Según el acta del jurado se ha señalado «la narración dickensiana de una infancia en los años sesenta en el País Vasco» además de que su autor han destacado: «una brillante reflexión sobre cómo la vida se destila en una novela, la mediación y el trasvase entre recuerdo sentimental y memoria colectiva, en una escritura diáfana que, sin embargo, deja ver un fondo turbio de culpa en el marco de la historia reciente del País Vasco».
El premio se ha entregado en la Feria del Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara en México. El galardonado recibe 26.600 dólares unos 20.000 euros.
Os dejó una pequeña parte de una entrevista que ha escrito Luis Prados para el periódico El País y que ha publicado hoy:
Pregunta. La novela transcurre en la San Sebastián de los años 60. ¿Cómo era la ciudad entonces?
Respuesta. En aquellos años quienes vivíamos en San Sebastián teníamos la ventaja de que en media hora estabas al otro lado de la frontera y podías comprar libros, prensa o música prohibida en España. Era una ciudad con orgullo cosmopolita que mantuvo el festival de cine, inauguró el de jazz... Tenía el deseo de ocupar un lugar en el planeta. Luego esto se perdió, sobre todo en la década 1977-1987, y el nacionalismo tuvo una responsabilidad en esa pérdida.