otro, encontraremos el pabellón de Hien Lam, de tres niveles, y el templo de To Mieu, que alberga capillas dedicadas a cada uno de los emperadores. Entre ambos, se encuentran las Nueve Urnas Dinásticas (dinh) dedicadas cada una de ellas a un soberano de la dinastía Nguyen.

Foto by Luisma

Cómo veréis por las fotos, vimos la Ciudad Imperial de Hue prácticamente solos, pues fuimos a ultimísima hora, y de echo tuvimos un poco que apretar el paso para salir de la ciudadela, pues la estaban cerrando ya. Esta puede ser una buena técnica para evitar las masas de turistas, aunque hay que estar dispuesto a caminar deprisa, y la ciudadela ES GRANDE.

Finalmente hicimosEn  una parada junto al río Perfume para tomarnos un kem (helado), ver el atardecer y descansar las piernas antes de continuar hasta nuestro alojamiento. ¡La “guinda” perfecta!😀

Dónde alojarse en Hue

En Hue fue donde encontramos el alojamiento más barato de todo el viaje en la guest house Duc Tai: 3,5$/por persona y noche. Es decir 7$ por una habitación doble con baño, sin ningún lujo y con un calor de morir, pero con aire-acondicionado y ventilador, y wifi que casi casi llegaba hasta la habitación, (jejjeje).  Ell personal amable aunque con el inglés justillo, pero usando google translator salía de todas😀. La verdad es que la relación calidad-precio era genial.

Dónde comer en Hue

La oferta gastronómica en Hue es realmente amplia y los platazos que nos esperan por probar deliciosos. Hay para todos los gustos y bolsillos. Nosotros nos quedamos en restaurantes de precio medio-bajo, pero si lo que hay son ganas de darse un banquete digno de un emperador, seguro que encontraréis lo que buscáis.

Estos son los establecimientos que probamos nosotros y que como os digo, nos encantaron todos:

  • Quán Hanh – rollitos vietnamitas deliciosos y los mejores Bánh Khoái (pancakes de arroz) que probamos. ¡Y cerveza Huda fresquita!

Foto by Tripadvisor

  • Café on Thu Wheels – La comida genial, la familia un encanto con los mochileros, el local super carismático y los tours a muy buen precio. Aquí es donde contratamos nuestro tour en moto por las tumbas imperiales de Hue. Totalmente recomendable. ¡Esas Tiger bien frías! También sirven desayunos.

  • Stop and Go Café – Un poquito más subido de precio que su café-oficina-de-turismo gemelo, el Thu Wheels, pero la verdad es que la comida lo merecía. Pollo asado especiado con un aliño delicioso y tallarines salteados para disfrutar churrupeteando.

  • Lac Thien – Para ser sordomudo, el dueño de este local tiene unas dotes de comunicación increíbles. Además es todo un personaje. Las cervezas te las abre con un abridor típico de la zona (Un palo con un tornillo enroscado) que luego te firma y dedica para que te lo lleves como recuerdo. Un plato de Pho o Bum Bo Hue y nos quedamos como nuevos después de todo el día caminando.