Nos acompaña unos metros, no hay que buscar mucho. 'La acera está inclinada hacia la carretera, pasa en muchas calles, y eso te obliga a empujar la silla con un solo brazo porque si no te vas hacia los coches, cansa mucho'. Casi el primer portal con que tropezamos tiene una de esas rampas impracticables: o no se puede subir o el vuelco de la silla está casi asegurado. 'Esta no se puede subir y tiene que haber un descansillo cada 4 o 6 metros'. Pasamos esta vez un banco con otra rampa de adorno por su fuerte pendiente, otro banco con escalera y varios comercios en este caso sí con acceso a ras de suelo. 'En estos comercios puedo entrar, pero hay muchos que no están adaptados, al final vas a los centros comerciales, donde tampoco se respetan mucho las plazas de aparcamiento'. En las cafeterías hay también sorpresas: 'adaptan el baño, pero luego la silla no cabe por la puerta, así que es como si no existiera, no entiendo como los técnicos dan el visto bueno'.
http://www.atlantico.net/noticia/261337/llena/barreras/persona/silla/ruedas/
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