Vigo, una ciudad llena de barreras

Por Aparcamientodiscapacitados

Los avances alcanzados en las últimas décadas para la eliminación de barreras arquitectónicas parecen haberse estancado, incluso también parece fallar la concienciación social. Así lo explica, por ejemplo, Maika Miguens, vecina de la zona de A Travesía, que padece importantes dificultades para andar debido a una poliomielitis.
“Uno de los problemas graves que tenemos es la falta de aparcamientos para minusválidos. No me importa decirlo, porque la gente debe ser consciente de ello: las pocas plazas que hay son ocupadas en muchas ocasiones por familiares que no las necesitan, porque no están utilizando en esos momentos el vehículo para trasladar a sus allegados con alguna minusvalía”, afirma.
“Tampoco disponemos de plazas en lugares clave. En la Comisaría nueva de Policía no hay; en el Xeral solo hay una para la zona de rehabilitación cuando hay espacio para habilitar más, y así podría poner muchos más ejemplos”, añade.
Al margen del tráfico, las trabas para que este colectivo pueda moverse libremente por la ciudad como cualquier ciudadano —eso sin tratar los problemas específicos que puedan tener las personas con discapacidad visual—, se suceden en su día a día.
El ejemplo está en el propio barrio donde vive Maika Miguens. Un centro comercial de la zona dispone de una rampa de acceso a su entrada principal que es prácticamente impracticable por su inclinación. Seguimos hacia la rotonda de Jenaro de la Fuente. Imposible desviarnos hacia Coutadas: se puede acceder por una escalera de piedra o por una calle de una sola acera, muy empinada y estrecha por la que apenas cabe un carrito de bebé.
“Los problemas aumentan si quiero ir a un establecimiento cualquiera, porque estoy en mi derecho: la entrada a la mayoría de ellos se realiza salvando uno o dos escalones. ¿Es que no puedo entrar yo en una cafetería a tomarme algo, como hace todo el mundo?”, se pregunta esta vecina.
En menos de cincuenta metros encontramos varias cafeterías, una tienda de congelados, otra de 'chuches', otra de alimentación, otra de ropa, una herboristería, una peluquería, una entidad bancaria, una panadería... todas con el mismo problema.
La situación más paradójica la protagoniza un supermercado, que pidió autorización para poner una rampa de acceso que ha sido denegada por el Concello. “No se la dan porque ocupa parte de la acera”, aclara Miguens, quien se lamenta de que, de esta manera, no puede comprar en la tienda que ella elija.
De sus quejas al Ayuntamiento por no vigilar esta situación y no controlar el estado de las calles queda excluida la Policía Local, “que siempre acude cuando les avisamos de que un coche interrumpe nuestro acceso a una acera u ocupa nuestra plaza”, recalca.
Maika Miguens y otros afectados trabajan ya en la apertura de una página web o de un blog donde puedan recogerse todas las quejas que presenten las personas con movilidad reducida en Vigo
http://www.atlantico.net/noticia/228253/ciudad/llena/barreras/