Por fortuna, todo mejoró, pero de esas experiencias personales él pasó a la literatura, porque todo lo que nos rodea es susceptible de convertirse en materia literaria, lo bueno y lo no tan bueno, acaso sea ésa la virtud, y también la maldición, de todo escritor.
Tal y como nos prometió, volveremos a tenerle con nosotros cuando haya escrito esa novela juvenil que está brotando con tanta fuerza de su imaginación.